Más de la mitad de los aragoneses tienen obesidad o sobrepeso

Estos datos apenas han variado en la última década El exceso de peso en los hombres llega al 60%, mientras que en las mujeres se queda en el 40%.

La obesidad concierne al 16,6 % de la población en España.
Más de la mitad de los aragoneses tienen obesidad o sobrepeso
Laura Uranga

Dietas milagros, productos sin receta para adelgazar... cerca de 70.000 aragoneses optan por estas fórmulas para conseguir perder peso, especialmente, durante los meses anteriores al inicio del verano. El objetivo: lucir la mejor figura posible para los días de playa y piscina. La técnica no es la adecuada y, por suerte, solo una pequeña parte de las personas con sobrepeso u obesidad acuden a ella. Según los últimos datos publicados por la Encuesta Nacional de Salud, más del 50% de los mayores de 18 años tienen problemas de peso, lo que supone casi 540.000 personas. En concreto, el 35,7% de los aragoneses sufren sobrepeso, mientras que el 15,3% tienen obesidad.

Estos datos son ligeramente mejores que la media nacional, donde más del 54% de los españoles sufren sobrepeso (37%) y obesidad (17,43%). Liderando el ranquin con mayores problemas de corpulencia se encuentran Ceuta (65,54%), Murcia (61%) y Melilla (60,26%). En el lado opuesto están los residentes en Baleares (46,57%), País Vasco (49,75%) y Navarra (50,93%).

Este informe pone en evidencia dos cuestiones: los hombres tienen más problemas de peso que las mujeres (a pesar de que son ellas las que más suelen preocuparse por su físico) y la sociedad todavía no se ha concienciado sobre los efectos que tiene en su salud (las cifras publicadas por la Encuesta Nacional de Salud apenas han variado en la última década). De este modo, mientras que el 50,4% de las mujeres se encuentran en un peso óptimo, esta situación solo se produce en el 36,8% de los hombres. Asimismo, las mujeres tienen un índice de sobrepeso y obesidad del 27,9 y el 13,6% y en el sexo masculino, las cifras alcanzan el 43,8 y el 17%.

Si tomamos como referencia el Índice de Masa Corporal (IMC), una mujer con una altura media de 1,65 metros debe pesar más de 50 kilos para no estar por debajo del peso considerado como normal (un 4% tienen un peso insuficiente). Mientra que un hombre, de 1,75 metros, debe de pesar, como mínimo, 56 kilos. Por su parte, un hombre empezaría a estar en sobrepeso cuando superara los 77 kilos y se consideraría obeso a partir de los 92. En el caso de una mujer, tendría sobrepeso cuando alcanzara los 69 kilos y obesidad si sobrepasara los 82. El IMC se calcula dividiendo los kilos que se pesan entre la estatura (en metros) al cuadrado: por debajo de 18,5 es un peso bajo, hasta 25 se considera normal, entre 25 y 30 es sobrepeso y a partir de esta cifra se trataría de obesidad.

Una enfermedad “multifactorial”

La profesora del grado de Nutrición Humana y Dietética de la Universidad de Zaragoza, Iva Marques, recuerda que la obesidad es una enfermedad multifactorial y no un problema de estética: “Las condiciones económicas, el nivel de estudios, el ocio no activo, la alimentación y el estrés laboral son determinantes para sufrir o no esta enfermedad”.

Según la encuesta Nacional de Salud, cuatro de cada diez residentes en Aragón tienen un trabajo en el que están sentados la mayor parte del día, es decir, ocho horas sin ningún tipo de actividad. Esta falta de movimiento no se compensa en los ratos de ocio, donde otros cuatro de cada diez aseguran que son sedentarios cuando están fuera de su horario laboral. “Es necesario tener un estilo de vida saludable. Se ha demostrado que incrementar las actividades físicas de la vida diaria (como, por ejemplo, salir a pasear, ir al trabajo andando o subir las escalares) tiene, a largo plazo, un impacto muy importante en el porcentaje de grasa de una persona”, puntualiza Marques.

Al mismo tiempo recuerda que el estrés es otro de los factores que genera sobrepeso u obesidad. El cortisol, conocido como la hormona del estrés, provoca un aumento de la insulina, lo que desencadena un incremento del apetito, especialmente, de sustancias dulces. En este aspecto, los aragoneses también lo tienen complicado. Este reciente estudio cuantifica en un 4,1 (en una escala de 1 a 7) el nivel de estrés de los aragoneses en el trabajo, es decir, por encima de la mitad.

La alimentación es otro de los puntos clave. La Encuesta Nacional de Salud destaca que el 50% de los aragoneses comen dulces a diario y alrededor de un 10% trasladan esta costumbre a los refrescos con azúcar y otro tanto a la comida rápida. Además, la mitad de los encuestados aseguran que no comen verduras, ensaladas y hortalizas cada día y un 30% tampoco consume fruta fresca de manera continua. El embutido también está muy presente en la alimentación de los aragoneses: hasta un 14,62% lo toman de manera diaria y un 38,82% lo hacen al menos tres veces a la semana.

Estos datos demuestran los cambios de alimentación que se deben abordar. “Las legumbres, los alimentos integrales, las frutas y las hortalizas son indispensables en nuestra dieta, ya que aportan un alto nivel nutricional, pero tienen menos calorías”, explica Marques. Por el contrario, sería recomendable evitar los quesos grasos, los snacks y los embutidos con más grasos. Estos alimentos tienen una menor densidad nutricional, pero un elevado nivel energético; por lo que alimentan poco y engordan.

“Una cuestión clave en la alimentación es la fibra, ya que tiene un importante efecto protector en la obesidad. Por un lado, su impacto fisiológico permite una mejor regulación de la saciedad (debido a unas hormonas liberadas durante la digestión) y, por otro, hace que el tiempo de digestión sea más elevado”, señala Marques. Tal y como recuerda, tener una dieta equilibrada es una cuestión de elección: “Si comes un plato de legumbre en vez de uno de patatas fritas, te beneficias de las fibras, las vitaminas... de la legumbre y de no haber ingerido ni la grasa ni el almidón de rápida absorción de las patatas”.

Un 20% de obesidad infantil

En la población infantil, el nivel de sobrepeso y obesidad es mucho más reducido: alrededor de un 20%. Esta cifra global apenas ha variado en la última década, pero si que lo ha hecho el porcentaje correspondiente a cada una de las partes. Es decir, ha habido un traspaso de jóvenes con obesidad (ahora solo suponen el 2,5% del total) a que solo tengan sobrepeso. “Estos avances se deben a dos factores: más inversión en investigaciones que permiten la reducción de la prevalencia de la obesidad y mayor concienciación de las familias”, puntualiza Marques.

Además, desde las escuelas también se está incentivando la alimentación saludable a través de un plan que lleva fruta gratis (manzana, pera, mandarina, albaricoque, cereza y plátano) a 466 centros escolares (más de 131.000 alumnos). A partir de este año también existe la opción de que en el colegio se distribuya leche blanca y yogures sin azúcar. Hasta 50 centros se han sumado a esta nueva iniciativa. “Con medidas como esta (junto con la labor de las familias) se está consiguiendo que los alumnos tengan una vida saludable. El resultado de todos estos cambios se percibirá en unos 20 años”, subraya.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión