La sombra de la sequía es alargada en diversos ámbitos y deja pérdidas "incalculables"

La escasez prolongada de precipitaciones afecta a numerosos sectores de las tres provincias aragonesas.

El embalse de Búbal (Huesca), bajo mínimos, esta temporada
El embalse de Búbal (Huesca), bajo mínimos.
Laura Zomboraín

Fuentes cerradas, tierras de pasto sin pastos, cosechas arruinadas, campañas micológicas suspendidas, jornadas de caza y pesca condicionadas… La tremenda sequía que padece Aragón por la escasez prolongada de precipitaciones afecta a numerosos sectores de las tres provincias, que se han visto obligados a adoptar medidas en busca de soluciones urgentes.

La Comunidad -como España- está ubicada en una zona sensible al cambio climático y, a pesar de que en la encuesta publicada recientemente por HERALDO el 77% de los aragoneses percibían la sequía como algo ajeno, se trata de un problema de envergadura en el territorio. Más aún si se mira hacia el futuro, puesto que las consecuencias económicas y sociales, en muchos casos, se prolongarán durante años.

Agricultura y ganadería

En el campo y la ganadería, las pérdidas ocasionadas por la sequía son “incalculables”. Por ello, el sindicato UAGA (Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón) ha planteado a las administraciones unos "presupuestos extraordinarios en 2018". Hay producciones -principalmente, en las tierras de secano- que temen que la cosecha del próximo año llegue también mermada por la ausencia de precipitaciones, que ha provocado un retraso de unos diez días en las labores de siembra del cereal de invierno.

La cosecha de cereal de invierno fue de un 20,5% más baja que la campaña 2016 y un 11,5% inferior a la media de las cosechas de los últimos cinco años y es que, según el sindicato, la sequía ha afectado este año al 35% de las explotaciones de cereal de secano, con una media de pérdida por explotación de 3.830 euros.

En las comarcas del Pirineo no hay nada de pasto para la ganadería extensiva y se ha perdido un 60% de la semilla de la siembra de vezas y raygrass, por lo que, según el sindicato, en primavera tampoco habrá hierba para alimentar al ganado. "La ganadería hace días que está estabulada y en otras comarcas los rebaños están aprovechando rastrojo de maíz, hojas de viña, hierba entre frutales ya que los pastos permanentes están secos y además no se espera que se regeneren, por las bajas temperaturas, aunque lloviera", declaran.

UAGA calcula que el gasto por oveja al día es de 0,27 euros, de modo que una explotación de 500 cabezas conlleva un gasto diario de 135 euros. En vacuno el coste diario es de un euro por cabeza. Asimismo, señalan que a este desembolso hay que añadir lo que cuesta el transporte de agua con cisterna para dar de beber a los animales.

Teruel, medidas extraordinarias

Tras meses y meses en los que apenas ha llovido, la sequía ha dejado el pantano del Arquillo en el barrio de San Blas, del que se abastece la ciudad de Teruel, a apenas al 18 % de su capacidad. Con ello, el Ayuntamiento decidió activar un plan de emergencia, en la fase de prealerta, con la confianza de que el cielo regale en los próximos meses agua.

El Consistorio adelantó el cierre de todas las fuentes de Teruel, a excepción de la de la plaza del Torico. Además, se aprobó la reducción del riego en los parques y se limitó el agua para limpieza de las calles.

Campañas micológicas

La falta de lluvias, sumada a las temperaturas primaverales que se dieron en octubre, ha hecho que la temporada de setas no haya sido  prolífica en Aragón. Ante esta escasez, la comarca Comunidad de Teruel se ha visto obligada a dar un giro a las jornadas micológicas que se organizan siempre por estas fechas.

La escasez de setas en el país y, especialmente en Aragón, no solo ha causado la decepción de muchos aficionados a la micología, sino que ha provocado un descenso de visitas en los puntos estratégicos para recolectar este tipo de ejemplares -Loarre, Ansó o Confranc (Huesca); Cinco Villas (Zaragoza); Mosqueruela (Teruel), entre otros-.

De esta forma, tanto los expertos como los aficionados se han visto obligados a desplazarse al sur de Francia, a Navarra o al País Vasco, lugares más húmedos.

Caza

El inicio de la temporada de caza mayor también viene marcado por la sequía, principalmente en el Pirineo oscense, donde, un mes y medio después de que se abriese la veda, los cazadores siguen sin encontrar las condiciones idóneas en zonas que habitualmente destacan por la abundancia de animales.

En la Sierra de Guara, lugar privilegiado para la captura de jabalíes, ciervos o corzos, los desequilibrios nutricionales han reducido considerablemente la reproducción y el tamaño de las piezas. En otros puntos de las comarcas del Alto Gállego, el Sobrarbe o la Ribagorza, la falta de fauna ha llevado a estas especies a cambiar las montañas por la huerta. Así, los cazadores recorren muchos kilómetros en busca de presas escuálidas y las batidas se hacen improductivas. Más aún teniendo en cuenta que, debido al calor y a la ausencia de humedad en el ambiente, los perros se cansan y tienen dificultades para hallar rastro.

