El Gobierno de Aragón ha conseguido nueva financiación europea, mediante el proyecto Life Surfing, para la descontaminación de lindano en el antiguo vertedero de Bailín en Sabiñánigo (Huesca), un proyecto que se pondrá en marcha el próximo año y que se prolongará hasta 2022.

El proyecto Life Surfing cuenta con un presupuesto de 2,1 millones de euros, la financiación europea es del 57% y la aportación del Gobierno de Aragón de 570.836 euros, han informado fuentes del Ejecutivo en un comunicado.

El objetivo de la iniciativa es ensayar en campo una serie de técnicas para destruir la contaminación que puede llegar al agua desde el antiguo vertedero de Bailín, por lo que se centra en la eliminación de residuos densos adheridos a las grietas de la roca, donde se encuentran hasta unos 45 metros de profundidad.

El Gobierno de Aragón explica que durante años se han bombeado los residuos densos y que en la actualidad quedan residuos densos adheridos a las paredes de las grietas, por las que también circula una pequeña cantidad de agua procedente de la infiltración que, al entrar en contacto con los residuos densos adheridos a la roca, se contamina.

Por tanto, destruir estos residuos densos adherido en el fondo de las rocas, supone eliminar la causa de la contaminación.

En el desarrollo de los trabajos está previsto que en 2019 se ensayen los distintos reactivos y surfactantes a nivel de probeta, para terminar de perfilar el diseño del ensayo, y que en 2020 comiencen los trabajos de campo.

En 2021 se terminarán los ensayos de campo y se ensayará en celdas de varios metros cúbicos, en laboratorio, para transferirlo a otras condiciones del terreno y en 2022 se elaborarán los resultados y las directrices para realizar estos trabajos a total escala.

Está previsto que el ensayo se desarrolle sobre 120 metros lineales de estrato vertical de arenisca y la zona total a descontaminar es de unos 600 metros lineales de estrato vertical de arenisca del vertedero de Bailín.

Los socios del Gobierno de Aragón en este proyecto son la Universidad Complutense de Madrid, a través de la Cátedra de ingeniería química, para la realización de análisis previos y el diseño del ensayo piloto; la Universidad de Stuttgart, para la realización de un ensayo de laboratorio a gran escala; el organismo IPHA que se ocupa del estudio de transferibilidad a otros emplazamientos y SARGA, para la implementación del piloto y trabajos de campo.