Más de 35.000 aragoneses han litigado con su empresa tras ser despedidos

Los sindicatos aplauden el papel del SAMA pero lamentan los acuerdos económicos frente a las readmisiones.

Reunión en el SAMA
Reunión en el SAMA
Guillermo Mestre

Un total de 35.199 aragoneses han presentado batalla al ser despedidos por su empresa en los últimos años. Son, al menos, los casos que ha atendido el Servicio Aragonés de Mediación y Arbitraje (SAMA) desde 2010, lo que representa el 79% del total de expedientes individuales tratados por este organismo.


La cifra más alta se alcanzó en 2013, ejercicio en el que 7.066 ya extrabajadores recurrieron su despido por diferentes motivos, mientras que a partir de entonces las cifras rondan los 5.000 casos anuales. Durante el primer semestre de este 2016 se han presentado 2.970 recursos.


La reforma laboral y la situación económica han propiciado esta alta tasa de conflictividad entre trabajadores y empresarios, que suele surgir por diferencias de criterios a la hora de establecer una indemnización, o que directamente cuestionan el despido en sí mismo.


Afortunadamente, el SAMA cuenta con un alto porcentaje de resoluciones -el 63% en las reclamaciones individuales-, lo que permite desbloquear las diferencias entre las partes y aliviar la presión sobre los juzgados de lo Social.


Los mediadores analizan el origen del despido, sus causas y las posibles soluciones, para que sean lo más favorables. Como señala José de las Morenas, secretario de Política Industrial y Salud Laboral de UGT Aragón, “es un punto de encuentro muy importante por los éxitos que consigue”, pero recuerda que “la mayoría de los acuerdos son económicos, y lamentablemente no acaban con la readmisión” del empleado.


Pero al margen de los despidos, las causas más habituales de la mediación, solicitada por trabajadores o empresas, son las sanciones impuestas a un empleado, su clasificación profesional, los descuelgues salariales (cuando no se aplica el convenio pactado), o cuestiones relativas a la movilidad y, en general, a la conciliación laboral.

Los colectivos, más problemáticos

Donde se suelen enquistar más las posturas de las partes afectadas es en las reclamaciones colectivas. En estos casos, el índice de acuerdo se reduce al 50%, y de conseguirse, el tiempo dedicado a alcanzarlo es mucho mayor. Mientras que las individuales se suelen resolver en una única reunión, las colectivas pueden durar semanas, con jornadas de más de diez horas de negociación.


En estos casos, las causas más habituales de conflicto son las negociaciones colectivas, huelgas, fijación de servicios mínimos o despidos colectivos. Una de las disputas más importantes que se ha negociado este año ha sido la de la empresa Auzsa.


La huelga más larga en el transporte urbano de Zaragoza se resolvió en la sede del SAMA tras meses de negociaciones, acusaciones cruzadas e incluso agresiones.

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