Defensa hace pruebas de ADN a los 120.000 militares españoles para evitar otro caso Yak

El Ministerio admite que se están realizando por fases desde hace varios meses en toda España. La Academia General de Zaragoza hace estos días la ficha de identificación a cadetes de 4º curso.

Monumento en Zaragoza en memoria de los fallecidos en el accidente del Yak-42.
Monumento en Zaragoza en memoria de los fallecidos en el accidente del Yak-42.
José Miguel Marco

El Ministerio de Defensa no quiere que vuelva a ocurrir el escándalo del Yak-42, en el que 30 de los 62 militares fallecidos no fueron identificados correctamente tras el accidente del avión en Turquía en 2003. Desde hace varios meses está realizando pruebas de ADN a todos los miembros de las Fuerzas Armadas en los distintos acuartelamientos y en las tres Academias de formación. De hecho, Defensa reconoció este viernes que esta labor, que se extenderá a los 120.000 militares en activo en toda España, se encuentra "en proceso y en plena ejecución".

La Inspección General de Sanidad ya reaccionó por primera vez en 2006 tras la tragedia con la creación de la Ficha de Identificación Sanitaria (FISAN) y la huella genética, pero solo dirigida entonces a los militares que participaban en misiones internacionales con el fin de poderlos identificar tras un accidente o un ataque. Y la instrucción se adaptó en 2015, al ampliarse para todos.

Esta medida del Ministerio de Defensa ya se ha dejado notar en la Academia General Militar de Zaragoza donde, como reconoce su director, Luis Lanchares, se está realizando a los cadetes en cuarto curso antes de su nombramiento como tenientes con el propósito de que estén correctamente identificados cuando vayan a misiones internacionales. Aun así, la FISAN para los cadetes es voluntaria y ellos firman un consentimiento.

Sobres al hospital Gómez Ulla

El procedimiento es el siguiente: los servicios sanitarios de todas las unidades militares reciben un kit con dos sobres metálicos en los que deben incluirse las muestras de sangre, las huellas dactilares (el índice de la mano derecha en especial y de todos los dedos), los datos biológicos del cuerpo con tatuajes, heridas o cicatrices que ayuden a reconocerlos y una foto de la boca, junto a la huella dental, tras un detallado análisis del odontólogo.

Uno de los sobres se remite con la identidad del militar y el otro con un cógido de barras que incluye dichos análisis. Las muestras se recogen en la Unidad de Identificación Sanitaria del Servicio de Anatomía Patológica del Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla, en Madrid, y los resultados se plasman en unas tarjetas personalizadas que recibe el Ministerio de Defensa. La prueba de ADN con las gotas de sangre se realiza en el Hospital Gómez Ulla. Defensa explica que los datos son confidenciales y que solo es permitida la utilización en casos vinculados con su actividad militar, pero no se pueden usar para ninguna otra investigación en el ámbito civil.

Las muestras que se toman antes de una misión internacional se revisan cuando un militar regresa a otra. Esto ocurrirá pronto con los integrantes de la Brigada Aragón que van a desplegarse en el Líbano el próximo mes de mayo. De esta manera, la dentadura vuelve a analizarse y se revisan los datos morfológicos. Estos nuevos datos se aportarán a la FISAN, que se basa en la huella genética, con la prueba de ADN y las huellas dactilares.

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