La Iglesia regala "minutos de esperanza" a los presos de Zuera

El obispo Ángel Pérez Pueyo ha entregado 500 tarjetas telefónicas a los internos del centro penitenciario.

Raúl Revilla, capellán del Centro Penitenciario de Zuera -en el centro de la imagen-, coordina la entrega de las tarjetas telefónicas junto a una voluntaria y monseñor Pérez Pueyo.
La Pastoral entrega ttarjetas telefónicas en la cárcel de Zuera

Que todos los presos puedan compartir unos minutos con sus seres queridos esta Navidad. Ese es el objetivo de la Pastoral Penitenciaria de Aragón, que gracias a una campaña benéfica, ha recaudado 900 tarjetas de teléfono con un saldo de 5 euros.


Quinientas de ellas han sido entregadas este sábado por el obispo de Barbastro-Monzón, Ángel Pérez Pueyo, que en nombre de la Iglesia aragonesa ha compartido la mañana del día de Navidad –junto a varios voluntarios– con los internos del Centro Penitenciario de Zuera.


“La familia es el microclima, el ecosistema más antiguo y potente de la humanidad. Una tabla de salvación. Por eso queremos regalaros estas tarjetas, cinco minutos de oxígeno para respirar. ¡No todo está perdido!”, ha exclamado monseñor Pérez Pueyo, quien ha instado a los presos a recuperar, primero, su libertad interior: “Alejaros de la mentira, de la

cobardía, de la inteligencia interesada o de la chulería, y haced de la cárcel una familia. Un hogar lleno de valores en el que sea Navidad los 365 días del año”.


En una misa celebrada ante más de 250 personas privadas de libertad, el obispo responsable de la Pastoral Penitenciaria de Aragón ha ofrecido un mensaje lleno de esperanza: “Dios está dispuesto a curar tus heridas, a restablecer tu dignidad. Él mismo viene a salvarte. Nace para que tú vivas, muere por ti, te perdona lo que ni la justicia humana ni tú mismo te perdonas. Él te está esperando para abrazarte y acompañarte siempre con su cariño, ternura, amistad y perdón”.

Un soplo de aire fresco

Las tarjetas telefónicas son, según Armando, un interno que lleva desde los 29 años en prisión –tiene 38 y espera obtener pronto el tercer grado–, una de las cosas “más codiciadas”, porque no todo el mundo puede comprarse una: “Este regalo es un soplo de aire fresco que nos permite sentir cerca a los que más queremos. Además, con la misa, Pastoral Penitenciaria ha conseguido que el día de Navidad sea de verdad especial, y no uno más aquí”.


La jornada se repetirá el próximo 6 de enero, Día de Reyes, en la cárcel de Daroca, donde la población reclusa recibirá las otras 400 tarjetas recaudadas en esta campaña benéfica.

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