Miguel Labay: "Aragón es la cuna de la pediatría española"

Autor de libros y artículos sobre pediatría, reivindica la memoria de grandes figuras aragonesas de la medicina española olvidadas por la historia.

Miguel Labay, con su libro sobre Martínez Vargas, en Teruel.
Miguel Labay: "Aragón es la cuna de la pediatría española"
J. Escudero

Es uno de los principales investigadores de dos figuras aragonesas en la historia de la pediatría: el turolense Jerónimo Soriano, del siglo XVI, y el barbastrense Andrés Martínez Vargas, que vivió entre los siglos XIX y XX. ¿Qué le atrajo de ellos?

Jerónimo Soriano fue el primer pediatra de España y Andrés Martínez Vargas, el fundador de la pediatría moderna. Este último creó en Barbastro un instituto para ayudar a las madres a cuidar a sus hijos con el que la mortalidad de los niños en sus primeros cinco años de vida, que hasta 1930 oscilaba por regiones entre el 40% y el 80%, se redujo al 6%.

Por suerte, un abismo nos separa de aquella época.

Sí. Entonces, en los pueblos y en las ciudades, las campanas anunciaban la muerte de un niño casi a diario. Muy triste. Ahora no se entiende la muerte de un chaval, es una noticia en el periódico, y antes era el pan nuestro de cada día. Medidas higiénicas, mejora del agua de boca, acceso a medicamentos y mayor nivel educativo han obrado el milagro.

En un artículo suyo sobre el origen de la pediatría en España que colgó en la red –van más de 7.000 descargas–, lamentaba cuántas niñas con 9 años salieron a principios del siglo XX de sus casas para servir.

Así es. El propio Martínez Vargas se preocupaba por la cantidad de aragoneses que salían fuera a trabajar. Fue una generación marcada por la dureza de la vida. Faltaban alimentos, higiene y medicinas, a las que solo podían acceder quienes tenían mucho dinero.

Igual ahora nos hemos ido al otro extremo. Hay gente obsesionada con la alimentación y la higiene.

Yo pienso que sí, que nos hemos ido al otro extremo, y en el término medio está la verdad. La excesiva higiene también trae sus complicaciones. Hay que educar a nuestro cuerpo para que, en algunas ocasiones, esté en contacto con determinadas bacterias o virus, si no, perdemos capacidad inmunitaria. Las duchas muy intensas diarias suprimen parcialmente una capa de gérmenes de nuestra piel que nos está defendiendo.

También la confianza entre padres e hijos ha dado un salto. ¿Se nos ‘suben a la chepa’?

Sinceramente, sí. Hay un cambio generacional importante y yo veo, salvo excepciones, que no se respeta a los padres como antes, o estos no se hacen respetar. En algunas casas falta autoridad y un niño debe saber qué es lo que está bien y lo que está mal.

Los niños son los reyes en cualquier parte.

Estamos alumbrando una generación que, seguro, será mucho mejor que la nuestra, pero que nos va a costar entender. Veo a niños de dos añitos con el whatsapp, manipulando y jugando con el móvil. Pienso que la suya va a ser una vida completamente diferente, espero que mejor, pero a veces albergo algunas dudas. La relación personal tiene que ser eso, personal. La tecnología debe completar esa relación, pero nada más.

Más de 40 años de experiencia como pediatra. ¿Cuál es la asignatura pendiente de esta especialidad médica?

Debe reconocerse oficialmente que hasta los 18 años, mínimo, los adolescentes pertenecen a pediatría. Ahora están hasta los 14. En mi modesta consulta he logrado que la compañía con la que trabajo me deje verlos hasta los 16. Tienen más confianza con su médico de toda la vida y se sinceran de forma eficaz, espontáneos y nobles. El pediatra conoce su trayectoria. Es más fácil, más simple y más sencillo. En Estados Unidos es así.

¿Queda algún otro médico aragonés olvidado por la historia?

Ahí está el profesor Lorente Sanz, catedrático de Pediatría en Zaragoza durante 40 años, superilustrado y que murió hace 30 años. O el oscense Fidel Pagés, maravilloso descubridor en 1923 de la anestesia epidural, que se merece un monumento en cada maternidad y centro quirúrgico del mundo.

¿Aragón, tierra ingrata?

Los aragoneses, a veces, somos un poco injustos con nosotros mismos. Y nunca deberíamos olvidar que Aragón es la cuna de la pediatría española. Aquí se gestó la pediatría española, con Jerónimo Soriano y Andrés Martínez Vargas.

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