Dentro de la Constitución
El encuentro que hoy se celebra entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el presidente de la Generalitat, Joaquim Torra, el primero que mantiene el jefe del Ejecutivo en su ronda de contactos abierta con todos los presidentes autonómicos, nace condicionado por las pretensiones del líder catalán de insistir en las tesis secesionistas. La respuesta de Sánchez no puede ser otra que la de la enérgica defensa de la Constitución como marco de legalidad y el recordatorio de que los deseos independentistas no son más que un claro atentado contra los principios básicos de la convivencia entre los españoles
El diálogo abierto y sin restricciones que reclama el presidente de la Generalitat solo puede producirse en el marco constitucional. El presidente Sánchez tiene la obligación de dejar perfectamente claro que no se tolerará una nueva burla a la Carta Magna y que las tesis secesionistas no son más que un claro ataque a la convivencia. En este sentido, debe el presidente Sánchez, a modo y manera de como se condujo Mariano Rajoy, buscar el respaldo y la respuesta compartida de los partidos políticos mayoritarios, una cuestión que se muestra irrenunciable y que, a todas luces, seguro que le generará un conflicto con las formaciones que le auparon al poder al respaldar su moción de censura. La firmeza frente a la voluntad independentista no admite puntos intermedios, al igual que conviene dejar claro que aplacar estos desmanes a golpe de nuevas inversiones para Cataluña, amparando y ampliando el desequilibrio territorial, no hará sino complicar el mapa autonómico. Cataluña, como parte de España, debe quedar regida por los mismos principios de reparto presupuestario que se aplican para el resto de comunidades mientras acepta que la primera de sus obligaciones pasa por reconstruir un clima de lealtad constitucional. Nada impide el diálogo ni nada, tampoco, frena a Torra a corregir una situación que no hace sino dañar a su propia autonomía.
