Aragón amplía de dos a cinco las categorías de las casas rurales

Si la calidad de los hoteles se mide por estrellas, la de las casas rurales se calibrará en espigas. Así se contempla en el borrador del nuevo reglamento sobre ordenación y regulación de este tipo de alojamientos que la dirección general de Turismo de la DGA ha negociado durante este año con la Asociación de Turismo Rural de Aragón (Faratur), y que también se ha dado a conocer a las comarcas.

El proyecto de decreto se someterá a información pública antes de que concluya este año, se espera que se publique en el Boletín Oficial de Aragón este mes, con la idea de que pueda ser aprobado por el Gobierno aragonés en la primera mitad de 2018.

Las casas rurales se clasificarán en cinco categorías, representadas por el número de espigas, en función de sus instalaciones, equipamientos y servicios. Así, las que luzcan cinco en su placa de identificación serán de auténtico lujo y, entre otros requisitos, por ejemplo, deberán contar con una carta de almohadas y con un servicio de lavado y planchado de ropa a disposición de los clientes.

En estos momentos en la Comunidad existen 1.491 casas rurales, según datos facilitados por la DGA correspondientes a finales del año pasado. De ellas 732 son de categoría básica y 759 de categoría superior. Además, de acuerdo con la regulación de 1997 se establecen tres tipos: alojamiento compartido (el titular del establecimiento comparte el uso de su propia vivienda con una zona dedicada al hospedaje); apartamentos (un conjunto independiente de habitaciones con cocina, salón comedor, dos o más dormitorios y baño); y casa íntegra (edificio independiente).

La Dirección General de Turismo de la DGA explicó este lunes que las casas clasificadas actualmente como básicas pasarán a tener una espiga y las superiores, tres. A petición de sus titulares podrán ser reclasificadas en una categoría superior siempre que acrediten el cumplimiento de las obligaciones contempladas para dicha categoría.

De 12 plazas a un total de 16

Una de las novedades de esta nueva regulación es la capacidad máxima de alojamiento a 16 plazas, incluidas las camas supletorias, frente a las 12 contempladas en el decreto de 1997. Desde Turismo señalaron este lunes que esta ampliación responde a una demanda del sector y a adecuar la oferta a la demanda de los clientes, que en su mayoría son varias familias o grupos de amigos.

También se introducen por primera vez en este documento aspectos técnicos relativos a accesibilidad y supresión de barreras arquitectónicas; altura libre de techos; iluminación y ventilación; calefacción, refrigeración, climatización y agua caliente, entre otros. Se trata de exigencias que ya recogen otras normas en materia de accesibilidad y el Código Técnico de Edificación.

Las casas rurales tendrán que ofertar obligatoriamente el desayuno y de manera opcional las comidas y cenas. Estos alojamientos deberán abrir sus puertas, como venían haciendo hasta ahora, en núcleos urbanos de menos de 1.000 habitantes. Ante las demandas de localidades que superan el millar de vecinos y desean contar con esta clase de establecimientos, la DGA creó recientemente la figura de hotel rural.

Aragón será la tercera comunidad que adopta la fórmula de las espigas después de Castilla y León y Cataluña. Se trata de un modelo francés que importó a nuestro país la asociación nacional Asetur que preside Jesús Marco, también presidente de la aragonesa Faratur. "Desde el principio hemos perseguido una unificación en el territorio nacional, donde varía desde la terminología, hay casas rurales, cortijos y pazos, según las regiones, hasta la simbología, con el uso de aldabas, olivas o bellotas, por ejemplo", explicó. En estos momentos, las agrupaciones de Cantabria, Asturias y Galicia han solicitado a sus Gobiernos regionales que abracen también las espigas.