Los barrios rurales de Zaragoza urgen a reparar caminos y motas tras la riada

También hay viviendas, piscinas, polideportivos, campos y acequias afectadas

Reunión celebrada ayer en el Ayuntamiento de Zaragoza con los alcaldes de los barrios rurales afectados
Los barrios rurales de Zaragoza urgen a reparar caminos y motas tras la riada
Aránzazu Navarro

Los alcaldes de los barrios rurales afectados por la avenida extraordinaria del Ebro reivindicaron ayer en el Ayuntamiento de Zaragoza "soluciones urgentes" para reparar todos los desperfectos provocados por el río, que solo en la capital causó daños de más de 100.000 euros. También exigieron "medidas preventivas" para minimizar el efecto de futuras avenidas. Lo hicieron en una reunión en la que la concejala de Medio Ambiente, Teresa Artigas, se comprometió a analizar "qué caminos están peor" y actuar en consecuencia. No se descarta, de hecho, que el Consistorio pueda ejecutar actuaciones provisionales en aquellos que resulten "especialmente importantes".

Los problemas se concentran en Alfocea, Juslibol, Movera, Monzalbarba y Peñaflor. Antonio Aragüés, alcalde pedáneo de Alfocea, explica que, en su caso, urge arreglar "los caminos en los que se filtró el agua". Que los vecinos volvieran a quedarse incomunicados le lleva a reivindicar "la variante que ya aparecía contemplada en el Plan General de Urbanismo de 2002". Otra opción sería elevar el puente un metro hasta la entrada del barrio. Lo importante, opina Aragüés, es "que se limpie el cauce". "Por más que digan, sí que se notaría", afirma.

En Monzalbarba no saben si la piscina estará totalmente operativa este verano, ya que el agua alcanzó el metro de altura en el polideportivo. "Actualmente está llena, pero con agua del río. Hay que vaciarla, limpiarla, repararla... No me atrevo a decir si estará al 100%", reconoce Joaquín Tiestos, alcalde de este barrio rural. Los desperfectos, en todo caso, no terminan ahí. Los hay en caminos, viviendas particulares... "Está todo por hacer. Prácticamente, se han registrado los mismos daños que en 2015", afirma. De cara a una futura avenida "se podrían hacer muchas cosas". "Hay que dar una solución al camino recrecido de Pontoneros, que ejerce de mota y hace que el agua se quede estancada", apunta Tiestos.

Movera también tiene una larga lista de tareas pendientes. "Los caminos que se estropearon siguen sin arreglar y a la urbanización Torre Urzaiz da pena entrar. Ha habido que alojar a dos familias en viviendas del Ayuntamiento", explica Esperanza Calvano, alcaldesa del barrio. Ella es partidaria de limpiar la isla de sedimentos que hay bajo el puente de la Z-40 para minimizar los daños.

En Peñaflor se ha pedido reforzar la mota, que ya tuvo que ser reparada en 2015. El mayor problema, no obstante, está en los caminos. "Actualmente solo habría uno para evacuar a la población", señala la alcaldesa de barrio, María del Carmen López. También aboga por seguir incidiendo "en las políticas de prevención". "Hay que mantener informados a los vecinos en todo momento. Nosotros, por ejemplo, creamos un grupo de Whastapp para que estuvieran al tanto de todo", expone.

A Juslibol, otro de los barrios rurales perjudicados por la crecida, le ha costado volver a la normalidad. La cantidad de agua acumulada hizo que durante los primeros días fuera imposible acceder a varias fincas. "Costó dos semanas hasta que conseguimos sacarla. Al principio no se quería hacer cargo nadie, pero finalmente pudimos hacerlo a través del servicio de distritos", dice la alcaldesa de este barrio rural, María Pilar Antorán. Al arreglo del camino de la mota hay que sumar una acequia dañada y los desperfectos ocasionados en las viviendas particulares. Antorán cree imprescindible "que se estudie la colocación de una tubería que saque el agua" de aquellas zonas de huerta que "siempre se inundan", una reivindicación que ayer trasladó al equipo municipal.

Ayudas de la Diputación

El presidente de la Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ), Juan Antonio Sánchez Quero, anunció ayer que la institución financiará el arreglo de los daños de la riada "con cargo del superávit del año pasado", cercano a los 16,5 millones de euros. No concretó, sin embargo, qué porcentaje irá a parar a los municipios afectados. "En función de la evaluación que se haga de las peticiones destinaremos una cantidad u otra", dijo.

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