Heraldo del Campo

Jesús Astrain: "Nuestros vinos dan placer sensorial e intelectual"

Enólogo de Bodega Pirineos y el profesional con más trayectoria y conocimiento de la D. O. Somontano, ha sido recientemente premiado por la empresa oscense.

Jesús Astrain, enólogo de Bodega Pirineos, integrada en el grupo jerezano, Barbadillo.
Jesús Astrain, enólogo de Bodega Pirineos, integrada en el grupo jerezano, Barbadillo.
J. L. Pano

¿Cómo ha evolucionado la manera de hacer vino en estas tres décadas?

Cuando llegué aquí, el trabajo era muy artesanal. Se trabaja con depósitos de hormigón, fermentando con un método de sombrero sumergido. Prácticamente no había tecnología ni equipos de frío. Se vaciaban los depósitos con palas y horcas y el prensado era muy lento, podía llegar a Navidad. Eso fue cambiando con los nuevos tiempos. Llegaron las inversiones en tecnología y se vio que los resultados eran mejores.

¿Cómo fue el salto de pasar de la cooperativa a la empresa Bodega Pirineos?

En la Cooperativa ya se hacían de vinos de calidad como Señorío de Lazán, creado en 1981 tres años antes de la aparición de la D. O. Somontano, que era una referencia entre todas las instituciones políticas como vino de prestigio en Aragón. Este vino fue un ejemplo de que aquí se podían elaborar vinos de calidad. Entonces estábamos seis bodegas y a partir del reclamo de Señorío de Lazán llegó Viñas del Vero con variedades foráneas y en 1993 Enate. Fue un periodo en el que confluyeron empresas potentes y comenzó el proceso de transformación. El mayor hito fue el paso de una cooperativa a una sociedad anónima y toda su profesionalización. Al final, los viticultores se dedicaron a lo que hacen muy bien, el cultivo de la viña, y la bodega creó una estructura empresarial muy potente.

Pirineos es una bodega del ‘terroir’ que apuesta por variedades autóctonas como moristel o parraleta. ¿Cómo se compite en un sector dominado por las variedades francesas?

Hay una tendencia general a buscar la diferenciación. Es fundamental en un mercado tan globalizado. Si solo trabajas con variedades internacionales corres el riesgo de competir con el cono Sur y entrar en una guerra de precios. Sin embargo si tienes apellidos como moristel o parraleta, te hacen diferente y pueden profundizar con otro argumentario de marketing y real.

¿Con la tendencia del consumo local pueden tener una buena oportunidad?

Empezamos a defender estas variedades porque se iban a extinguir. Si existe parraleta y moristel en el Somontano es porque Pirineos consiguió recuperarlas, cuando nadie apostaba por ellas ante tanta presión por las otras variedades. Defendimos en solitario mantener estas variedades como seña de identidad de la zona. Cuando exportas es difícil explicar que hay variedades que se han cultivado tradicionalmente aquí, así que decidimos complementarlas con syrah o cabernet en vinos destinados a la exportación. El mercado internacional valora que haya una variedad que nos ayude a explicar cómo somos. Además también hemos trabajado en la tipicidad de esas variedades internacionales y cómo adaptarlas a nuestro territorio. En qué se diferencia un cabernet chileno o de Sudáfrica del Somontano. Aquí hemos conseguido darle una tipicidad propia a variedades como cabernet o gewürztraminer que saben a Somontano, vinos muy completos y potentes.

¿Un ejemplo de I+D+I?

Sin duda. Lo primero que hay que saber es cómo se comportan las variedades internacionales en nuestra zona y no imitar modelos porque hay temas de densidad de plantación, podas, … hay que experimentar y documentarlo. Nosotros somos los que más información tenemos sobre moristel y hemos conseguido levaduras autóctonas. Al final es crear un valor, reforzando la identidad y la diferenciación.

¿Cómo definiría los vinos de Pirineos?

Frescos, frutales, damos mucha importancia a la complejidad aromática que nos da los matices, una acidez más fresca que en otras zonas, vinos intensos, de trago largo pensados para dar placer. El vino no necesariamente tiene que ir asociado a la comida si no que se puede beber fuera de ésta. Elaboramos vinos que dan placer sensorial e intelectual con mezclas de uvas originales, autóctonas, incluyendo la madera como una herramienta no como un objetivo. Vinos que expresan la zona, intensos como la tierra de Somontano.

Más información en el Suplemento Heraldo del Campo.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión