Las oenegés aragonesas se reivindican tras la "conmoción" de los últimos escándalos

Admiten que las polémicas de Oxfam, Unicef y Cruz Roja pueden repercutir a nivel autonómico, aunque esperan que el número de socios no se resienta.

Fachada de la sede de Oxfam Intermón en Zaragoza, situada en la calle de León XIII.
Fachada de la sede de Oxfam Intermón en Zaragoza, situada en la calle de León XIII.
Guillermo Mestre

Los recientes escándalos internacionales de Oxfam Intermón, Unicef y Cruz Roja han conmocionado a las oenegés aragonesas, que no descartan afecciones a nivel autonómico. Ricardo Álvarez, presidente de la Federación Aragonesa de Solidaridad (FAS), que agrupa a 48 colectivos, asegura que la repercusión de las denuncias por acoso y comportamiento inapropiado podrían afectar corporativamente al tercer sector en su conjunto.

En su opinión, estos hechos, que él mismo califica de "graves" y "deplorables", deben hacer que las organizaciones avancen en materia de transparencia, de ahí que acepte las críticas. Recalca, en cualquier caso, que "no son la norma general" y que las oenegés afectadas "ya han pedido disculpas públicamente".

Aunque en Aragón no se ha registrado un número significativo de bajas, el coordinador autonómico de Cruz Roja, Fernando Pérez, admite que "podría haberlas". "Hay gente que tiende a meter a todos en el mismo caso, ya ha ocurrido en otras ocasiones", afirma. El escándalo, explica, ha supuesto "una importante crisis de credibilidad". "Hay que tratar el asunto con la máxima cautela y con respeto hacia los compañeros", dice.

Solo en España, Oxfam Intermón ha contabilizado más de 1.200 bajas de socios y colaboradores económicos, según datos facilitados por la propia organización. Aunque su delegación en Aragón declinó hacer declaraciones, su portavoz nacional, Lara Contreras, confía en que la oenegé sea capaz "de volver a generar confianza con su marca". Hasta este escándalo, Oxfam contaba con un total de 6.379 socios en la Comunidad (768 en Huesca, 396 en Teruel y 5.215 en Zaragoza).

Pese a que el colectivo desconoce qué efecto puede estar teniendo esta crisis en la Comunidad, promete seguir trabajando "para mejorar la vida de las personas en todo el mundo". "El 99,9% de las personas que trabajamos en la organización somos profesionales y estamos totalmente comprometidos", apunta Contreras.

"Tolerancia cero"

A la hora de abordar esta crisis, Unicef Aragón también se remite a su sede central. La organización ha emitido esta misma semana un comunicado en el que califica la actitud de su subdirector, acusado de comportamiento inapropiado con tres empleadas de la organización, de "inadmisible". "Se espera de nosotros que demos ejemplo con nuestras palabras, actos y conductas. Nuestra tolerancia ante este tipo de conductas no existe, es igual a cero", dice el texto, en el que se compromete a poner en marcha todos los mecanismos a su alcance para que estos hechos "no se vuelvan a repetir bajo ningún contexto y en ningún lugar".

Los colectivos consultados no descartan que las administraciones endurezcan los mecanismos de control de las convocatorias públicas para evitar escándalos de esta u otra índole. Julio Martínez, técnico de cooperación del Ayuntamiento de Zaragoza, asegura que actualmente son ya "muy exigentes". "Se les reclama una extensa documentación, hay muy poca subjetividad. Si se les concede una ayuda deben de comunicar cuándo inician el proyecto en cuestión y cualquier circunstancia que modifique su ejecución. También han de elaborar informes semestrales y una memoria final", explica. Subraya, por otra parte, que existe "un control exhaustivo de la facturación".

Aquellas entidades que quieran acceder a una subvención del Gobierno de Aragón deben cumplir las bases reguladoras del Decreto 100/2016, de 12 de julio, que les obliga, entre otros aspectos, a acreditar debidamente sus experiencias y capacidad operativa.

Aunque los últimos escándalos "pueden haber despertado suspicacias", la Federación Aragonesa de Solidaridad confía en que las oenegés –tanto las que operan en Aragón como las que lo hacen a nivel nacional o internacional– mantengan su "buena imagen", respaldada hasta la fecha, según su presidente, por múltiples barómetros, y puedan operar con normalidad ahora que la situación económica parece remontar.

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