“Las plantas aromáticas pueden ser hasta un 30% más rentables que el cereal”

Los precios inestables de los cereales han provocado la proliferación de nuevos estudios que proyectan distintas alternativas en el campo aragonés.

El cultivo del lavandín gana cada vez más adeptos en Aragón
El cultivo del lavandín gana cada vez más adeptos en Aragón
Antonio García

El campo aragonés quiere renovarse. La búsqueda de nuevos cultivos que mejoren la rentabilidad de la agricultura en Aragón es predominante en los nuevos proyectos que se han lanzado en los últimos años, debido a la fluctuación de precios del cereal. El Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria (CITA) de Aragón lidera, en la mayoría de los casos, estos estudios en los que se ha experimentado con especies aromáticas, como el lavadín -cruce entre espliego y lavanda-, concluyendo que estos cultivos “pueden llegar a ser hasta un 30% más rentables que el cereal”.

Detrás de su alto rendimiento se encuentra el ciclo de vida plurianual de estas plantas. “Cuando se dice que es más rentable, tenemos que contabilizar todos los años productivos de estas especies aromáticas, que pueden llegar hasta los diez o doce años”, aclara Juliana Navarro, doctora en ingeniería agrónoma e investigadora del CITA. De esta forma, a pesar de que “la inversión del agricultor se focalizaría sobre todo en los dos primeros años, cuando el rendimiento es cero, a partir del tercero, tan apenas necesitaría invertir coincidiendo con el momento en que estos cultivos empiezan a dar resultados significativos. Una característica que provocaría un cambio en la gestión de las tierras”, augura Navarro. Asimismo, estos cultivos, que han demostrado ser más tolerantes a la mayoría de plagas y enfermedades, tendrían un menor gasto en pesticidas y otros insumos, además de ser poco exigentes en nutrientes.

Todo ello junto con “las características del terreno y las épocas de sequía que se venían teniendo en los últimos años han propiciado la búsqueda de alternativas”, atestigua Panagiotis Charizopoulos, técnico responsable de la sección de agricultura de Térvalis, un grupo turolense que emprendió hace unos años una iniciativa de cultivar plantas aromáticas y que, en este momento, está a punto de empezar a fabricar sus propios aceites en la destilería que han creado en el polígono La Paz, de Teruel.

Asimismo, el hecho de que algunas de estas plantas aromáticas sean autóctonas del territorio aragonés es un plus a la hora de fomentar su cultivo. Por este motivo, como indica Navarro, “son fácilmente adaptables a suelos no muy ricos en fertilidad, calcáreos  y a zonas con escasa pluviometría, condiciones edafoclimáticas típicas de Aragón”. “El lavandín, además, como ya comprobasen de forma pionera en Francia y en la provincia castellano-manchega de Guadalajara, tiene una mejor producción en épocas de sequía que otro tipo de cultivos”, señala Charizopoulos.

Eso sí, desde todos los organismos, que estudian la viabilidad de estas especies, aseguran que las plantas aromáticas son solo un complemento al cereal de secano, pero no un sustituto de él. “Es una alternativa para la diversificación de cultivos”.

Revalorización del cereal de secano

Pero no solo la búsqueda de nuevos cultivos ocupa los nuevos proyectos de aumentar la rentabilidad del campo aragonés. Otros, como los cambios de técnicas de producción, se desmarcan para impulsar el cereal ecológico. En ello se encuentra inmerso el proyecto ‘Ceteralimenta, el valor de lo diferente’, en el que participa la cooperativa Cereales Teruel´, Portesa, la fundación Térvalis, el comité aragonés de agricultura ecológica y el CITA y que se encuentra cofinanciado por el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER) y el Gobierno de Aragón.

Aunque por el momento, la producción de cereal ecológico es testimonial, los agentes implicados en el proyecto se encuentran confiados en que se incremente gracias al aumento de la demanda, la alta rentabilidad y las ayudas de la Unión Europea. “Al reducir fitosanitarios y fertilizantes se reducen los costes en un 50%, además del gasóleo que se emplea en la maquinaria”, señala José Cañizares, técnico de Cereales Teruel encargado del proyecto.

A pesar de que el rendimiento pueda ser ligeramente inferior, los precios de venta y el ahorro de costes ayudan a que este método de producción sea rentable y, por tanto, pueda expandirse a lo largo del territorio aragonés. “La agricultura funciona por imitación -asegura Cañizares-, así que poco a poco se irán propagando estas nuevas técnicas y el campo aragonés será, cada vez, más rentable”.

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