Aragón trabaja para que la vaca brava del Valle del Ebro se reconozca como raza autóctona

El Gobierno de Aragón y la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza impulsaron hace meses en un proyecto

Vaca de 'La Rebomba', en Alfajarín
Vaca de 'La Rebomba', en Alfajarín

El Gobierno de Aragón y la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza trabajan desde hace meses en un proyecto que aspira a que la vaca brava del Valle del Ebro sea reconocida como “raza autóctona" por el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente.

En marzo se creó un grupo de trabajo -lo dirige el laboratorio de genética bioquímica LAGENBIO, con Pilar Zaragoza e Inmaculada Martínez como representantes- y se acordó solicitar los Fondos Europeos SUDOE y POCTEFA para financiar los gastos que conllevará el análisis genético y genómico de este ganado, así como valorizar los espacios naturales donde se cría y fomentar su potencial dentro del desarrollo sostenible.

Por su pureza, la ganadería ‘La Rebomba’ de José María Arnillas fue la primera de la que se tomaron muestras. De allí proceden buena parte de las cabezas de ganado bravo que actualmente hay dadas de alta en la zona del Valle del Ebro. Y es que, además de por Aragón, este encaste se extiende por Navarra, La Rioja, País Vasco, Cataluña y Valencia, comunidades que también se verían beneficiadas en caso de que el proyecto llegue a buen puerto.

Juan-Inazio Serrano, natural de La Almunia, es una de las personas que mejor conoce el asunto, pues lleva casi una década investigando. Concretamente, desde que abandonó la carrera de torero -fue novillero y banderillero- para estudiar Ciencias Políticas y ahondar en una materia que siempre le interesó. Para Serrano, un aspecto fundamental a la hora de determinar que las reses del Valle del Ebro se diferencian de cualquier otra raza bovina española está "en el perfil frontonasal cóncavo que muestran".

Asimismo, Serrano sostiene que “a pesar de que el pelaje colorado es el más extendido, los ejemplares con capa negra o gris son igual de importantes entre los criadores de la ribera”. Estos últimos se caracterizan "por tener la cornamenta abierta, la frente más amplia y el perfil recto"; los colorados, "por tener la llamada máscara podólica alrededor de ojos y la coloración pizarra de las mucosas".

En Aragón, hierros como José Luis Cuartero o Francisco Murillo prueban que la raza brava del Valle del Ebro puede dar lugar a ambos pelajes. “Varios historiadores coinciden conmigo en afirmar que este encaste demuestra que hubo vínculo entre los pueblos célticos del suroeste de la península y los celtíberos de la ribera del Ebro, pero hay que demostralo genéticamente”, añade Serrano, antes de adelantar algunos de los beneficios que tendrían los ganaderos aragoneses en caso de que sus vacas fueran reconocidas como autóctonas.

"Este proyecto, además de establecer el origen histórico de la agrupación bovina bravía de la ribera del río Ebro, nació con el objetivo de proporcionar un cierto apoyo económico a los criadores. Las subvenciones son mucho más importantes y la reputación aumenta", concluye.

En la Comunidad, actualmente, están reconocidas como autóctonas la vaca serrana, la vaca pirenaica y la parda de montaña.

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