Suerte por partida doble

Fueron agraciados en el sorteo navideño y pudieron cumplir algunos de sus sueños. Un negocio, una boda, una reforma... Pero estos aragoneses confiesan que la mayor alegría fue compartir el premio con los suyos.

La andorrana Verónica Gracia, junto a su marido, Nicolás Delmonte, y su hija de cuatro meses, Nadia. Tras ganar el Gordo en 2014, pensaban emprender un negocio, pero decidieron invertir en un piso y casarse.
La andorrana Verónica Gracia, junto a su marido, Nicolás Delmonte, y su hija de cuatro meses, Nadia. Tras ganar el Gordo en 2014, pensaban emprender un negocio, pero decidieron invertir en un piso y casarse.
Enrique Cidoncha

Todos sueñan con el premio. Incluso el más cínico, ese que dice que la probabilidad de que toque el Gordo de la Lotería de Navidad es menor que recibir el impacto de un rayo en plena calle. "Y luego, cuando te toca, crees que te están tomando el pelo, que es una broma gigantesca y que no puede ser verdad, porque llevas tantos años soñando, has olvidado tantos números, que no te lo crees", reconoce Verónica Gracia, nacida en Andorra (Teruel), residente en Madrid, y agraciada con el Gordo en 2014. Es una de los aragoneses que han sido besados por la esquiva suerte y que han conseguido un pellizco en el sorteo del 22 de diciembre. Una lotería que forma parte del paisaje navideño, tanto o más que el turrón, las uvas o los regalos, "y que jugamos con la esperanza de poder compartir el premio -indica-. Pocas veces juegas tú solo, siempre compartes un tercio con uno, con otro. Y, cuando te toca, la felicidad es por partida doble, porque es compartida".


En el caso de Verónica, no solo ganaron ella y su familia, también el resto de compañeros de la oficina de Madrid, "porque era el número del trabajo. Ese día fue una locura. Yo estaba fuera de la oficina, en otro edificio de la misma empresa, donde estaba destinada temporalmente. Y escuchábamos el sorteo por la radio. Tenía el número apuntado y corrí a consultarlo, pero te das cuenta de que casi esperas que sea la terminación, la pedrea… porque lo primero que pensé al ver que tenía el número es que se trataba de un error. No me lo podía creer. Así que llamé a la oficina para ver qué pasaba. ¡Era una locura! Solo se oían gritos, no nos podíamos entender". Y se le pone la carne de gallina al recordar la siguiente llamada, la que hizo para comunicar a sus padres que también ellos habían ganado. "Cinco euros eran para mi novio y para mí; otros cinco, para mis padres; otros tantos, para mis suegros, los cinco restantes para mi hermano. Qué contentos se pusieron. Puedes imaginártelo. Nos pidieron que guardáramos el décimo en un lugar muy seguro y pasó la noche en un cajón, debajo de los pasaportes", recuerda, con una sonrisa. Y pasada la sorpresa inicial, llegó el momento de hacer planes. Con su pareja, Nicolás Delmonte, hicieron más de un castillo en el aire, "porque pasas de la incredulidad a la acción. Y queríamos a toda costa poner en marcha un pequeño negocio que teníamos en mente. Pero, al pasar unos días, las prioridades cambiaron. Porque pensamos que quizá deberíamos dedicar el dinero a invertir en un piso, para tener una hipoteca más ligera y así poder casarnos e iniciar una familia. Gracias al Gordo, adelantamos nuestra boda y tuvimos este año a nuestra hija Nadia. Sin el premio, quizá hubiésemos tenido que esperar. Este ha sido el mejor proyecto posible, porque gracias a que hemos aguardado un poco hemos conseguido ahorrar también y este año 2017 pondremos ese proyecto en marcha. En nuestro caso la suerte no ha sido doble, ha sido triple".El pueblo de la suerte

Verónica y Nicolás iniciaron una familia. Los padres de ella compraron su soñado pisito en la playa y los de él pudieron reformar su casa. Incluso el hermano de Verónica consiguió emprender un negocio. Ayudar a la familia está en las prioridades de los agraciados, y ese fue también el caso de Lourdes Biarge, de Curbe (Huesca), una de las afortunadas con el Gordo ‘más gordo’ de la historia, que fue repartido de forma íntegra por la administración de Grañén en 2011. En total, dejó una lluvia de 720 millones de euros y de ellos un porcentaje importante fue distribuido por las integrantes de la asociación de mujeres de Sodeto. A través de participaciones, llevaron la alegría a decenas de poblaciones de Los Monegros, entre ellas, Curbe. Por cada papeleta, su afortunado dueño se embolsó 100.000 euros. Lourdes Biarge, que adquirió dos participaciones del célebre 58.268, todavía recuerda con «emoción» aquel 22 de diciembre de 2011. "Al principio, ni siquiera me lo podía creer", señala. "Sentí una gran alegría, especialmente al ser un premio tan repartido, que hizo feliz a tanta gente". En su caso, el dinero encontró rápido su destino. Para empezar, pudo llevar a cabo una serie de obras muy necesarias en su vivienda, desde el hormigonado del corral al retejado. Asimismo, optó por crear una habitación con baño en la planta inferior de su casa para sus padres y al fondo, como siempre había soñado, un salón con hogar. Además de ello, ayudó a varios miembros de su familia, entre ellos, su sobrino, que necesitaba apoyo económico para realizar sus estudios de Enfermería.A kilómetros, te encuentra

En 2011, Biarge trabajaba como taxista y deseaba ampliar su negocio, lo que pudo conseguir gracias al dinero obtenido con la lotería. En primer lugar, junto a sus dos sobrinos, obtuvo el carné de conductor de autobuses y después, adquirió una empresa de transportes, a la que añadió la compra de dos vehículos de 28 y 14 plazas. Para ello, el premio se quedó corto y finalmente tuvo que sacar un nuevo préstamo. "Me podía haber quedado con el taxi y haber vivido con tranquilidad. No obstante, tengo un carácter emprendedor y sin duda, era mi mejor oportunidad para crecer, asentarme en mi tierra y crear nuevos puestos de trabajo", subraya Biarge. La empresa, que sigue funcionando, se llama ‘Sueña Monegros’.


