Cerca de mil aragoneses dejaron de trabajar para cuidar de familiares dependientes en 2017

A cierre del pasado año se contabilizaron 1.900 inactivos por este motivo, frente a los mil del año anterior. El perfil es el de una mujer (84%) mayor de 45 años (88%).

La zaragozana Virginia Gómez ha dejado de trabajar para cuidar a su hija Carla de 10 años, que tiene parálisis cerebral.
La zaragozana Virginia Gómez ha dejado de trabajar para cuidar a su hija Carla de 10 años, que tiene parálisis cerebral.

En el último año, el número de personas que han dejado su empleo para cuidar de personas dependientes en Aragón se ha incrementando un 90%, pasando de 1.000 personas en 2016 a 1.900 en 2017, según recoge el '7º informe Discapacidad y Familia' presentado este mes de mayo por la Fundación Adecco.

En general, son personas que se han retirado del mercado laboral por no poder costear los servicios adecuados para el cuidado de familiares dependientes como adultos enfermos y/o personas con discapacidad.

Según Myriam Ganado, consultora de la Fundación Adecco experta en familias, "compatibilizar la vida personal y laboral es un reto para todos los profesionales, que se convierte en todo un desafío cuando hay una persona dependiente en la unidad familiar". Por este motivo, considera que "no pocos trabajadores deciden retirarse del mercado para ocuparse directamente de su familiar, al no poder costear a una persona que le brinde los cuidados adecuados”.

Este fue el caso de Eduardo Lozano, un camionero zaragozano, padre de dos hijos, que dejó la empresa en la que trabajaba ante la imposibilidad de compaginar su jornada con el cuidado de uno ellos, quien sufre el raro síndrome de Legius, un trastorno no muy grave que ralentiza su aprendizaje. "Yo en mi vida laboral, y he estado 18 años trabajando, siempre había luchado por estar con mi hijo por las tardes, y cuando mi jornada de mañanas se vio comprometida por una guerra interna eso resintió mucho mi estabilidad. Conciliar es muy complicado, pero tenía claro que si tenía que trabajar limpiando cerdos lo haría; lo importante para mí en ese momento era estar con mi hijo por las tardes y tratar así de que el día de mañana le vayan mejor las cosas, que no se quede atrás", defiende este zaragozano.

Cerca de mil aragoneses dejaron de trabajar para cuidar de familiares dependientes en 2017

Tras llegar a un acuerdo con la empresa en la que estaba, Lozano dejó su trabajo y se dedicó durante año y medio al cuidado de su pequeño mientras buscaba algo compatible con su situación familiar. "Estuve un año y pico mirando, pero es tan complicado conciliar que no me salía ninguno que fuese de mañanas, adaptado a mis circunstancias... Al final he encontrado un trabajo de mañanas -llevo un camión de maderas- y ahora todas las tardes estoy con mis hijos. Podría estar en otro sitio ganando más, pero para qué pagarle 300 euros a alguien que esté con él si luego no puedo disfrutar de este tiempo o ayudarle como padre", se pregunta Lozano.

El suyo, sin embargo, se podría decir que es un caso excepcional. Según datos del INE, en el 84% de este tipo de situaciones son las mujeres las que dejan de trabajar para atender a familiares dependientes. Así, el perfil mayoritario es el de una mujer mayor de 45 años (88%) que se retira de su puesto de trabajo o deja de buscar empleo ante la imposibilidad de costear los servicios adecuados para el cuidado de familiares dependientes. "En nuestra sociedad sigue muy arraigado el rol femenino como cuidadora de la familia y del hogar y, en segundo lugar, las mujeres mayores de 45  son las que más dificultades encuentran en el mercado laboral y, por tanto, las primeras que deciden retirarse cuando la situación familiar lo requiere, ante la falta de expectativas profesionales", alerta Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco.

Según la presente encuesta, un 67% de los aragoneses que tienen familiares con discapacidad ha tenido que rechazar empleos (39%) o promociones (28%) porque no eran compatibles con el cuidado de su familiar. A la zaragozana Virginia Gómez, madre de dos niñas de 10 y 3 años, una de ellas con discapacidad intelectual y motora, todo se le complicó al perder a su marido hace tres años por culpa de un cáncer. "Me gustaría volver a trabajar, pero a día de hoy es imposible compaginar... La conciliación es difícil, porque no puedes estar continuamente pidiendo permisos para ir al médico, terapias y especialistas... pero cuando me quedé viuda ya se hizo imposible. En ningún trabajo te van a querer...", sentencia esta madre, que con el apoyo de su entorno ha creado la asociación 'Un futuro para Carla', por medio de la cual organiza diferentes actividades benéficas al cabo del año que le permitan recaudar fondos para su hija de 10 años.

Cerca de mil aragoneses dejaron de trabajar para cuidar de familiares dependientes en 2017

Gracias al 'Plan Familia' de la Fundación Adecco, Virginia se beneficia también de una prestación anual de 1.500 euros que le ayuda a afrontar los gastos corrientes (de andadores, silla, audífonos...) y las terapias a las que asiste Carla para ir ganando autonomía. Pero a ella -puntualiza- lo que le gustaría es encontrar un trabajo que le permitiera, más allá de entrar dinero en casa, "desconectar" de su rol de cuidadora unas horas, cuando deja en sus respectivos coles de Torrero a las niñas.

Conciliación: un largo camino

A este respecto, desde la Fundación Adecco hacen hincapié en que "las insuficientes medidas de conciliación" que hay hoy en día "suponen una pérdida de competitividad para las empresas, pues cada persona que rechaza un empleo o promoción por este motivo es talento desperdiciado". Por ello, piden impulsar políticas de flexibilidad que permitan a los profesionales "dar lo mejor de sí mismos sin renunciar a lo más importante para ellos: su familia".

Según datos del presente informe, un 83% de los encuestados demanda más medidas de flexibilidad y conciliación para compatibilizar su desarrollo profesional con el cuidado de su familia. Además, dicho estudio considera que las políticas de conciliación "tienen aún mucho recorrido en España". Así, la mayoría de las medidas de flexibilidad tienen una implantación inferior al 50%. Solo la posibilidad de abandono del puesto de trabajo ante emergencias familiares (75%) y los viernes por la tarde no laborables (67%) han conseguido arraigar en las empresas españolas.

En este sentido, Myriam Ganado, consultora de la Fundación Adecco experta en familias, asegura que "la futura inserción laboral de los menores no es viable sin el apoyo familiar y más aún si estos tienen discapacidad".

"Necesitan pasar tiempo con sus padres, pues ellos son su primera referencia y los responsables de inculcarles valores como la igualdad de oportunidades, la autoestima, la confianza o la fortaleza. No se trata de sobreprotegerles, sino de invertir en su autonomía, y eso solo es posible con tiempo de calidad que les proporcione seguridad en sí mismos. Privar a los menores con discapacidad de la compañía de sus padres es un retroceso; mientras que facilitársela es una apuesta de futuro. La idea no es que los progenitores descuiden sus responsabilidades laborales, sino que puedan flexibilizarlas para compartir momentos de calor, afecto y ocio con sus hijos con discapacidad", concluye esta experta.

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