Los sindicatos mayoritarios en los centros penitenciarios de Aragón (CSIF y Acaip) comienzan hoy unas movilizaciones con encierros en las prisiones esta semana y la próxima, así como una huelga que se ha convocado para el próximo día 24. Estas concentraciones se van a seguir en todo el país y los funcionarios pretenden la equiparación salarial de los que trabajan en las prisiones aragonesas con los de Cataluña, una comunidad que tiene la competencia transferida, y la del País Vasco, cuyos funcionarios reciben un plus por peligrosidad como complemento específico.

«Vamos a realizar encierros mañana (por hoy) en las prisiones de toda España menos en las de Madrid porque allí hay concentraciones en el Ministerio del Interior», detalló Alfonso Peiró, presidente de CSIF prisiones en Aragón destinado en el centro penitenciario de Zuera. También hay otra fecha fijada para otro encierro en las centros penitenciarios para el próximo día 12, entre las 10.00 y las 17.00.

Los funcionarios que pertenecen al CSIF reclaman a Instituciones Penitenciarias que los pasen del grupo C1 (al que pertenecen ahora) al B, aumentando dos niveles, y recuperar el cobro del 100% de las pagas extras que han perdido. Asimismo, solicitan el complemento específico que reciben sus compañeros en las prisiones de Cataluña.

«Hubo esta semana una reunión con Ángel Yuste (secretario general de Instituciones Penitenciarias), pero no ha servido para nada. Queremos crear un ambiente de negociación y que nos reciba alguien con entidad», agregó Alfonso Peiró, quien calcula que el aumento de salarios reclamado asciende en una media de 400 euros mensuales.

Servicios mínimos amplios

Por su parte, el sindicato Acaip, junto a CC.OO y UGT, incide en ese ascenso salarial para los funcionarios de prisiones comparándose con los trabajadores de los centros penitenciarios del País Vasco y Navarra. Juan Carlos Cámara, portavoz de Acaip, detalla que los servicios mínimos que se estipulan en las prisiones son muy amplios. «Si en Zuera estamos 60 trabajadores en el turno de día, se exigen 52 y otros 11 en las oficinas, y 21 por la noche», precisa el portavoz de Acaip. En Daroca obliga a tener 23 funcionarios por la mañana, 13 en las oficinas y 11 por la noche; y en Teruel hay 11 el turno matinal, 9 en las oficinas y 5 por la noche.

La consecuencia de la convocatoria de la huelga para el martes día 24 es la continuidad de la concentración que se celebró en Madrid en febrero a la que acudieron 10.000 funcionarios de prisiones. «Estamos realizando sondeos en centros penitenciarios como El Dueso y Málaga para establecer el seguimiento que puede tener la huelga», indicó el portavoz de Acaip en Aragón.

El seguimiento de las movilizaciones en los centros penitenciarios de Aragón es mayoritario porque los sindicatos coinciden en las reclamaciones en defensa del trabajo y la profesionalidad de todos los trabajos penitenciarios. Quieren seguir el camino logrado por la Policía y la Guardia Civil en la equiparación salarial.

Zuera sin médico de noche y fin de semana

La situación médica del centro penitenciario de Zuera ha dejado que las ocho plazas que tenían se queden en tres por varias jubilaciones y bajas largas que se han unido en el tiempo. Esta coyuntura supone que la prisión con 1.300 internos solo tenga asistencia médica en los turnos de día y tarde de las jornadas laborables. «Zuera no tiene médico por la noche ni los fines de semana que se han quedado en una guardia localizada de un médico que está a 50 kilómetros, en Zaragoza, y luego no les pagan el desplazamiento: se lo costean ellos. Si hay cualquier urgencia ahora se acaban realizando traslados al hospital (Miguel Servet) con una ambulancia y la vigilancia de los guardias civiles. Al final, eso aumenta los gastos de tener un médico y es una mala solución», denunció ayer Alfonso Peiró, presidente de CSIF Prisiones en Aragón. Asimismo, precisa que se acaban de realizar los exámenes para las oposiciones a médicos de prisiones en toda España y se han presentado menos personas de las plazas convocadas. «Es mejor ir a la Sanidad pública que a las prisiones», concluye Peiró.