"Queremos cocina en nuestro colegio porque la comida es más sana"

Muchos colegios quieren cambiar la línea fría por cocina propia. El María Moliner presenta un escrito con más de 2.500 firmas.

Comedor del colegio María Moliner.
Comedor del colegio María Moliner.
APA María Moliner

"Me llamo Dereck, tengo 9 años. Me gustaría que mi colegio María Moliner tuviera una cocina donde cada día se preparen ricos platos porque son más sanos", cuenta en un escrito-dibujo un alumno del colegio María Moliner del barrio de San José de Zaragoza. La asociación de padres y el colegio han reunido más de 2.500 firmas (y las aportaciones de sus 418 alumnos) para pedir a la DGA que instale cocina en su colegio. Este viernes van a llevar las firmas al Departamento de Educación y al Servicio Provincial.

"El equipo directivo y la asociación de padres y madres solicitamos de forma conjunta que nuestro colegio sea uno de los seleccionados para implantar cocina propia y sustituir el sistema actual de catering de línea fría. Estos nos aportaría comida de calidad y proximidad para nuestros chicos, y reforzaría nuestro proyecto educativo de vida sana y saludable. Nuestro colegio sería así el primer centro público con cocina propia en esta zona escolar", aseguran los profesores y padres en el escrito que presentan este viernes, y que ha sido aprobado por el Consejo Escolar del centro.

El Departamento de Educación ha defendido públicamente en muchas ocasiones su apuesta por los comedores escolares con cocina. Los colegios de nueva construcción se están diseñando con cocina. En los últimos años, varios colegios han pasado del sistema de línea fría a cocina autogestionada, como El Espartidero y Parque Goya (financiados con el superávit de sus comedores). Y el proyecto de presupuestos para 2018 incluye una partida de 550.000 euros (a propuesta de Podemos) para acondicionar cocinas en unos diez colegios.

"Hay muchos colegios interesados en pasar de la línea fría a cocina propia. Las familias están muy preocupadas por la calidad de los menús escolares. Esperamos que el mayor número posible de centros puedan acogerse a este plan instalación de cocinas que plantea la DGA", afirma Pablo Alconchel, portavoz de la Plataforma por unos comedores escolares públicos de calidad (que agrupa a más de 50 asociaciones de padres y otras entidades). Desde el Departamento de Educación señalan que se está haciendo una valoración para decidir en qué centros se podrá actuar, cuando se aprueben los presupuestos.

La mayoría de los comedores escolares de Zaragoza tienen línea fría, desde que la DGA lo impuso hace ocho años en la licitación del concurso de comedores. Con este sistema, la comida se cocina en naves centrales (en Aragón y una empresa de las empresas de catering, en Málaga) y se distribuye una o dos veces por semana a los colegios. En los centros se conserva en frío y cada día se calientan en hornos de vapor las raciones que corresponden.

Un colegio de barrio muy activo

El colegio María Moliner se construyó en 1980 en un momento de mucha población infantil en el barrio de San José. Cuando se abrió el comedor, se optó por el servicio de línea caliente: la empresa de catering traía la comida a diario recién cocinada y caliente. Después, como la mayoría de los centros, pasó al sistema de línea fría.

En los últimos años el colegio está desarrollando un proyecto educativo basado en la promoción de la educación física y los hábitos saludables. Forma parte de la Red aragonesa de escuelas promotoras de salud y ha recibido premios por sus proyectos relacionados con el deporte. El comedor escolar es una parte importante de este proyecto.

"La alimentación cobra un protagonismo fundamental en el desarrollo físico e intelectual de los niños, por ello poder disponer en nuestro colegio de una cocina propia, que elabore cada día los menús, con productos frescos y de proximidad, ha sido siempre uno de nuestros objetivos", afirman la asociación de padres y madres y el equipo directivo.

Y los promotores de esta iniciativa destacan que el comedor también cumple una función social. "Tenemos 148 usuarios habituales de comedor, de los cuales más del 70% son becados. Estos niños generalmente se encuentran en riesgo de pobreza y exclusión social, por lo que necesitan asegurar la ingesta de al menos una comida diaria de alimentos sanos, saludables y equilibrados", subrayan.

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