Una puerta de embarque a la plaza de San Marcos

Zaragoza ha estrenado este lunes sus nuevas conexiones con Venecia y Múnich con vuelos casi llenos y todo un convite con una tarta de tres pisos con avión en la cima incluido.

Los primeros pasajeros procedentes de Venecia que han aterrizado en Zaragoza.
Los primeros pasajeros procedentes de Venecia que han aterrizado en Zaragoza.
Guillermo Mestre

Señores viajeros, abróchense sus cinturones porque despegamos dirección Marienplatz (Múnich) o plaza de San Marcos (Venecia). Zaragoza conecta desde este lunes con Alemania –en estos momentos no había ningún vuelo al país germano– y con la Italia nororiental. Estos vuelos de la compañía Volotea saldrán los lunes y jueves hasta el 27 de septiembre, un paso más en la escalada del aeropuerto por convertirse en el referente del Valle del Ebro.

Por trabajo, por vacaciones, para visitar a familiares o para escapar de la rutina. En el aeropuerto había casi un motivo diferente para viajar por cada pasajero. Miguel corría de un sitio para otro mientras sus padres hacían fila para facturar las maletas. Cristina Grau e Ignacio González, una pareja de jóvenes, regresaban este lunes a su casa de Múnich, aunque esta vez sin necesidad de transbordos en Madrid o Barcelona. "Ahora vendremos más a menudo a Zaragoza y nuestra familia vendrá más a vernos a Alemania", comentaban. Ellos se fueron a Alemania hace cuatro años por motivos laborales: "Lo que nos ofrecieron allí era mejor que a lo que podíamos aspirar aquí". Pero la tierra tira y siempre que pueden se escapan a Zaragoza, así que esta nueva conexión Múnich-Zaragoza les viene "genial". "A ver si lo ponen durante todo el año", decía Grau esperanzada.

De las 125 plazas del Boeing 717 que iba hacia Alemania, cerca de 40 asientos tenían acento del Bajo Aragón. Un grupo de jubilados ha ido hacia la capital bávara para pasar una semana de vacaciones. No obstante, también visitarán Berlín y Núremberg. "Nos ha venido de maravilla que pusieran este vuelo, no sabíamos que era el primero", afirmaba Antonio Cuella, uno de los integrantes del grupo. Un estreno que se ha celebrado por todo lo alto y que ha hecho más amena la espera para embarcar. Los pasajeros de ese primer vuelo han podido degustar una tarta de tres pisos –cada uno de un sabor: limón, fresa y chocolate– con avión –comestible– en la cima incluido. "Cuando la hemos visto pensábamos que era de poliespán", murmuraban unas señoras. Mientras, a su lado, Marian Sanicolás ya hincaba el diente: "Está riquísima". El único incidente es que el vuelo ha salido con retraso por la acumulación de nubes.

Estos viajeros han tomado el relevo de los que venían desde Venecia, que no entendían muy bien por qué los bomberos les recibían con un arco de agua, el tradicional "bautizo" de las nuevas rutas. Desde el país de la pasta venían Rosario Bernal y Michele Faelli, una familia internacional –ella murciana y él italiano– que aterrizaron en Zaragoza con la intención de hacer turismo por la Comunidad. Residentes en Spilimbergo (Italia) viajaban con sus dos hijos Pedro y Santiago de 3 y 6 años: "Vamos a pasar dos días aquí, dos en Teruel y después iremos a Murcia", ha explicado Rosario.

A la inauguración ha acudido también el consejero de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda, José Luis Soro, quien ha comentado que los vuelos tenían dos fines distintos. "El de Venecia tiene vocación turística y el de Múnich más empresarial". Por su parte, el director de Desarrollo Corporativo de Volotea, Carlos Cerqueiro, se ha mostrado muy satisfecho con la venta de pasajes: "Vienen y salen casi llenos". Mientras que el director del Aeropuerto, Marcos Díaz, ha afirmado que se seguirá "trabajando por encontrar destinos viables" como los recién estrenados.

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