El conductor que la madrugada del pasado viernes ingresó en prisión provisional por el atropello mortal de un joven ghanés en Ejea insiste en que no se dio a la fuga, sino que paró su vehículo tras el golpe, se bajó y no vio a nadie. El repartidor, de 56 años e identificado como J. M. R. C., declaró también ante la juez de instrucción que al regresar a Zaragoza llamó por teléfono a la Guardia Civil para comunicar que había tenido un percance junto al polígono industrial de Valdeferrín. Por ello, su abogada, Ana Alcay, ha anunciado a HERALDO que tiene intención de pedir un registro de llamadas para demostrar que su cliente "en ningún momento quiso esconderse".

"Alguien que quiere pasar desapercibido y que tiene conciencia de haber atropellado a una persona no continúa repartiendo fruta por las calles de Ejea como si nada. Sobre todo, teniendo en cuenta que su furgoneta presentaba daños visibles en el frontal derecho y en el parabrisas", explica la letrada. Según esta, el hombre estaba convencido de que había golpeado a algún animal "como le había ocurrido en otras ocasiones por esa zona". Por eso, dice, continuó trabajando y al ver después a su jefe le dio esta versión de lo sucedido.

"Siente mucho lo sucedido"

Tras visitar al encausado en la prisión de Zuera, Alcay ha querido transmitir el pesar del conductor por el trágico accidente. "Siente mucho lo sucedido. Pero nunca se imaginó que había atropellado a una persona. Lleva 30 años trabajando al volante, no le han puesto ni una multa y tiene todos los puntos del carné", manifestó la abogada de la defensa. Pese a que la juez de guardia dictó auto de prisión provisional sin fianza, Alcay tiene intención de solicitar "de forma inminente" su salida del centro penitenciario de Zuera.