En Zaragoza y Teruel, por su parte, las primeras batidas han traído resultados dispares. Y mientras no cambie el tiempo y los agricultores cosechen el maíz, permanecerán en las regiones bajas. Por contra, la presencia de ciervos y corzos permanece estable en la Comunidad, si bien esta última especie ha experimentado un ligero repunte respecto a anteriores campañas.

Ecologistas en Acción ha pedido que suspenda la temporada de caza mientras dure la actual sequía. La organización entiende que las especies cienegéticas están experimentando graves problemas con la falta de agua, que afectan a su capacidad reproductiva y dejan a los animales en muy malas condiciones, reduciendo por ejemplo su capacidad de huir. Con todo ello, entienden, la supervivencia de algunas de estas especies podría correr peligro.

Pesca

La ausencia generalizada de precipitaciones ha dejado bajo mínimos los caudales de buena parte de los ríos y embalses aragoneses, conllevando una sustancial caída del turismo pesquero. Los campeonatos se siguen celebrando, pero ha sido necesario modificar la ubicación de algunos de ellos. Así, localidades como Chiprana, Escatrón o Caspe han visto disminuida la afluencia de pescadores en sus aguas.

“No disponemos de datos oficiales, pero la sequía se está notando mucho. En octubre, Caspe albergó la vigesimoquinta edición del encuentro internacional de captura de black bass y más de 70 equipos de todo el mundo se dieron cita en el Mar de Aragón, pero, al margen de los concursos, se están viviendo tiempos complicados”, explica José Vicente Sancho, presidente de la Asociación de Empresarios de Caspe, y ensalza que “habría que aprovechar este momento para llevar a cabo mejoras”.

“Ahora que el caudal está bajo, sería buen momento para acometer obras y adecuar determinadas zonas del Mar de Aragón”, añade, y confiesa que “hay varios embarcaderos en los que habría que ampliar las rampas”.

Riesgo de incendios forestales

El Gobierno de Aragón ha prolongado el periodo de riesgo de incendios hasta el 19 de noviembre. La situación de sequía producida durante verano y otoño ha provocado que los combustibles de gran parte de nuestros montes y cultivos se encuentren en un estado de sequedad inusual para esta época del año. En estas condiciones, la realización de determinadas actuaciones de uso del fuego, ya sea para la eliminación de restos vegetales, quemas en superficies agrícolas o con carácter recreativo, cultural o similar, entraña un riesgo que puede evitarse mediante la prórroga planteada.

Además, en las condiciones actuales existe una elevada probabilidad de que se produzca un comportamiento del fuego "más intenso y virulento del esperado en estas quemas, la pérdida de control del fuego e incluso su escape y evolución a incendio forestal".

Esta situación aconseja posponer la realización de todos los usos que la actual regulación permite fuera de la época de peligro a un momento en el que los montes se encuentren en mejores condiciones.

El recibo de la luz

La escasez de lluvias también ha motivado que el recibo eléctrico se dispare un 12% y el del gas entre un 3,2% y un 4,5% de enero a octubre, según datos del Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital. Con los pantanos vacíos, la producción hidroeléctrica se ha hundido: en octubre, fue de 725 gigavatios hora, la menor cifra desde que hay registros (enero de 1990), según alertó Red Eléctrica (REE).

Alergias

Tanto el cambio climático como la contaminación van a suponer un cambio importante en las concentraciones y tipos de pólenes que hay en el ambiente, pero también en el comportamiento de los mismos, haciendo que la población sea más vulnerable ante la presencia de unos alérgenos cada vez más agresivos. Así lo indicó, en declaraciones a este periódico, el doctor Ignacio Pérez Camo -jefe de Alergología del Hospital Royo Villanova de Zaragoza- al hacer balance de un tema "muy candente" y que suscita "mucha preocupación" entre los alergólogos.

En la Comunidad, se estima que un 25% de los aragoneses padece algún tipo de alergia, y la mayoría -destaca Pérez Camo- son alergias respiratorias ligadas al polen como primera causa. "La contaminación y el cambio climático están provocando un aumento general en las concentraciones de pólenes, que ya no solo se concentran en una única estación, sino que aumentan el periodo y su presencia en el ambiente", explica este alergólogo.

Otra cuestión que preocupa a los especialistas es que la falta de lluvias provoca más contaminación ambiental, y esta afecta también de forma notable a los pacientes alérgicos puesto que influye en la polinización. ¿De qué manera? Alterando a las plantas y haciendo que su polen sea más agresivo. "Las plantas expuestas a las partículas diésel de los coches y otras emisiones, al sentirse agredidas por esta contaminación atmosférica, responden con un cambio químico liberando unas proteínas nuevas (proteínas de estrés) que vuelven el polen más agresivo para el hombre a la hora de inducir y desencadenar alergia", detalla este especialista que augura, de cara a los próximos años, que empeoren las alergias respiratorias por pólenes debido a la influencia conjunta que ejercen en este ámbito el cambio climático y la contaminación ambiental.

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