El crecimiento del turismo activo dispara la demanda de guías formados en Alquézar

De su escuela albergue han salido en los últimos 14 años, más de 1.500 titulados aptos para ejercer en barrancos y montañas.

Pruebas de selección realizadas ayer en un barranco para conseguir una plaza en la escuela.
Pruebas de selección realizadas ayer en un barranco para conseguir una plaza en la escuela.
José Luis Pano

Los deportes de aventura en el Pirineo y en el Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara no solo son un activo económico si no que cada año generan más puestos de trabajos. De esta realidad dan constancia en la Escuela de Montaña de Alquézar, un referente nacional en ofrecer la formación para titulaciones regladas de actividades de media montaña como escalada, senderismo y barranquismo y por la que han pasado ya 1.500 alumnos. Las de alta montaña se imparten en Benasque, con un bloque común en el instituto Baltasar Gracián de Graus.

Las titulaciones se vienen ofertando desde 2003 de forma pionera en Aragón, en colaboración con la Federación Aragonesa de Montañismo (FAM) y con el apoyo de la consejería de Educación, Deporte y Cultura del Gobierno de Aragón, y son un referente en la formación de futuros guías, profesores o entrenadores de cada una de las especialidades de los deportes de montaña.

En sus catorce años de trayectoria, de las aulas de la Escuela - Albergue de Alquézar, que gestiona Prames con la FAM, han salido 1.501 titulados aptos para ejercer ya como guías de barrancos o de montaña, procedentes de Aragón, pero también de diferentes puntos de España e incluso de otros países, como Polonia, Colombia o Francia. Un nicho de mercado que se ha convertido en una realidad laboral al alza.

Según la Escuela, existe un pleno empleo entre los alumnos que logran completar los cursos de formación. «El turismo activo está haciendo crecer la demanda de guías por la cantidad de usuarios. Llega el verano y en la sierra o en el Pirineo faltan técnicos. Incluso a nivel de España y fuera del país. En épocas como el verano y en determinadas especialidades, el trabajo no falta, al revés», explicó Alberto Campo, profesor de la Escuela de Alquézar.

Marruecos o los Alpes

Al nicho laboral ligado al turismo se le une el aspecto deportivo, ya que, según cuenta este profesor, las federaciones están demandando cada vez más técnicos en escalada para la formación de sus socios. «Se están abriendo nuevos campos de trabajo que antes hacía personal federativo y que ahora se está profesionalizando», señaló Campo. Los técnicos de barrancos y de alta montaña viajan a Marruecos, a los Alpes y a otros lugares del mundo. «El que se sabe buscar la vida puede trabajar todo el año», precisó.

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