El centro penitenciaria de Zuera se ha quedado con tres médicos para atender a los 1.300 internos, de una plantilla que tenía ocho facultativos. Instituciones Penitenciarias no ha cubierto las plazas de recientes jubilaciones ni de las numerosas bajas prolongadas que se están produciendo en los últimos meses.

Fuentes penitenciarias aseguran que la falta de médicos impide prestar el servicio de 24 horas. Se reparten las jornadas de los cinco días laborables entre dos médicos por la mañana y uno por la tarde. Asimismo, uno de ellos está localizable por las noches para las urgencias.

Los facultativos de la prisión de Zuera tienen que realizar visitas diarias a los internos, así como revisiones ordinarias. A estas se añaden los informes que efectúan a todos los presos recién llegados al centro penitenciario, antes de que los trasladen a su celda.

El sindicato Acaip (Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias) denunció las carencias de Instituciones Penitenciarias y cómo al no cubrir las bajas se ha pasado a un sistema de guardias médicas localizadas para el turno de noche, lo que supone un paso atrás en un servicio esencial dentro de la prisión y un grave deterioro en el servicio público, donde la población tiene mayores problemas psiquiátricos o físicos.

De hecho, cinco funcionarios fueron agredidos el pasado mes de febrero por un interno que sufría problemas mentales. Después de este suceso, preso, que procedía de la cárcel de Pamplona, fue trasladado a la prisión de Picassent.

Además, Acaip denuncia la gran distancia que existe entre el centro penitenciario y Zaragoza, de unos 50 kilómetros, ya que los profesionales sanitarios tienen que asumir el gasto del desplazamiento hasta la prisión.