La preparación de una salida a la montaña invernal empieza en casa. La ruta o ascensión que programemos dependerá del nivel de peligro de aludes, la meteorología prevista, el número, condiciones físicas y técnicas de los participantes. Consultaremos una buena guía o una reseña fiable en internet, estudiaremos la ruta en un mapa 1:25.000 e identificaremos las laderas potencialmente menos estables. Para informarnos del peligro de aludes, Aemet publica diariamente (a las 18.00) la situación meteorológica y nivológica del Pirineo, la previsión para el día siguiente y una estimación a dos días vista. En la vertiente francesa, Meteo France ofrece también su predicción de aludes

Es importante aprender a interpretar bien estos boletines. La escala europea de peligro de aludes va del nivel 1 al 5. El nivel más alto (5) sólo se produce un par de días en toda la temporada por lo que el ‘Peligro 3’ es el nivel crítico de referencia, el que más víctimas se cobra cada año. A la combinación ‘Peligro 3 + ladera norte + 30 % de inclinación’ se la conoce como ‘los tres ángeles de la muerte’. No hay que olvidarlo.

Con ‘Peligro 5’ deberíamos cancelar la salida y con ‘Peligro 4’ dirigirla por terrenos de suave inclinación, por espacios boscosos y alejados de zonas donde puedan caer avalanchas de forma espontánea. Con ‘Peligro 2’ podremos realizar la mayoría de las rutas, evitando también las laderas norte que superen el 35 % de inclinación, evitando siempre las umbrías heladas.

ARVA, pala y sonda

Como recordábamos la semana pasada, un importante número de víctimas por accidentes en montaña invernal se produce por caídas en laderas inclinadas sobre nieve dura o hielo. Por ello resulta imprescindible llevar siempre crampones, piolet y casco. Además, para practicar una montaña invernal segura deberemos incorporar a nuestro equipo un kit de rescate para avalanchas, compuesto por una pala, una sonda y el ARVA (Appareil de Recherche de Victimes d´Avalanches), dispositivo emisor y receptor de radio que nos permitirá localizar con mucha precisión a personas atrapadas bajo la nieve. Todos los miembros del equipo deberían llevar el equipo completo y lo ideal sería que practicaran antes, simulando rescates. Muchos clubes de la FAM y empresas de guías imparten cursos.

La desorientación es otra de las causas de accidentes en montaña, por lo que no olvidaremos el mapa, la brújula y el altímetro. Un GPS o móvil que lo incorpore (con baterías de repuesto o alimentador externo) será una ayuda muy valiosa, especialmente con mala visibilidad.

Evitaremos en lo posible salir solos y tendremos siempre preparada una ruta alternativa. El número mínimo de participantes en una salida de esquí de montaña debería ser de 2 personas, si bien el ideal estaría entre 3 y 6.

En cuanto a la ropa, lo ideal es llevar siempre cuatro capas, pantalón de esquí de travesía que transpire, reforzado en la zona de los tobillos, gorro o pañuelo, guantes finos para el ascenso y más gruesos para el descenso.

Recapitulando, el material técnico individual comprendería también las tablas de esquí, pieles de foca, botas de esquí de travesía, bastones, casco, cuchillas, crampones, piolet, gafas de sol, gafas de ventisca, mapa, brújula, móvil, GPS, equipo para avalanchas (ARVA, sonda y pala) y un pequeño kit de reparaciones.

Una mochila de 25-32 litros debería ser suficiente para una salida de un día o de un fin de semana pernoctando en un refugio guardado. A todo esto sumaremos un botiquín de emergencia y... ¡mucha precaución!

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