Más de 100 menores han sido atendidos por intoxicaciones etílicas en los últimos 16 meses

Algunos médicos sostienen que estos casos representan solamente "la punta del iceberg". El Gobierno central prepara una nueva norma que prevé sanciones a los padres de los menores que beban.

Restos de botellón en el entorno del Club Náutico.
Restos de botellón en el entorno del Club Náutico.
Heraldo

En Aragón residen alrededor de 60.000 jóvenes de entre 14 y 18 años, según las estadísticas más recientes de población recopiladas por el Instituto Aragonés de Estadística (Iaest). Siete de cada diez de estos adolescentes han consumido alcohol en el último mes y alrededor del 20% se ha emborrachado, si atendemos a los datos que recoge la ‘Encuesta sobre uso de drogas en enseñanzas secundarias en España’ (Estudes), elaborada por el Ministerio de Sanidad en colaboración con los expertos adscritos al Plan Nacional sobre Drogas.

Sin duda, es una realidad preocupante que no es nueva y que se repite en el resto de comunidades autónomas. En los últimos 16 meses, de acuerdo con los datos facilitados por la consejería de Sanidad del Gobierno de Aragón, 111 menores de edad han sido atendidos en urgencias por intoxicaciones etílicas. Representan alrededor del 8% de atenciones por este cuadro médico a personas de todas las edades, que se sitúan cada ejercicio ligeramente por encima del millar.

Alertados por la situación, las Cortes Generales decidieron crear en 2012 la comisión mixta para el Estudio del Problema de las Drogas, en la que participan diputados y senadores. Este organismo se constituyó en 2012, pero su labor cobró especial relevancia hace un par de semanas, cuando tras años de trabajos con expertos dio a conocer el anteproyecto de ley de protección de los menores frente a los efectos del consumo de alcohol.

El objetivo de la futura ley contra el consumo de alcohol, que es probable que se apruebe antes de que acabe 2018, es retrasar lo máximo posible la edad en la que los jóvenes empiezan a beber y cambiar la percepción –"excesivamente relajada", según los expertos– que los miembros más bisoños de la sociedad tienen del alcohol.

Sanciones a los padres

Entre otras medidas, se contempla prohibir el botellón (esto implicará cambiar algunas ordenanzas municipales como la de Zaragoza, que permite consumir alcohol en la vía pública), que es uno de los fenómenos que más ha influido en el consumo temprano en las últimas generaciones de españoles, y también unificar criterios entre comunidades autónomas. Se quiere evitar así que algunas regiones sean más permisivas con el consumo de bebidas alcohólicas en la vía pública, por ejemplo, durante fiestas patronales, ferias o eventos de gran confluencia.

Los expertos que han trabajado en el estudio en el que se basa el anteproyecto de ley han pedido que se mire con lupa este tipo de citas, muy arraigadas en nuestro país, y que se convierten en el escenario perfecto para que los jóvenes consuman alcohol. En este sentido, se da por hecho que la futura regulación incluirá un régimen de sanciones a los padres de los menores que beban. Incluso, si el menor reincide en su comportamiento y se demuestra una actitud negligente de los padres, contempla aplicar la normativa ya existente en materia de protección del menor.

El anteproyecto de ley igualmente recoge la erradicación de lo que se conoce como ‘hora feliz’ en bares y pubs y también medidas para apartar a las marcas de bebidas alcohólicas del patrocinio de actividades deportivas, culturales y de ocio, entre otras, copiando la postura legislativa que ya se adquirió hace años con las marcas de cigarrillos.De la misma forma se pretenden prohibir los anuncios en vallas publicitarias y paradas de autobús cercanas a centros de salud, colegios, institutos y salas de cine, así como dentro del llamado horario infantil.

Hábitos preocupantes

Según el Ministerio de Sanidad, las últimas encuestas de consumo evidencian que desde 2012 hay una tendencia a la baja de consumo de alcohol entre menores y ponen de manifiesto que se ha elevado la edad en la que se toman la primera copa, aunque esta "sigue siendo muy baja": se sitúa en los 14 años de media.

De acuerdo con los expertos del departamento que dirige Dolors Montserrat, existe "amplia evidencia científica" de que el alcohol influye en la maduración física, psíquica y social de los jóvenes. "El hígado, el páncreas, y especialmente el cerebro, todavía se están desarrollando y madurando" y el alcohol influye negativamente sobre ellos: ocasiona peor rendimiento académico, produce déficits de memoria y atención y conflictos familiares y con sus amigos, entre otros problemas.

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