Dos aragoneses coronan la Gran Muralla China

Alda y Pérez han finalizado ‘The Great Wall Marathon’. Otro zaragozano, César Sanjuán, superó la Marathon des Sables, una de las carreras más duras del mundo, el pasado mes de abril.

Dos aragoneses coronan la Gran Muralla China
Dos aragoneses coronan la Gran Muralla China

¿Cuáles son las claves que pueden llevar a una persona a enfrentarse a una de las carreras más complicadas que existen en el mundo? En el caso de los aragoneses Javier Alda y Javier Pérez fue un motivo solidario, en concreto la lucha contra el cáncer infantil, lo que les ?ha llevado? a emprender el reto de superar una de las cinco Adventure Marathons más famosas del mundo entre las que se encuentran la de China, la Petra Desert, la Polar Circle, la Bagan Temple y la Big Five.

Bajo el lema ‘Superando la muralla del cáncer, y junto a otros seis españoles -Andrea, Gema, Miriam, Inmaculada, Pane y Guillermo-, participaron junto a otros 2.500 corredores procedentes de 60 países diferentes que recorrieron más de 5.164 escalones en la Maratón de la Gran Muralla China. El 14 de mayo, el oscense y el zaragozano emprendieron su viaje rumbo a Huangyaguan, en la provincia de Tianjin, para enfrentarse este mismo sábado, 19 de mayo, a las 7.00 de la mañana –hora local- a una de las infraestructuras más imponentes del mundo. Dicho reto podía realizarse en tres modalidades: maratón (42 km), media maratón (21 km) y la Fun Run (8,5 km).

Los aragoneses enmarcaron su participación en la iniciativa solidaria ‘Un viaje, una causa’, que en esta ocasión busca recaudar fondos a beneficio de la Fundación Blas Mendéz Ponce cuyo objetivo es la mejora de la calidad de vida de los niños oncológicos. “Hasta la fecha hemos recaudado más de 1.300 euros pero todavía quedan muchos días para lograr llegar a más”, explica Alda, desde su hotel, tras haber finalizado el reto.

Alda, oscense de 32 años y fundador de la consultoría energética Vatios Verdes, padece una cardiopatía congénita, una Tetralogía de Fallot. Esto es algo que le limita a la hora de hacer deporte, sí,  pero que no le ha impedido seguir superándose día a día. Nada más llegar al hotel, contaban a HERALDO cómo había sido la prueba 8,5K a la que se habían enfrentado horas antes. “Me he quedado atrás con otras dos compañeras que también padecen una cardiopatía congénita, para nosotros el reto era otro”, reflexiona. En su caso, la carrera se prolongó durante algo más de 2 horas y media, una hora más que su compañero zaragozano. El resto de acompañantes, que se enfrentaban a 42 km y 5.164 escalones, la terminaron en 7 horas.

“Había mucha gente que iba andando agarrada a la barandilla porque no podía ni con su alma. Íbamos pasando por algunos pueblos de la zona y la gente nos chocaba la mano a nuestro paso y nos gritaba mensajes de ánimo –me imagino-“, bromea. Los primeros 5 kilómetros de subida se realizaban por carretera. Al final de este tramo comenzaba la verdadera aventura: “Ya en la muralla han sido 3 kilómetros y medio de subidas y bajadas, escalones y rampas, y filas de a uno para que la gente pudiera adelantar por la izquierda”, describe el oscense.

Aunque ya habían tenido la oportunidad de conocer el terreno el día de inspección, asegura que la carrera es más dura de lo que parecía en un principio: “Los escalones son tan altos que no puedes hacer el tramo corriendo, es imposible. Nos quedamos con que hemos superado el reto deportivo y ahora vamos a por el solidario”, indica.

Este sábado, los aragoneses se levantaban a las 3.00 de la mañana para llegar puntuales a su destino. “Aquí hay que hacerlo todo con muchísimo tiempo sobre todo por los atascos, y estamos a más de 2 horas de la muralla por lo que era necesario levantarse pronto”, explicaba el oscense minutos antes de partir del hotel. “Aquí es todo tan distinto… los horarios, la comida, el tráfico. ¡Hay cientos de motos y la gente circula sin casco!”, destacaba Alda.

Un zaragozano, 38 en ‘des Sables’

El pasado mes de abril, el zaragozano César Sanjuán lograba hacerse con el puesto 38 en la última edición de la ‘Maratón des Sables’. Se trata de una carrera por etapas considerada una de las pruebas más duras del mundo, que consiste en recorrer nada más y nada menos que 250 kilómetros en 7 días, divididos en seis etapas -cinco etapas entre 20 y 40 y una de 80-. Otra de sus peculiaridades es que se trata de una prueba de autosuficiencia, es decir, cada corredor debe llevar su propio material.

Sanjuán, que confiesa que todavía sonríe cuando recuerda la prueba, participó en la 33 edición de la Maratón que tuvo lugar del 8 al 14 de abril al sur de Marruecos. “A pesar de la dureza de la prueba, que me costó 28 horas, me lo he pasado genial y la he disfrutado muchísimo, creo que tuve mucha suerte y todo me salió bien. Ahora mismo repetiría”, asegura.

¿Lo peor? Los cambios de temperatura

“?Durante el día se superaban los 40 grados y por la noche bajaban a dos y mi saco de dormir no era suficientemente bueno”, reconoce. En su opinión, a parte del entrenamiento que llevó a cabo durante varios meses en Zaragoza, haciendo ejercicio dentro de saunas, corriendo con varias capas, practicando Bikram Yoga –yoga a 40º- y corriendo sobre campos recién arados –en un intento por buscar un terreno parecido a las dunas del desierto- opina que, sin duda, una de las claves fue la buena preparación de su mochila: cada participante debía de ir equipado con unos mínimos como una bolsa de dormir, un kit de mordedura de serpiente, algo de alimento y botellas de agua: “Yo llevaba 7 kilos, había gente que superaba los 10 y eso ralentiza el ritmo”.

“Había 1177 participantes, 55 eran españoles y de Aragón estaban dos de Caspe y yo. La verdad es que no pensaba llegar en tan buen puesto, para mí es un orgullo y todo el esfuerzo ha merecido la pena”, asegura.

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