19 personas han muerto en el Moncayo desde 1981

Este Viernes Santo fue el último accidente mortal cuando un vecino de Ejea de los Caballeros se despeñó en su recorrido.

La cumbre del Moncayo nevada desde Torrellas esta mañana
19 personas han muerto en el Moncayo desde 1981
N.B.

El accidente mortal ocurrido este pasado Viernes Santo en la cumbre de Moncayo, cuando un vecino de Ejea de los Caballeros de 40 años de edad se despeñó en su recorrido, vuelve a poner de relieve la peligrosidad que entraña esta montaña, especialmente durante los meses de invierno.

Desde el año 1981 han perdido la vida un total de 19 personas, casi todas por accidentes en la cumbre. José Luis San Vicente e Isabel Cuenca, del Centro Excursionista Moncayo (CEM), elaboraron el estudio ‘Percepción del riesgo en montañeros que acceden al Moncayo en periodo invernal’ que cifró en 17 las personas fallecidas entre 1981 y 2012. “Concretamos 67 accidentes con 133 personas afectadas, de ellos 17 fallecidos. En el mismo punto del último accidente del pasado viernes, ‘La Escupidera’ habían fallecido otras cinco personas, lo que nos da una estadística de un punto negro de accidentabilidad”, detalla San Vicente.

El estudio también concluyó que las causas más repetidas para provocar los siniestros fueron la falta de nivel técnico, la sobreestimación de las propias posibilidades y una planificación inadecuada. La mayoría de los accidentes ocurrieron por extravíos y deslizamientos por una pendiente helada.

Detrás de muchos de los accidentes está un exceso de confianza, pues muchos excursionistas subestiman los riesgos a los que se enfrentan. “Son dos montañas diferentes en verano y en invierno: familiar y amable en los meses estivales, muy técnica y exigente en los meses más fríos. Por exceso de confianza, la gente no viene con la preparación que sería deseable”, asegura el secretario del CEM.

Moncayo tiene una altitud de 2.315 metros, siendo el punto culminante del Sistema Ibérico. “Comparándolo con otras montañas de las mismas características, de las catalogadas como técnicamente ‘no complicadas’, me niego siempre a decir ‘montaña fácil’, Moncayo no tiene una siniestrabilidad excepcional pero la cifra de fallecidos es alta”, valora el montañero.

Aproximadamente un 70% de los accidentes en montaña se producen en el descenso. “Generalizando, podríamos encontrar como razones para esta estadística el que la persona ya está más cansada, que se relaja después de haber conseguido su objetivo de llegar a la cumbre, y en nieve dura, que los apoyos son totalmente distintos”, explica José Luis San Vicente, quien añade que “el ser humano está anatómicamente más preparado para subir, y en la bajada los apoyos cambian y en una superficie resbaladiza, son peores si no se lleva un equipamiento adecuado y se utiliza correctamente”.

Los consejos para evitar que la montaña se convierta en una trampa, en ocasiones mortal, serían ir equipado y acompañado, tener en cuenta las previsiones meteorológicas y ser consciente de las limitaciones personales.

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