Un comentario común en cualquier paseo por un parque urbano de cualquier ciudad es que cada vez se ven menos gorriones. Estas aves, quizá las más visibles sin salir al campo, están en claro retroceso en toda Europa, al igual que otras muchas denominadas comunes pero que cada vez lo son menos.

A comienzos del año pasado la Unión Europea ya alertó de que en todo su territorio habían desaparecido 300 millones de parejas reproductoras en las zonas rurales entre 1980 y 2010, lo que supone una disminución del 57%. Un problema originado por la pérdida de hábitats, la contaminación y también el cambio climático y del que tampoco se escapa Aragón.

Según los últimos censos revisados por SEO/Birdlife, el 24% de las aves comunes de Aragón han entrado o continuado en descenso desde 2005. Entre ellas se encuentran los propios gorriones, que han perdido cerca de un 18% de su población con 3 millones de ejemplares menos, la tórtola europea, con un descenso del 26%, o las golondrinas (-24%).

Luis Tirado, delegado de SEO en Aragón, explica que esta tendencia se produce por distintos factores. "En las aves urbanas la contaminación es un factor fundamental. Por ejemplo, los gorriones tienen riesgos al beber agua en calzadas debido a los residuos que deja el tráfico, por no hablar de la calidad del aire. A ello se suma la pérdida de hábitat que están sufriendo otras especies de ámbito periurbano, provocado por el uso de herbicidas y plaguicidas", señala.

A estas especies, en su contexto en Aragón, se suma además un descenso "preocupante", según la organización ecologista, de las codornices (cuya población ha caído en un 60% ); el alimoche, el buitre más pequeño de Europa y que en Aragón (que a pesar de estar protegido, es la región donde más se ha detectado su muerte por culpa de venenos) o el sisón común, ave del año 2017 para SEO/Birdlife y que encuentra uno de sus puntos de asentamiento en los pastizales y campos cerealistas aragoneses, lugares en los que sin embargo la roturación o el cambio de cultivos hacia el regadío, ha propiciado también su descenso en un 60%.

"El caso del alimoche y del sisón, pese a no ser especies comunes en el entorno urbano, sí que lo eran hasta hace poco tiempo en el medio rural, y son las que más nos preocupan actualmente porque en un periodo no muy corto de tiempo podríamos estar hablando de tener que buscarlas con lupa”, explica Tirado, cuya organización ha solicitado a la DGA que amplíe su grado de protección pasándolas de considerar aves en estado vulnerable a en peligro de extinción. Además, también se solicita un mayor control sobre el uso de venenos como raticidas en explotaciones agrarias y la implementación de nuevas mejoras en los tendidos eléctricos, infraestructuras que aunque se han reformado en los últimos años siguen causando la muerte de cientos de aves en la Comunidad.

A este listado Tirado añade también la alondra ricotí o rocín, una pequeña ave que pese a estar catalogada como sensible por la pérdida de su hábitat "era común en la estepa zaragozana y cada vez se ve menos", señala.

Solicitan el cese temporal de la caza de la tórtola y la Codorniz en Aragón

En base a estos datos, SEO solicitó al Consejo Regional de Caza de Aragón que se suspendieran temporalmente la caza de la tórtola y la codorniz, unas medidas que al final se han trasladado solamente en el retraso de la campaña de caza de la primera especie para no influir en su migración.

"Son medidas un poco drásticas, pero no las hacemos porque nos opongamos a la caza como tal. De hecho son medidas que buscan afianzar la especie para que dentro de unos años no se dejen de cazar, pero no porque lo solicitemos nosotros, sino porque habrá pocos ejemplares para ello”, opina Tirado.