Los presos de Zuera tejen por una buena causa

El taller de confección del centro penitenciario cose 200 arrullos para los neonatos de los hospitales aragoneses.

Taller de confección de la cárcel de Zuera
Taller de confección de la cárcel de Zuera
Instituciones Penitenciarias

Durante el mes de agosto, el Centro Penitenciario de Zuera colabora con la Asociación de bebés prematuros Estelar en el diseño y la confección de arrullos y mantas destinadas a los neonatos nacidos en los hospitales de Zaragoza. En concreto, han fabricado unas 200 de estas mantitas; 110 de duelo –aquellas que se entregan a los padres que acaban de perder a un bebé- tanto grandes como pequeños, y 84 arrullos destinados a quedarse en los servicios de los hospitales, 55 grandes y 29 pequeños.


El origen de la relación con el centro penitenciario surge de la colaboración voluntaria de Elena Garcés, enfermera de dicho centro, con quien la entidad establece contacto a principios de año. “Al tiempo recibimos la sorprendente noticia de que los internos habían elaborado algunas manualidades para que la asociación pudiera obtener recursos económicos”, recuerda Pilar Guallart, presidenta de Estelar.


Así pues, el pasado mes de mayo, varios presos del centro penitenciario hicieron entrega de los materiales realizados en sus talleres, como monederos, cuadros o almohadas personalizadas; diversos productos artesanales confeccionados de forma voluntaria por la población interna para la asociación Estelar. Por eso, decidieron continuar con esta novedosa colaboración.


Una de las piezas fundamentales en esta iniciativa ha sido Carlos Izquierdo, educador de la cárcel. “Él fue quien nos dio todas las facilidades y quien tuvo la idea, junto a la profesora de costura Ana Maruel, y fueron ellos quienes propusieron dedicar las prácticas del mes de agosto a la confección de arrullos para Estelar”, añade Guallart. A través de una colaboración con la Algodonera Platero, quien cedió las telas a precio de coste, los internos pudieron comenzar a coser a principios de mes.


“Los internos se involucraron mucho con el proyecto, pero preguntaban sobre qué era Estelar y qué función llevábamos a cabo y decidimos organizar una charla para responder todas sus dudas”, añade. Al encuentro, que tuvo lugar el 10 de agosto a las 17.30,  acudieron Pilar Guallart, presidenta de Estelar, y Beatriz Albiac, presidenta de la Asociación de Prematuros de Aragón ARAPREM, y un total de 75 presos y 10 funcionarios. “Ha sido sin duda una de las experiencias más emocionantes e intensas de mi vida.”, asevera Guallart.

También son padres

Uno de los mayores miedos de ambas responsables era “no ser capaces de empatizar con un perfil tan concreto, se trata de personas que están separadas de sus familias y es un tema muy delicado”, explica Guallart. Sin embargo, la respuesta fue “impresionante”. “Lo primero que hice nada más empezar fue preguntar si alguno de los presentes era o había sido padre o madre de bebés prematuros, y se alzaron varias manos. Realmente no me lo había planteado nunca”, recuerda Albiac.


En la sala, la mayoría de oyentes eran hombres, un público al que ninguna de las ponentes estaba acostumbrada. “A nuestras actividades y charlas normalmente acuden madres o mujeres afectadas en primera persona, por eso supuso un doble reto para nosotras”, explica Albiac. Sin embargo, pronto se creó un ambiente muy emotivo, en el que hubo “algunos lloros de emoción”, asevera. Durante la exposición, los presentes pudieron ver fotografías reales, y escuchar testimonios de primera mano hasta llegar a comprender qué era un bebé prematuro. En opinión de las representantes de ambas asociaciones, esta actividad supone no solo una gran ayuda para el desarrollo de su actividad, sino un punto de inflexión en su reinserción, y es importante que sientan que “contamos con ellos”. Por eso, la idea es que ambas entidades puedan seguir colaborando.

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