Los presos yihadistas tienen vedadas las charlas para musulmanes

El Ministerio del Interior trata de impedir así que los encuentros periódicos de los reclusos con los imanes en las cárceles puedan ser utilizados para captar terroristas.

Cárcel de Zuera.
Los presos yihadistas tienen vedadas las charlas para musulmanes
José Miguel Marco

Los internos musulmanes se han quedado sin la charla de una hora de los viernes en la prisión de Zuera. La última la impartió el imán Fawaz Nahhas el pasado 25 de agosto. Una semana después se celebró la fiesta del cordero y el viernes 8 de septiembre comunicaron por teléfono al imán que el Ministerio del Interior lo expulsaba del puesto. La razón es que aunque había condenado los atentados de Barcelona y Cambrils, dijera que España participaba en coaliciones internacionales en las que el número de víctimas de los países árabes "ha sido cien veces superior" y que "el terrorismo no es un invento musulmán sino de las potencias europeas tras la II Guerra Mundial".

Así lo informó a Interior el funcionario que toma notas de sus charlas cada viernes en el salón de actos. En el mismo lugar donde una veintena de musulmanes escuchaban a Fawaz Nahhas, los católicos asisten a las misas del sábado y domingo, los evangelistas van a las celebraciones de los miércoles y los testigos de Jehová acuden a veces. Cuatro religiones están reconocidas entre los 1.400 internos del centro penitenciario para que se reúnan.

Charla en castellano

Los presos musulmanes y el imán tienen que entenderse en castellano durante ese acto para que el funcionario pueda trasmitir su contenido, aunque se habla del tema que elija. Fawaz, presidente de la Comunidad Islámica de Zaragoza, llevaba cinco años en el puesto porque antes no se hacía algo similar. Fue una fórmula de reunión de los musulmanes que sustituyó a los rezos en grupo porque Instituciones Penitenciarias los suprimió después de los atentados del 11-M en 2004 para que no pudieran ser utilizados como un lugar de captación de terroristas.

A la charla no pueden acudir ninguno de los siete yihadistas presos en el módulo de aislamiento y algunos de los asistentes están sometidos a vigilancia. Los atentados de Cataluña cometidos por una célula yihadista encendieron las alarmas en las prisiones, aunque los internos musulmanes procuran disimular, se afeitan la barba, no visten la chilaba y no levantan mucho la cabeza, según fuentes del ámbito penitenciario.

Ahora, la Comisión Islámica de España, que nombró al imán de Zuera, tiene que elegir a un sustituto en las próximas semanas y luego el elegido será entrevistado en el Ministerio de Interior antes de incorporarse al centro penitenciario. Los funcionarios se extrañaron de lo que ocurrió con el imán porque él es consciente del control que existe sobre el acto y la información que se comunica. Fawaz Nahhas lo achacó a una mala explicación suya y a la interpretación de sus palabras. Reclamó que le entregaran el informe oficial, pero no le ha llegado.

"Solo me lo dijeron por teléfono y nada más", explicó Fawaz Nahhas el pasado viernes, molesto con la situación. Antes había emitido un comunicado público en el que reiteró la "no vinculación del terrorismo con las misiones internacionales españolas, que van en índole de paz".

La charla del imán ha llegado a tener hasta dos turnos porque solo se permite que hayan veinte internos al mismo tiempo. Suelen acudir los magrebíes, de origen marroquí o argelino, y a veces el motivo real es ir al encuentro para tomar un café o fumar un cigarro, explica un funcionario. Pero los asistentes al acto son muchos menos de los casi 200 presos de Zuera que son musulmanes y deciden celebrar el Ramadán, lo que modifica las costumbres de alimentación en el centro y tienen que reforzar la cena con una sopa harira. Entre los musulmanes, hay algunos de procedencia africana, como Ghana o Liberia.

Cambio de cura

El imán recibe una cantidad de dinero para pagar la gasolina y llegar a Zuera, como les ocurre a los sacerdotes católicos que celebran misas los sábados y domingos. La sustitución del representante de los musulmanes puede coincidir en los próximos días con el cambio del cura de la orden de los Mercedarios, de la parroquia de Nuestra Señora de la Paz, en el barrio de Torrero-La Paz. En este caso se debe a que va a ser trasladado a Palma de Mallorca y parece que acudirá un joven párroco de origen suramericano, que lo ha acompañado en alguna ocasión. La Conferencia Episcopal y el arzobispado de Zaragoza seleccionan los sacerdotes que llevan a Zuera para las misas de los fines de semana, tanto para los hombres como para las mujeres. El hecho de que sean mercedarios tiene que ver con la unión de esta orden religiosa con las prisiones (la fiesta de la Merced se celebra el próximo domingo en los centros penitenciarios) y realizan un trabajo pastoral penitenciario a través de la prisión de Zuera, donde atienden y acompañan a muchos internos.

En las celebraciones católicas también está limitado el número de asistentes y estos se eligen en los módulos menos conflictivos, según las mismas fuentes. Los sacerdotes y los funcionarios del centro controlan el orden de la celebración eucarística, a la que tampoco pueden ir los internos que están en el modulo de aislamiento.

Entre semana, los internos evangelistas (la mayoría de etnia gitana) pueden participar en la celebración semanal los miércoles y el centro también recibe a un pastor testigos de Jehová de vez en cuando para los suyos.

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