Otras veces, la suerte está a kilómetros de distancia, pero su caprichosa mano consigue tocarte. Así les ocurrió en 2015 a varios matrimonios oscenses, que se trajeron nueve décimos del Gordo de Navidad de Roquetas de Mar (Almería). De ellos, cuatro fueron adquiridos por Ángel Mur y Pilar Valencia, de Sariñena, que los repartieron entre amigos y familiares. De hecho, ella regaló uno de ellos a sus dos socias, Marisol Arenas y Feli Peña.

Las tres regentan un negocio de restauración en la capital monegrina, donde hace casi un año escuchaban el sorteo entre cuadros, muebles y objetos de decoración. En la actualidad, con una amplia sonrisa y mayor tranquilidad, siguen trabajando en el mismo lugar. Además de compartir el premio con sus más allegados, Pili, Marisol y Feli han invertido en algún capricho. Por ejemplo, Marisol se llevó de crucero a toda la familia. En su caso, además de resultar agraciada con el Gordo, también tenía una participación del Tercer Premio, que fue vendido por la administración de Grañén. "No habrá muchos casos iguales. Es increíble. Tuvimos la suerte de llevarnos dos premios en un mismo sorteo", señala Arenas. Para las tres mujeres, aquel 22 de diciembre de 2015 resulta «inolvidable». «Al principio, nos costó creerlo y después, estallamos de alegría. Me puse eufórica», recuerda Valencia, que, además de realizar un gran viaje, ha destinado una parte del dinero a llevar a cabo algunas mejoras en su piso así como en una vivienda que posee en la cercana localidad de San Lorenzo del Flumen. "En general, seguimos viviendo igual. La única diferencia es que tenemos cierto colchón y por lo tanto, mayor tranquilidad", añade Peña. De cara al próximo sorteo, reconocen haber comprado más lotería que nunca, ya que "ahora sabemos qué realmente toca y cualquiera puede resultar afortunado", añaden.

Son 400.000 euros al décimo, pero el dinero se escapa enseguida entre los dedos, sobre todo cuando se paga el impuesto correspondiente y los proyectos que quieren iniciarse son de considerable envergadura.¿Qué se puede hacer para sacar un buen partido del Gordo?

Pensar con calma. La economista Pilar Labrador Lanau propone "antes de invertir o tapar agujeros es mejor hacer algunos cálculos. ¿Qué sale más rentable, cancelar parte o toda la hipoteca o bien invetirlo para esperar un rendimiento? Quizá creemos que lo mejor es reducir la hipoteca, pero no hay que suponer nada, hay que hacer cuentas".


Inversión inmobiliaria. Labrador destaca que la coyuntura inmobiliaria actual "presenta oportunidades a precios moderados y puede ser un buen momento para pasar de ser inquilinos a propietarios o plantearnos una segunda residencia vacacional..., ahora se pueden encontrar casas con expectativas de incrementar su precio más adelante".


Más futuro. Otra opción sensata para aprovechar bien el dinero de la lotería pasa por los planes de pensiones. La economista explica que «dependiendo de la edad y situación económica del premiado, puede ser una buena idea. El resto de inversiones, como depósitos, fondos, bolsa..., dependerán de nuestro perfil. Mi consejo es aconsejarse muy bien por verdaderos expertos». Y Pilar Labrador considera que "tampoco debemos olvidarnos de la rentabilidad en forma de satisfacción personal que nos da el ser solidarios: acordarnos de los necesitados, hacer donaciones a entidades sociales...".


Hacienda. Antes de cobrar, hay que pensar y planificar. "Hay que tener en cuenta que no cobraremos la totalidad del premio, puesto que se realiza una retención del 20% -recuerda Labrador-. Si se comparte el premio con otras personas hay que tener cuidado con cobrarlo uno mismo y luego repartir cantidades, porque esto se considera una donación y está sujeto al impuesto de donaciones, tributando al tipo correspondiente de la comunidad autónoma donde residamos. El reparto debe hacerse antes de cobrar los décimos, indicando la cantidad que jugaba del décimo cada uno de los partícipes".


Consejos. ¿Qué haría un economista si le tocara el premio? Pilar Labrador también se decide a soñar con el Gordo y confiesa que "sería discreta para evitar a los oportunistas. No lo divulgaría en las redes sociales, y trataría de no dejarme llevar por los impulsos. Analizaría la situación patrimonial de mi familia a corto, medio y largo plazo, porque me gustaría compartirlo con mis hijos y también con algún amigo con problemas financieros y al que querría ayudar. Diversificaría las inversiones en diferentes entidades bancarias e instrumentos financieros para aminorar el riesgo e incrementar la rentabilidad. Y realizaría donaciones a entidades sociales, porque así ayudaría a los que más lo necesitan".


Fueron agraciados en el sorteo navideño y pudieron cumplir algunos de sus sueños. Un negocio, una boda, una reforma... Pero estos aragoneses confiesan que la mayor alegría fue compartir el premio con los suyos.

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