Cuarenta años de prisión para el hombre que mató a su mujer en Santa Isabel

Faustino Sarroca, de 74 años, confesó haber asesinado a su esposa y atacado a dos de sus hijos con un mazo de albañil.

Al juicio entró cualquier persona que quiso hacerlo, salvo los periodistas, a los que se vetó la entrada.
Al juicio entró cualquier persona que quiso hacerlo, salvo los periodistas, a los que se vetó la entrada.
José Miguel Marco

La Audiencia Provincial de Zaragoza ha condenado a 40 años y un día de prisión a Faustino Sarroca, el vecino de Santa Isabel que en mayo de 2016 asesinó a su mujer e hirió gravemente a dos de sus hijos con un mazo de albañil.

La sentencia condena al acusado como responsable de un delito de asesinato consumado, a 15 años prisión, un delito de asesinato en grado de tentativa acabada, 20 años, y un delito de asesinato en grado de tentativa inacabada, 5 años de prisión.

Estima el tribunal que en todos los delitos concurre el agravante de parentesco y los atenuantes de reparación parcial del daño y analógica de alteración psíquica.

El tribunal le prohíbe también la comunicación por cualquier medio y aproximarse a sus dos hijos a menos de 300 metros durante un periodo de 25 años, para el hijo que sufre una discapacidad, y durante 8 para el segundo de ellos.

Por último, se le condena a indemnizar a su hijo discapacitado por las lesiones y secuelas sufridas con 22.777, euros, al segundo hijo víctima de los hechos, con 3.064 euros por las lesiones y con 20.000 euros por daños morales y otros 20.000 euros por el mismo concepto para un tercer hijo. Además deberá indemnizar al Salud con 17.776,69 euros.

Durante el juicio, Faustino Sarroca, de 74 años, admitió los hechos y los justificó alegando que en aquellos momentos estaba viviendo una "situación límite". Sarroca golpeó con una maceta de albañil a su mujer y a su hijo discapacitado cuando descansaban en el salón después de comer. Cuando los dio por muertos, llamó a otro hijo y, al llegar, le arrojó lejía a la cara y le pegó dos veces con el martillo en la cabeza.

Sarroca fue el primer aragonés para el que se barajó la aplicar la condena de prisión permanente revisable, aunque finalmente fueron sus propios hijos quienes retiraron esta petición. 

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