Raquel Latre: "Quiero crear futuro en mi tierra, que mis hijos no tengan que irse"

Primera mujer al frente del Consejo Regulador de la D. O. Somontado, es una pionera del enoturismo en la defensa de sus raíces.

Raquel Latre es de Barbastro y es la primera mujer en presidir el Consejo Regulador de la D. O. Somontano.
Raquel Latre es de Barbastro y es la primera mujer en presidir el Consejo Regulador de la D. O. Somontano.
José Luis Pano

Recuerda sus años de estudiante en Zaragoza y el bar que tenía bajo el primer piso en el que vivió, en la calle Lorente, y en donde sus dueños se convirtieron en unos segundos padres a los que acudir, donde bajaba cada miércoles a llamar por teléfono a su familia a Barbastro, porque entonces no había móviles ni el piso tenía teléfono. Raque Latre (Barbastro, Huesca, 1972) dice que fue estupendo tener esa libertad que da estar fuera de tu casa, sin horarios controladores y revive su época de Erasmus en Chambery, a los pies de los Alpes franceses donde aprendió a esquiar con 23 años y que resultó definitiva para saber que su futuro lo quería cerca de los suyos, de sus raíces. De una tierra que llevaba en la sangre y en la que quiere poder dar un futuro a sus hijos, "para que no tengan que irse de aquí, que lo hagan solo si quieren y no por falta de oportunidades". Así es esta mujer volcada en un trabajo que le apasiona, pionera en crear una empresa de enoturismo, junto a Manuel, su amor, con el que ha emprendido mil proyectos, siempre pegados a su tierra. Primera mujer en presidir el Consejo Regulador de la D. O. Somontano, que agrupa a 32 bodegas que trabajan 40.000 hectáreas de viñedos. "Solo sé trabajar, y eso voy a hacer. En esta vida que parece tan inhumana, mire dónde he llegado. Mis padres siempre me han dicho que si haces las cosas bien todo tiene recompensa. Solo hay que saber esperar".

Lleva ya unos meses como presidenta del Consejo Regulador de la D. O. Somontano, ¿cómo se ve?

El nombramiento fue el 17 de julio, una fecha que me quedará marcada. Primero fue una sorpresa porque no me lo imaginaba y luego fue gratitud al sector, porque es un reconocimiento y una confianza en mí. Después de seis meses estoy muy contenta por cómo va, por el proyecto en sí, por el apoyo que recibo. Siempre me han producido mucho respeto los miembros del Consejo, por su forma de trabajar y por cómo se controla todo, y ahora que estoy con ellos veo cómo construye, cómo me he unido a sus integrantes para construir futuro en este territorio.

Es la primera mujer con esta responsabilidad y la tercera presidenta que ostenta el mismo cargo en España.

En este mundo del vino siempre ha habido mujeres y al comienzo en Somontano, en 1984, de las 5 bodegas que había dos las llevaban mujeres. Es cierto que no había en la presidencia de una D. O., pero es simplemente reflejo de la sociedad que la mujer llega a ostentar unas responsabilidades que antes no había alcanzado.

Llega a ello empezando desde abajo, porque comenzó como azafata en ferias para la D. O. Somontano.

Forma parte del anecdotario de la presidencia. Es cierto, porque cuando estudiaba en Zaragoza y venía a Barbastro trabajaba de azafata y de apoyo de ventas en actos distintos que, al estar en esta tierra, tenían relación con el vino. Fue algo puntual, porque cuando acabé la carrera trabajé en otros sectores, en logística y ventas en Barbastro y después en Huesca donde conozco a mi marido, Manuel Blasco, que es también de Barbastro, y decidimos volver y crear Enodestino.

Una empresa pionera en la unión de turismo ligado al vino, la riqueza de la zona, para vender territorio que les ha llevado a ser embajadores de la Ruta Vino Somontano por España.

Era el sueño que teníamos, poder aportar al territorio, porque creíamos que tenía un potencial importante y queríamos estructurar la oferta. Todo surge a raíz de un viaje que hicimos a Francia, a la zona de los castillos del Loira, y fuimos con una empresa que hacía las rutas en bicicleta de castillo a castillo. Nos gustó mucho la idea y vimos que aquí era más importante el vino que la bici y así empezamos, algo inconscientes, como creo que se debe comenzar todo, pero hemos hecho durante doce años una gran formación, no hemos dejado de hacerlo porque es muy importante conocer en profundidad todo este mundo. Sí, fuimos pioneros porque además íbamos a congresos internacionales a vender una zona desconocida.

Es además sumiller.

Sí, somos. Como ve siempre hablo en plural porque todo lo hemos hecho juntos y a la vez Manuel y yo. Algo que comenzó para nosotros como un sueño se ha convertido en una forma de vida. Tenemos dos hijos y el pequeño de 9 años al volver un verano de la playa nos dijo que era la primera vez que habíamos ido de vacaciones y no veíamos bodegas.

También puso en práctica una oferta de estudios pioneros en Aragón y Lérida como directora de estudios de un Grado Superior de Formación Profesional de Marketing y Publicidad Enológica.

Solo duró dos años y es una pena. No salió por la escasa demanda formativa que hubo. Los jóvenes no lo vieron o no querían iniciarse tan pronto en el mundo laboral, no sé, el sector a veces no se adapta a lo que el mercado busca.

Es de Barbastro, vive en Barbastro y desarrolla Barbastro ¿quiso regresar después de estudiar fuera?

Hay etapas en la vida, lo he visto por mí y por la gente que conozco. Barbastro te obliga a salir si quieres estudiar. En mi caso fui a Zaragoza a hacer Empresariales y a Francia de Erasmus, una de las mejores experiencias, y ese sentido de desarraigo que tienes al salir lo suples creando tu propia familia con la gente que te rodea, con amigos. Luego cuando acabas de formarte y vuelves a casa es cuando muchos no quieren hacerlo porque aquí parece que les falta aire. En mi caso lo hago porque llevaba años dependiendo de mi familia y quería trabajar y ayudar, me sentía en deuda y más porque mi padre murió cuando yo tenía 18 años. Fue duro. Te quedas porque no hay otra manera. Casualmente, entré a trabajar enseguida aquí en Moulinex porque no encontraban gente con mi formación. Pensaba que no era el trabajo de mi vida, pero era trabajo y fue una manera muy importante de entrar en el mundo laboral, me permitía tener más libertad y dar apoyo a mi casa. Agradezco mucho esa etapa porque trabajar en una multinacional es muy enriquecedor, y pude estar en puestos directivos; me ayudó a conocer muchas cosas, a estructurar equipos directivos, recursos humanos…

¿Cómo es el regreso?

En su momento necesitas salir, pero después añoras a tu gente. Cuando estaba de Erasmus me surgió poder quedarme a trabajar en Francia, y no pude, tenía que volver a casa. Saber que mis sobrinos crecían y no los podía ver…, francamente no me compensaba.

Está muy arraigada a sus raíces.

No solo de territorio, del que me siento orgullosa, sino, y sobre todo, estoy muy unida a mi familia. Mire, una de las cosas que más me gusta de colaborar en este proyecto es que seamos capaces de crear oportunidades a la gente, lograr que quien se vaya de aquí lo haga porque quiere y no por falta de ocasiones. Crear oportunidades para no tener que irte de tu casa; trabajar para abrir horizontes en tu tierra. Me gustaría poder dar ese futuro a mis hijos, porque no todo está en las grandes ciudades.

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