La soledad en los mayores, una epidemia que mata

Asistentes sociales, médicos, bomberos... Todos alertan de que cada vez hay más personas de avanzada edad en situación de vulnerabilidad, un problema enquistado.

Mayores que ayudan a mayores. El programa de atención a la tercera edad de Cruz Roja en Zaragoza está formado por 12 técnicos especializados. Estos profesionales cuentan con la ayuda de decenas de voluntarios.Muchos de ellos son personas que ya han cumplido 65 años, con buena salud y ganas de ayudar a otros mayores.
Mayores que ayudan a mayores. El programa de atención a la tercera edad de Cruz Roja en Zaragoza está formado por 12 técnicos especializados. Estos profesionales cuentan con la ayuda de decenas de voluntarios.Muchos de ellos son personas que ya han cumpli
Cruz Roja

Theresa May, primera ministra de Reino Unido, creó hace unas semanas una Secretaría de Estado para paliar la soledad que sufren en ese país unos nueve millones de personas. Al parecer, la mandataria decidió poner en marcha esta cartera cuando leyó un informe que señalaba que 200.000 jubilados ingleses afirmaban no haber mantenido una conversación con otra persona en más de un mes.

En España, la situación de aislamiento social en los mayores también va en aumento, aunque de momento no se ha elevado a asunto de Estado. Desde luego parece solo una cuestión de tiempo que lo haga, porque en comunidades como Aragón el número de mayores de 65 años que viven solos ha crecido un 41% en 10 años y ya hay 83.000 en esa situación. Se trata de un colectivo de población especialmente vulnerable. De hecho, en poco más de un mes se han registrado cinco muertes de jubilados que vivían solos: tres en Zaragoza y dos en Villarquemado y Formiche Alto (Teruel).

Caídas y desvanecimientos

Los Bomberos de Zaragoza vienen advirtiendo desde hace algún tiempo de que cada vez realizan más servicios de acceso a viviendas de mayores solitarios tras ser requeridos por los vecinos o por familiares que no saben nada de ellos. Cuando entran a las casas, la mayor parte de las veces se encuentran a personas que han sufrido una caída o un desvanecimiento y no han podido incorporarse ni pedir ayuda, pero en otros casos se topan con la peor de las realidades: un fallecido.

Esto fue lo que sucedió el pasado 4 de febrero, cuando los bomberos acudieron a un piso de la calle de Juslibol porque tres jubilados llevaban nueve días sin saber nada de un amigo. Accedieron por una ventana y encontraron al hombre, de unos 75 años, muerto en el baño. La soledad en este caso tuvo consecuencias nefastas, las mismas que la de Carmelo G., un vecino de 80 años del barrio de Ruiseñores que a principios de año murió en el hospital tras haber pasado tres días tirado en el suelo de su casa.

El aislamiento social puede provocar la muerte, pero también otros problemas que condicionan el día a día de miles de mayores aragoneses. "Hay personas que no pueden vestirse ni salir de casa a comprar porque tienen limitada su autonomía personal, mayores que no se alimentan bien, otros que presentan problemas cognitivos leves... La casuística es amplia", enumera Rocío Solanas, responsable del área de Mayores de Cruz Roja en Zaragoza.

La organización tiene un equipo de 12 técnicos solo en la capital aragonesa para atender estos casos. Su ‘receta’ contra la soledad pasa por visitas domiciliarias periódicas, controles telefónicos y actividades en sus locales, entre otras labores. En todas colaboran desinteresadamente muchos jubilados. "Son personas que se encuentran bien y aún pueden echar una mano a otras más mayores que lo necesitan", comenta Solanas, que no tiene duda de que el aislamiento en la tercera edad va a más, pero también se muestra satisfecha de los recursos actuales para hacer frente al problema, "tanto de organizaciones privadas como del sector público", y cree que se ha tomado conciencia, aunque afirma que siempre hay margen de mejora.

La importancia del protocolo

La situación de vulnerabilidad de un mayor se suele determinar tras una evaluación que realiza su médico de Atención Primaria. En ocasiones, este protocolo se pone en marcha tras el aviso de los servicios sociales de zona, que a su vez han sido alertados del problema por la policía o los bomberos tras acudir a una emergencia.Desde laJefatura Superior de Policía de Aragón indican que con las personas mayores en situación de riesgo no tienen la obligación de dar parte a la Fiscalía, como ocurre con los menores, pero advierten de que los agentes suelen informar si tienen noticia de un caso así para activar los mecanismos de protección pertinentes.

El protocolo se aplica tanto en las ciudades como en las zonas rurales y los médicos aseguran que nadie se queda sin cobertura, se asiste incluso en los núcleos más pequeños de la Comunidad.

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