Aragón vuelve a librar la batalla para frenar al mosquito tigre

Por primera vez se controlará su presencia en Zaragoza capital. De momento se ha detectado en una decena de municipios de la Comunidad.

El mosquito tigre es muy molesto por sus agresivas picaduras.
El mosquito tigre es muy molesto por sus agresivas picaduras
iStockphoto/Sopon Phikanesuan

El Gobierno de Aragón, junto con investigadores de la Universidad de Zaragoza, volverá a partir del próximo 1 de junio a intentar frenar la expansión del mosquito tigre en la Comunidad. Detectado por primera vez dentro de Aragón en Huesca capital a finales de 2015, este insecto (Aedes albopictus por su nombre científico) ha pasado de ser un molesto 'vecino' por sus violentas picaduras en el litoral mediterráneo a un vector de enfermedades como el dengue, la chikunguña o el temido zika, lo que elevó su nivel de control en 2016.

Entonces, el equipo formado por la DGA y liderado por el investigador y profesor de Parasitología y Enfermedades Parasitarias de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza, Javier Lucientes, detectaron su presencia tras varios meses de muestreo en un total de ocho municipios además de la capital altoaragonesa: La Joyosa, Alfajarín, Mequinenza y Caspe en Zaragoza, Barbastro y Monzón en Huesca, y Calaceite y Alcañiz en Teruel.

Esta campaña de control los esfuerzos se centrarán en Monzón, la localidad más afectada hasta la fecha, y en cubrir por primera vez Zaragoza capital, donde el curso pasado no se distribuyeron trampas para cerciorar si también ha llegado hasta la ciudad. “Monzón es con diferencia el núcleo donde se ha detectado una mayor presencia, por lo que también se abordarán más muestreos en los pueblos aragoneses cercanos a las provincias de Lérida y Tarragona, por donde creemos que acabó llegando a Aragón”, explica Javier Lucientes a Heraldo.

Una expansión difícil de frenar

Las primeras notificaciones de la presencia del mosquito tigre en España datan de Cataluña en 2004. El insecto, procedente del sudeste asiático, cuenta con una gran capacidad para adaptarse a los entornos y prosperar. Se cree que llegó a través de transporte rodado, ya que este mosquito aprovecha el agua que se queda almacenada en neumáticos de recambio para reproducirse. De ahí, su expansión se ha dado sin que nadie pudiera frenarlo, formando ya un problema importante cada verano en Cataluña y la Comunidad Valenciana, y con otro pequeño foco en la costa cantábrica y el País Vasco.

“El problema para su control es que en un 80% sus puntos de reproducción son en lugares particulares, como jardines o terrazas, donde aprovecha cualquier superficie de agua por muy escasa que sea”, señala Lucientes, quien cree que este año, ante la escasez de lluvia, es posible que se adelante.

En Aragón el método de detección se realiza mediante ovitrampas, unos dispositivos que imitan el lugar de cría del insecto. Este año además, y como prueba piloto, se va a repartir a voluntarios en Monzón ovitrampas de este tipo pero que cuentan con un disruptor hormonal que frena el crecimiento del insecto. “Si funciona puede ser una vía de actuación, la idea es que particulares que crean que tienen el insecto en casa o sus alrededores cuenten con estas trampas”, cuenta Lucientes.

El zika, un problema que existe, pero controlado

El mosquito tigre cuenta con especial mala fama por ser vector de enfermedades infecciosas, como el zika, una enfermedad que el año pasado registró 21 positivos en la Comunidad, aunque todos ellos importados. “Con la densidad actual podemos estar tranquilos. Es complicado que haya casos de contagio por el mosquito, pero debemos controlarlo para que no se convierta en un factor preocupante”, explica Lucientes, que cree que de cara al actual verano la preocupación más cercana será la picadura de este mosquito, bastante más molesta que la de los insectos autóctonos.

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