Las monjas de Benabarre denuncian ante la Policía el robo de unas puertas del siglo XVII

Las monjas propietarias del monasterio de San Pedro Mártir de Benabarre han denunciado ante la Policía el robo de seis puertas de madera del siglo XVII, perteneciente a la época de la fundación y que se remontan concretamente a 1632. En las diligencias, la actual priora de la comunidad dominica, sor Agustina, relata que el conjunto del convento está protegido por el Gobierno de Aragón y que una copia de las llaves del cenobio, cerrado desde 1996 y que actualmente está en venta, se encuentran en posesión del Ayuntamiento de Benabarre.

La superiora acudió a una comisaría de Zaragoza, donde viven las religiosas, para denunciar los hechos el pasado 16 de marzo, aunque declaró que la desaparición de los bienes se remonta a hace tres años. En declaraciones a este diario, aseguró que optaron por denunciar tras recibir recientemente una llamada de un vecino de Barcelona interesándose por adquirir las puertas. "No lo hicimos antes por ignorancia, por no saber que se trataba de bienes catalogados y por no querer líos. A raíz de la llamada, hablamos con nuestro abogado y nos dijo que éramos responsables si no denunciábamos. Y ahora lo hemos hecho por guardarnos las espaldas, la verdad", apunta.

Las puertas pertenecían a las celdas de las monjas ricas del siglo XVII y, aunque son de madera y de aspecto rústico, están decoradas con palabras y motivos religiosos, como una paloma.

Del caso se dio traslado a la Guardia Civil, que no tuvo mucho que investigar. Nada más poner los hechos en conocimiento del alcalde, el socialista Alfredo Sancho, este les dijo que las cinco puertas, y no seis como consta en la denuncia, estaban en el almacén municipal por una cesión "voluntaria" de las propias monjas, que asegura que se hizo de forma verbal.

Requerimiento a las monjas

Molesto con la denuncia, el también diputado autonómico se puso en contacto con los representantes de las dominicas para solicitar que le aclararan si querían recuperar los bienes o se mantenía la cesión. Tras interesarse por el caso este diario, el alcalde optó el pasado martes por enviar un requerimiento por burofax a las dominicas, en el que les da un plazo de diez días para que le den una respuesta.

En el escrito, Sancho detalla no solo la cesión de las puertas, sino de un cuadro tríptico de Vicenta Balaguer que estuvo colgado en la iglesia del convento, igualmente custodiado en el almacén. Y alude también al altar y a unos bancos de la misma iglesia, instalados en la capilla del cementerio.

En el escrito, apunta que como la actual priora "conoce", la comunidad religiosa cedió estos bienes de forma voluntaria hace ocho años, "siempre para la preservación [...] de distintos elementos muebles originarios del convento de su propiedad". Y para "evitarle gastos", le solicita que le comunique si quiere retirarlos, al igual que la copia de las llaves.

Además, le advierte de que a partir de ahora les tocará a ellas asumir la conservación ordinaria del convento, aunque hasta ahora venía ocupándose de las labores básicas de mantenimiento el Ayuntamiento.

La entonces priora del monasterio San Pedro Mártir, sor María Antonia, remitió una declaración jurada a este periódico en la que niega taxativamente que pactara ni consintiera la cesión de alguna de estas piezas al Ayuntamiento. Es más, apunta que tras abandonar el monasterio "ante la precaria situación de la Comunidad" pusieron los bienes a disposición del arzobispado, aunque fue finalmente la parroquia de Benabarre la que pudo disponer de ellos. "No recuerdo la fecha exacta, pero estas conversaciones tuvieron que ser del 2000 al 2004", incide.

Las dominicas, ni un paso atrás

La actual superiora, sor Agustina, y la administradora, María del Rosario, señalaron que no piensan retirar la denuncia del robo de las puertas de las celdas. "Cuando se puso, fue muy pensada. Jamás pactamos la donación ni sabíamos que las tenía el alcalde. No hemos hecho nada mal y retirarla sería como decir que hemos mentido", apuntaron.

Además, incidieron en que todos los acuerdos con el Ayuntamiento se han reflejado por escrito, como la cesión de uso de la iglesia y, recientemente, los nichos del cementerio.