Pertegaz inspira la reunión de arte y moda en una exposición en el museo Pablo Serrano

Seis artistas aragoneses intervienen otros tantos modelos diseñados por el modisto Arturo Guillén.

Arranca la Aragón Fashion Week

El modisto aragonés Arturo Guillén fue al encuentro inspirador de su paisano Manuel Pertegaz en busca de aquellas constantes creativas del maestro turolense en las que él se viera identificado. Y las encontró. Del legado intemporal y en su día rompedor del de Olba, Guillén ha extraído formas, texturas, volúmenes y soluciones que han cobrado forma en la exposición ‘Pertegaz. Moda y arte’, que este lunes se inauguró en el museo Pablo Serrano como punto de partida de la primera Aragón Fashion Week. La exposición puede verse en el vestíbulo hasta el domingo.

En este empeño, Arturo Guillén ha tenido unos compañeros de lujo, seis ilustradores y pintores aragoneses que han intervenido en seis de sus doce prendas. La idea es plantear al espectador una suerte de juego de espejos. Una docena de prendas agrupadas por parejas. Una queda en blanco y la otra se dejó en manos de los artistas, como un lienzo.

En estos meses, los pintores e ilustradores Rebeca Zarza, Fernando Romero, José Moñú, Le Désert, Mercedes Bellido y David Adiego han explorado la figura de Pertegaz. El resultado, en trajes de noche, de día y de novia, es tan variado como sorprendente.

El campo de Olba

Rebeca Zarza interviene un conjunto de dos piezas de chaqueta y pantalón. En él, Guillén ha trabajado la costura en zigzag y la elegancia cotidiana de la época dorada de Pertegaz. Zarza estampó las telas pensando en la infancia del diseñador, cuando vivía en Olba rodeado de naturaleza. "En los bajos del pantalón, por ejemplo, he estampado unas hierbas, recordando la sensación de cuando paseas por el campo y rozan los tobillos", explicó este lunes la artista zaragozana. En la chaqueta "he puesto pájaros, cuyos cantos te despiertan, todo con guiños al ‘op art’". También, contó Zarza, "he añadido pedrería que he pegado una a una en la tela a mano para sentir esa manera de hacer artesanal de la época de Pertegaz". Según Rebeca, este trabajo le ha servido "para conocer a este modisto, del que admiro sobre todo su capacidad para adaptarse de la alta costura al ‘prêt à porter’".

En el caso del pintor José Moñú, no se ha creado un estampado ‘ad hoc’, sino que se ha reproducido uno de sus cuadros en el tejido. Una tela, por cierto, muy técnica, de neopreno, para un modelo también de dos piezas de gran volumen en la cadera, en recuerdo del estilo de los años 50.

Una mancha y un corazón

Los modelos diurnos se completan con el trabajo de David Adiego en un traje de paño de lana inspirado en un vestido-toga de Pertegaz del 74. Adiego ha trabajado con la idea de los claroscuros que generan las telas. Y con una mancha roja, que torna en un corazón cuando la prenda se viste.

La noche y las novias son cosa de Le Désert, Fernando Romero y Mercedes Bellido. El primero ha tenido entre manos un espectacular vestido túnica para novia en seda natural y tul. Le Désert le dado color a base de espray (viene del arte urbano), creando un paisaje colorido que juega con las texturas y las firmas del grafiti. Mercedes Bellido, por su parte, se ha inspirado en la cerámica de Teruel para decorar en verdes un vestido de noche de triacerato con cuello tira y escote en la espalda en forma de ‘v’ que recuerda a uno de Pertegaz del año 69.

Por último, Fernando Romero ha ideado un paisaje galáctico con degradados para otro vestido de novia en ‘georgette’ de seda, con un collar de plata incorporado.

Como curiosidad, en la exposición merece la pena prestar atención a las cartelas explicativas no solo para aprender y entender los trabajos, sino también para admirar el trabajo artesanal de José Chávez, profesor de la Escuela Superior de Diseño de Aragón (cuyo equipo ideó la muestra) que ha creado una suerte de pequeños recortables con volumen que reproducen los vestidos originales en los que se inspira cada pieza.

En la inaugiración de este lunes estuvieron presentes Nacho Escuín, director general de Cultura; Luisa Pellejero, directora de la ESDA, y Carmen Herrarte, representante del patrocinador Torre Village.

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