Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Que todo el campo sea orégano (o tomillo o salvia)

Las propiedades bioactivas de algunas plantas medicinales y aromáticas propician su cultivo de manera reglada con la vista puesta en la elaboración de pesticidas.

Plantación de aromáticas en la Jacetania.
Plantación de aromáticas en la Jacetania.
CITA

Impulsar el cultivo de plantas como el tomillo, la salvia, el orégano o el ajenjo es el objetivo de una línea de investigación del grupo de investigación en domesticación y valorización de plantas aromáticas, medicinales y otros recursos vegetales del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA). La razón es que estas plantas, y otras similares, cuentan con propiedades que van mucho más allá de las de su uso como especias o para la elaboración de infusiones. Por ello, por su propiedad de causar efectos en otros seres vivos, se conocen como ‘plantas bioactivas’.

«Hay extensa bibliografía que demuestra que estas plantas tienen propiedades fungicidas, insecticidas o biopesticidas», explica la investigadora del CITA Juliana Navarro, «pero no se conocen demasiado», añade. Reconoce, sin embargo, que «el interés por esta materia está aumentando, sobre todo porque la Unión Europea está siendo cada vez más estricta en la reducción de productos químicos».

Así pues, desde el CITA se están llevando a cabo diversos proyectos piloto de cultivo de este tipo de plantas, que siempre se han asociado con su crecimiento silvestre en el monte, en campos de las tres provincias aragonesas. «Aragón es un territorio con mucho potencial ya que son plantas que se adaptan muy bien a condiciones extremas como el calor extremo, la falta de agua o los suelos calizos», explica Navarro, que también colabora con el Grupo Investigación de referencia Gathers (E39_17R). «Además son cultivos que, aunque son de alta tecnificación, requieren muy poco cuidado, precisamente por su gran adaptabilidad», precisa al tiempo que detalla que su rentabilidad puede ser de entre un 30% y un 40% superior a los cereales.

Se trata pues de que, si los proyectos arrojan los resultados esperados, se puedan cultivar campos de orégano, salvia, tomillo, romero o ajenjo que, una vez recogidos puedan venderse a las industrias para la elaboración de productos que potencien sus cualidades bioactivas.

Así, desde el CITA, en colaboración con otros organismos, se están desarrollando diversos proyectos en las tres provincias aragonesas para analizar las posibilidades de estos cultivos. Entre ellos destacan la instalación de 50 hectáreas en la zona del Moncayo; un estudio de viabilidad industrial de especies aromáticas y medicinales en la comarca de la Jacetania u otro estudio de viabilidad en la provincia de Teruel, en el que colabora la Fundación Térvalis o un incipiente proyecto del mismo tipo en la zona de Ayerbe.

Además, este centro investigador cuenta con una finca de ensayos experimentales permanentes, en Ejea, donde se trabaja en la mejora de la calidad y cantidad de extractos vegetales obtenidos de estas plantas aromáticas.

Más información en el Suplemento Heraldo del Campo

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