Una residencia de asistidos libre de sujeciones

Es el primer caso en el que una residencia aragonesa obtiene esta certificación.

Las habitaciones disponen  de colchonetas en el suelo para evitar lesiones en caso de caídas.
Una residencia de asistidos libre de sujeciones
GUILLERMO MESTRE

La residencia para asistidos Santa Teresa de Cáritas Diocesana de Zaragoza acaba de convertirse en uno de los primeros centros de Aragón que ha eliminado el uso de sujeciones físicas en el cuidado de sus mayores. Se trata de la primera residencia de la Comunidad que obtiene esta certificación de la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (Ceoma), que le fue entregada ayer. El pasado enero este modelo asistencial le fue reconocido también al centro del Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS) en Alagón, aunque a través de la Norma Libera de la Fundación Cuidados Dignos.

La directora de las instalaciones de Santa Isabel, María Emilia Bergasa, recibió ayer la certificación. El doctor Antonio Burgueño, especialista que trabaja en el Hospital General Universitario Gregoria Marañón y dirige el programa, ha sido el encargado de realizar la formación, el seguimiento y la supervisión de todo el proyecto que comenzó a ponerse en marcha en noviembre de 2015.

Burgueño, que impartió una conferencia, destacó que las sujeciones "no responden a una necesidad de la persona y, además no son terapéuticas". Hasta hace poco, recurrir a las inmovilizaciones, tanto físicas como farmacológicas, ha estado normalizado en la atención de determinadas patologías, en especial para evitar el riesgo de caídas. Sin embargo, se ha constatado que prescindir de ellas no incrementa el peligro de lesiones y la situación médica y psicológica de los usuarios. Una medida es colocar colchonetas en las habitaciones para impedir heridas.

A raíz de la puesta en marcha de este proceso, la residencia Santa Isabel analizó sus instalaciones, acondicionó espacios y adquirió tecnologías innovadoras para, entre otras cosas, minimizar los riesgos físicos y aumentar el grado de libertad de las personas. La implantación de este modelo ha contado también con la participación de las familias, los voluntarios y los propios beneficiarios. Este centro cuenta con 68 plazas (15 de ellas conveniadas con el IASS), un equipo de 42 profesiones y un grupo de 92 voluntarios.

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