Un oscense se arranca la pulsera antimaltrato y dispara las alarmas

La alerta saltó el pasado lunes y obligó a movilizarse a la Policía Nacional y la Guardia Civil, ya que la exmujer del maltratador está clasificada en "riesgo medio".

Una de las pulseras GPS que se utilizan en algunos casos de violencia de género
Una de las pulseras GPS que se utilizan en algunos casos de violencia de género
C. I.

La Policía Nacional y la Guardia Civil activaron el pasado 28 de mayo todas las alertas al detectar que Moisés A. G., un oscense sobre el que pesan varias denuncias por malos tratos, se había desprendido de la pulsera electrónica que le impedía acercarse a su expareja. Al no detectar la señal de radiofrecuencia del dispositivo, un empleado del centro Centro de Control de Medidas Telemáticas de Alejamiento (conocido como Cometa), informó enseguida a las autoridades. De hecho, están obligados a hacerlo en menos de diez minutos para evitar agresiones o incluso algo peor.  

El hombre no contestaba a las reiteradas llamadas de los agentes y estos tampoco lograron localizarlo en el domicilio que había facilitado, ubicado en Sariñena. Aunque a la denunciante se la apreció una calificación de "riesgo medio", el temor a que pudiera aproximarse a ella o intentar hacerle algo obligó a reforzar las medidas de seguridad. De hecho, el juzgado de Violencia Sobre la Mujer dictó una orden de busca y captura sobre Moisés A. G.

Según ha podido saber HERALDO, al saber que lo estaban buscando insistentemente y temiendo que lo apresaran, el hombre se personó voluntariamente el pasado miércoles en la comisaría de la Policía Nacional Rey Fernando- Actur. Allí aseguró que se había quitado el dispositivo el día 28 de madrugada al detectar un control preventivo de los Mossos d’Esquadra en Tarragona. En principio, no consta que su expareja se encontrara en esta provincial catalana, pero tampoco puede confirmarse que la versión de este hombre fuera cierta.

El hombre quedó detenido y este jueves fue trasladado a la Ciudad de la Justicia de Zaragoza para prestar declaración ante el juez de guardia. Tras escuchar su relato, este optó por dejarlo en libertad. Eso sí, colocándole un nuevo dispositivo GPS y advirtiéndole de que será juzgado por un delito de quebrantamiento de condena.

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