El PP-Aragón se mojará por Soraya o Casado antes del congreso

Si no hay una lista unitaria de los dos aspirantes a liderar el PP, la dirección del partido hará público qué candidato prefiere. La decisión condicionará el papel que jugará a nivel nacional.

Soraya Sáenz de Santamaría y Pablo Casado
El PP-Aragón se mojará por Soraya o Casado antes del congreso

Comienza la cuenta atrás. El próximo sábado 3.082 compromisarios del Partido Popular, 117 de ellos de Aragón, elegirán al nuevo líder del partido. Y todas las opciones están abiertas. Incluso hay quien dice que poco más de un centenar de votos podrían decantar la balanza entre la exvicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y el exvicesecretario general de Comunicación, Pablo Casado, y con un resultado tan ajustado hay que luchar por cada uno de los apoyos. El PP-Aragón está dispuesto a mojarse si no hay una lista única, opción que se aleja conforme avanza una campaña que se embarra más de lo que les gusta a los populares con vídeos anónimos al estilo ‘Cuentamé’ que devuelven al pasado a la candidata preferida de los afiliados y a sus principales aliados.

A la hora de elegir hay que hilar muy fino. La decisión no es baladí, pues definirá el papel que jugará Aragón en el partido nacional en el futuro. Del XIX Congreso Nacional del PP saldrá tanto su nuevo líder, como su equipo, los 35 vocales del nuevo Comité Ejecutivo Nacional, que designará el aspirante que capte más apoyo de los compromisarios.

Aunque se intenta transmitir que el PP-Aragón vive con tranquilidad este inédito y abierto proceso de primarias, la procesión va por dentro. La favorita del aparato a nivel nacional, Dolores de Cospedal, la segunda más votada por los afiliados en la Comunidad (654), cayó en la primera vuelta, y descolocó a los que apostaron por ella. El sábado se verá si la suya fue una dulce derrota, pues sus 15.090 votos (26%) serán clave para decantar la victoria a favor de Sáenz de Santamaría o Pablo Casado. Todo depende de un juego de alianzas, de empatías personales, de capacidad de integración de equipos, de estrategias. Al fin y al cabo, hay que analizar exhaustivamente cómo posicionarse para no salir trasquilado.

La dirección del PP-Aragón se deja querer. El presidente Luis María Beamonte se ha reunido con los dos aspirantes en liza, y los teléfonos empiezan a echar humo. El objetivo es ganar tiempo, al menos hasta que se vislumbre qué puede deparar el futuro inmediato. Pero los plazos se acortan y ya no se puede esperar más. El martes o el miércoles se reúne el comité de dirección del PP-Aragón en el que se votará una propuesta y se hará hincapié en que es importante permanecer unidos.

Es importante que el partido regional no se fracture. Y menos cuando la aparente "neutralidad" que se pregonó en la primera vuelta se vio alterada con altos cargos que de forma legítima mostraron su apoyo públicamente a alguno de los candidatos.

Aragón, a tenor de los resultados de la votación de los afiliados, parece más proclive a dar su apoyo a Pablo Casado. El palentino fue el más votado por los afiliados (712 votos) casi 300 más que la vallisoletana. Pero el protagonismo es ahora de los compromisarios, que "no estarán sujetos a mandato imperativo" si de verdad se sigue a rajatabla el reglamento del congreso. ¿Cómo si no se explica que Casado, que ya denunció presiones en primera vuelta, haya insistido en que se habiliten sobres y cabinas para garantizar un voto en libertad?

El palentino está encantado con su victoria en Aragón y espera visitar a los compromisarios de la Comunidad antes del congreso para afianzar sus apoyos. Asegura que el PP-Aragón "es un partido de referencia y tiene que estar representado en la directiva". Mantiene que no tomará ninguna decisión que pueda afectar a la Comunidad sin contar antes con la opinión del partido regional.

Más difícil es conocer la opinión de Sáenz de Santamaría sobre Aragón, donde fue la tercera más votada. En su acto con los afiliados de Zaragoza durante la primera vuelta se centró en un mensaje nacional, cargado de anécdotas para resaltar su relación con la autonomía, pero sin definir qué papel jugará el regional si finalmente resulta elegida.

Los populares encaran una semana clave que marcará su futuro a corto y medio plazo. Seis días intensos que tensionarán las estructuras territoriales a la espera de que el nuevo líder nacional coincida con su elección. La unidad dependerá de la capacidad integradora del ganador, y esa voluntad puede brillar por su ausencia si la campaña se enrarece, como está pasando. De ahí la importancia de apostar a caballo ganador.

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