Militar de 45 años y dos décadas de experiencia busca empleo urgente

A través del Sapromil, Defensa busca salidas profesionales a sus tropas para evitar un aluvión de nuevos reservistas.

Un alumno del curso de 'guía por itinerarios ecuestres en el medio natural' que ofrece a la tropa el Centro Militar de Cría Caballar de Garrapinillos.
Cursos de formación para la tropa en el Centro Militar de Cría Caballar de Garrapinillos
HTV

Resulta fácil identificarlos porque, a diferencia de las demás personas que hay en el recinto, no van vestidos de verde. Llevan un polo azul y aunque algunos rondan los 40 años y son militares profesionales desde hace casi dos décadas, ahora se han reconvertido en alumnos y participan en un curso de formación profesional para el empleo con la idea de tener opciones laborales fuera de las Fuerzas Armadas (FAS). Y es que cada día ven más cerca el temido momento de cumplir 45 años y pasar obligatoriamente a la reserva.

Estos en concreto asisten al curso del Centro Militar de Cría Caballar de Zaragoza y, tras 625 horas de formación, obtendrán un certificado de profesionalidad que les habilitará como 'guías por itinerarios ecuestres en el medio natural'. Además, este año se han programado también en unidades de Zaragoza otros seis cursos para Militares de Tropa y Marinería en su misma situación. Es decir, que tienen un compromiso de larga duración con las FAS que culmina a los 45 años.

De modo que mientras ellos dan cuerda a los caballos del centro de Garrapinillos, otros 15 alumnos se forman en la Base San Jorge en pintura de vehículos, 21 hacen lo propio en transporte sanitario, 34 practican en distintas unidades para ser operadores de retro-pala y otros 35 lo hacen para obtener el CAP, título imprescindible para dedicarse al transporte por carretera (18 cursan el específico para viajeros y 17 el de mercancías).

Anticiparse al problema

El último recluta del servicio militar obligatorio se incorporó a filas en marzo de 2001. Desde entonces, todos los soldados que ingresan a las Fuerzas Armadas lo hacen de forma voluntaria, firmando un compromiso inicial que puede transformarse en uno de larga duración y prolongarse de esta manera hasta que el militar cumple los 45 años. Si para entonces la persona no se ha ido del Ejército ni ha conseguido acceder a las plazas de tropa permanente o a las escalas de suboficiales u oficiales, pasa automáticamente a la reserva y ve reducidos sus ingresos hasta los 7.200 euros anuales.

Han pasado casi dos décadas desde que se aprobó la Ley que suprimió la mili e instauró este sistema, por lo que es ahora cuando empieza a asomar la cabeza un problema que era de prever. Algunos de aquellos primeros soldados profesionales empiezan a cumplir los 45 años sin haber ascendido a otras escalas y urge encontrar formas de que puedan incorporarse al mundo laboral fuera del Ejército. De momento no son muchos, pero a finales del año pasado habían adquirido ya esa condición de Personal Militar Reservista de Especial Disponibilidad 489 cabos primeros, cabos, soldados y marineros. Este año cumplen los 45 otros 616 militares en su misma situación y, según las últimas estadísticas de Defensa, entre el 2020 y el 2025 caerán en ese saco de los 600 euros mensuales y ninguna formación convalidada otros 12.745 militares. Siempre y cuando, claro, no se les dé otra salida antes.

La situación en Aragón

En Aragón, de momento, son solo 25 los que ya se han visto obligados a jubilarse a esta edad, pero el 66% de los 5.667 reclutas que hay destinados a día de hoy en la Comunidad han firmado ese compromiso de larga duración y avanzan poco a poco hacia la edad límite. Son más de 3.700.

Para tratar de evitar un aluvión de 'parados pensionistas' de 45 años, Defensa impulsó en el año 2013 el programa Sapromil (Sistema de Aprovechamiento de Capacidades Profesionales de Personal Militar). Su objetivo es el de gestionar salidas profesionales a los militares que lo deseen y para ello fomenta opciones formativas y también acuerdos con entidades públicas y privadas que puedan facilitar la incorporación al mundo laboral de estos militares.

En esta Comunidad, se firmó además un convenio con el Gobierno de Aragón para que el INAEM impulse programas para la obtención de certificados de profesionalidad entre los militares. Por eso, al margen de los cursos que se imparten cada año dentro de las propias unidades (como el de guía ecuestre), desde el año 2015 se reconocen anualmente las competencias necesarias en vigilancia y seguridad privada a 75 militares destinados en Aragón. Otros 75 obtuvieron el año pasado los certificados para el mantenimiento de distintos elementos de vehículos y otros 75 en el área de actividades administrativas.

Además, desde hace dos años, Defensa otorga becas y ayudas a sus militares para que se animen a estudiar Formación Profesional, grados universitarios o incluso másteres. Eso sí, siempre como una medida para la desvinculación voluntaria de las FAS. El año pasado se otorgaron 150 becas de FP, 50 de grado y 10 de postgrado. El Sapromil también trabaja con instituciones públicas para incluir la reserva de plazas para personal de tropa en sus ofertas de empleo. En Aragón, de hecho, está en conversaciones con la Federación Aragonesa de Municipios, Comarcas y Provincias para estudiar la posibilidad de incorporar personal militar en policías locales y otros puestos de la administración local, comarcal y provincial. Sus representantes también han mantenido reuniones este año con los presidentes de la Cámara de Comercio, la CEOE en Aragón, y Cepyme con el fin de facilitar la contratación de personal militar en el sector privado.

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