"Me citaron para ser jurado y tuve que llevar una bolsa con ropa"

Cada dos años se realiza un sorteo en por provincias para elegir a las personas que podrían formar parte de este órgano. El próximo tendrá lugar en septiembre de 2018.

ESPAÑA CRIMEN CARRASCO
COMIENZAN LAS DELIBERACIONES DEL JURADO DEL JUICIO POR EL CRIMEN DE ISABEL CARRASCO
J. Casares

Todo comenzó con una citación que llegó al buzón de su domicilio. “Me requerían para una entrevista en los juzgados, no decían nada sobre el tema del juicio. Llegamos a una sala, nos dijeron que estábamos admitidos y nos citaron para el día siguiente”, rememora N. R. La zaragozana formó parte del jurado que envió a prisión a Alex Alejandro R.P., acusado de asesinar a su expareja en la portería donde la víctima trabajaba, el 16 de julio de 2010. Tenía 22 años y jamás había pisado un juzgado.

Aún hoy lo recuerda como una experiencia algo caótica. “Fue algo muy curioso, recuerdo que mi madre se disgustó mucho porque decía que no era algo agradable. Jamás me había planteado que podría tocarme”, explica la zaragozana. “También te piden que lleves una bolsa con algo de ropa, por si te tienes que quedar a pasar la noche sobre todo en los casos de gente que venía de fuera”, añade. En su caso, ella durmió en su casa. Otra cosa que no sabía es que iba a recibir una contraprestación: “Cobramos unos 65 euros por día y el juicio se resolvió en tres”.

Hoy, 8 años después, lo recuerda como una experiencia enriquecedora. “Creo que es una gran responsabilidad y que deberían de acercarnos más este tipo de asuntos a la ciudadanía ya que, en cierto modo, me permitió ver las cosas de otra manera”, asevera.

El Jurado Popular es un órgano formado por ciudadanos elegidos por un proceso de selección realizado por sorteo y cuya función será la de emitir un veredicto en un proceso judicial. Sin embargo, la mayoría de la gente desconoce su funcionamiento. Por ejemplo, ¿cómo se crea y en qué consiste su función? ¿Qué probabilidades tengo de que me toque? ¿Puede formarse parte de un jurado popular más de una vez?

Lo primero que hay que saber de un Jurado Popular es que se trata de una manifestación de la participación de los ciudadanos en la administración de Justicia, que aparece recogida en el artículo 125 de la Constitución española y regulado por la Ley orgánica 5/1995. Como peculiaridad, se da en casos concretos, como asesinato, homicidio, amenazas, omisión del deber de socorro, allanamiento de morada, malversación de caudales públicos o incendios forestales, entre otros.

La letrada zaragozana Rosa Fernández participó junto a Altamira Gonzalo en el juicio contra Salvador Gázquez Rico, condenado a 22 años de cárcel por asesinar a su mujer, Coral González García, el 16 de diciembre de 2016. Ambas encabezaron la acusación particular. En su caso, fue la primera vez que se enfrentaron a un juicio de estas características. “Fue un proceso complejo que duró varios días, lo recuerdo como una experiencia intensa”, asegura.

“Una de las principales diferencias frente a un jurado profesional es que tienes que tener en cuenta en todo momento que no te estás dirigiendo a personas expertas en el ámbito judicial”, explica. En concreto, se seleccionan a 36 personas que deberán de someterse a un proceso de selección y cumplir una serie de requisitos como ser español, mayor de edad y saber leer y escribir. “De ahí saldrán los nueve miembros y dos suplentes que formarán parte del jurado”, explica.

Esta selección de ‘voluntarios’, ya que la concurrencia es obligatoria salvo haber demostrado alguna de las incompatibilidades recogidas en la Ley del Jurado, se realiza cada dos años mediante un sorteo por provincia. No pueden formar parte de un Jurado Popular, por ejemplo, el Rey ni los miembros del Gobierno, del mismo modo que pueden disculpar su presencia los mayores de 65 años, quienes sufran algún tipo de trastorno por cargas familiares o desempeñen un trabajo considerado como “de relevante interés general”.

El último sorteo en Zaragoza se llevó a cabo en septiembre de 2016, en un proceso del que salieron elegidas unas 2.300 personas de la provincia. El próximo tendrá lugar en septiembre de 2018. Además, tampoco podrán repetir experiencia aquellas personas que “hayan desempeñado funciones de jurado dentro de los cuatro años precedentes al día de la nueva designación”, añade Fernández.

“Nosotros tan solo recibimos información muy básica de quiénes son (nombre, edad, ocupación) y cada parte puede descartar hasta cuatro miembros. Obviamente, cada uno ha de pensar en los intereses de sus representados”, afirma la abogada. Además, en su caso, todo se realizó el mismo día. “Tras señalar la composición del jurado comenzamos el juicio, primero con una exposición de los hechos, la presentación de las consiguientes pruebas de cada parte, etc.”, asegura la abogada.

Finalmente, los miembros del jurado han de emitir un veredicto. “En nuestro caso tan solo la deliberación se prolongó durante más de 10 horas”, recuerda. Para emitir el veredicto de culpabilidad son necesarios al menos siete de los nueve votos del jurado, mientras que para el de no culpabilidad solo cinco. Si el veredicto determina que el acusado es culpable, el juez será el encargado de establecer su calificación jurídica por el delito concreto, mientras que si se declara su inocencia, el juez dicta inmediatamente la sentencia absolutoria.

¿Popular o profesional?

Por su parte, el abogado Luis López Mompean, en activo desde 1978 y especializado en derecho penal, civil y familia, asegura que se trata de una fórmula controvertida y se decanta por el Jurado Profesional: “Considero que la labor de juzgar requiere una preparación intelectual, cultural, científica y técnica, que desde luego un lego no garantiza”.

En su opinión, y a pesar de admitir que muchas personas no juristas puedan tener plena capacidad para fundar conclusiones acertadas sobre lo que el Juez les someta a deliberar, asegura que la fórmula profesional aporta más garantías: “Para tratar una enfermedad siempre elegiría un médico y para juzgar a un Juez”.

“Es cierto, que como seres humanos, no están exentos de errores, pero en cualquier caso su formación técnica, en un ámbito tan complejo como este, otorga al profesional más posibilidades de acierto, y desde luego, más responsabilidad por el eventual error que pudieren cometer”, concluye el letrado.

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