"Los comedores escolares perderán un 40% de alumnado con la jornada continua"

Un 20% de los colegios tendrán el próximo curso esta organización, aunque seguirán abiertos las mismas horas.

Comedor escolar
Comedor escolar en Zaragoza
HERALDO

A partir del curso 2016-2017, el 20% de los centros escolares de Aragón implantarán la jornada continua. Este ha sido el resultado de los proyectos presentados al Gobierno de Aragón (que debían incluir una mejora innovadora), que posteriormente fueron aprobados por el Consejo Escolar y por el 55% del censo de las familias. Muchas de ellas celebran el éxito logrado, mientras que otras siguen en desacuerdo porque su opción no fue la elegida. Sin embargo, hay unos damnificados todavía mayores: los comedores escolares.


Al eliminar la jornada partida en un porcentaje importante de los colegios, tanto las monitoras de comedores como las empresas que los gestionan temen que la pérdida de alumnado que se queda en el colegio a la hora de la comida sea considerable, provocando numerosos despidos. Desde la empresa aragonesa Combi Catering explican que la experiencia vivida en otras comunidades autónomas confirma que se pueden perder entre el 40 y 70% de los estudiantes que se quedan al comedor en aquellos colegios en los que se ha implantado la jornada continua.


Una información que no difiere de la que manejan las monitoras de estos lugares. “En estos centros, se perderá al menos un 40% de los alumnos y, por lo tanto, de los puestos de trabajo”, recalca Ana Royo, secretaria de Organización de la Federación de Servicios de UGT Aragón. Según apunta, estos cálculos los realiza a base de la afluencia en el comedor escolar durante los meses de junio y septiembre, cuando está implantada la jornada continua en todos los centros aragoneses. “Hasta que empiece el próximo curso no sabremos nada seguro, pero es muy probable que haya muchos despidos”, puntualiza.


Una opinión que mantienen desde CC. OO. “Con los resultados que se han obtenido es fácil que la plantilla de monitoras se vea reducida un 20% en total”, sostiene Sagrario Mariblanca. Si tenemos en cuenta que la plantilla está compuesta por alrededor de 1.200 personas, con estas estimaciones es probable que se pierdan más de 200 puestos de trabajo.


Tal y como recuerda Mariblanca, durante este curso el mayor problema se encontrará en las zonas rurales, ya que son las que mayoritariamente han apostado por este tipo de jornada. En este caso, como consecuencia de que algunos niños dejen de comer en el colegio, ciertos comedores pueden cerrarse. Esto se produce porque, según señala Mariblanca, es necesario que haya matriculados al menos 11 alumnos.


Esta medida también afectará a otros trabajadores dependientes de los comedores escolares como pueden ser las cocineras o las personas encargadas de transportar el catering hasta los centros educativos.

¿Posibles soluciones?

En el momento en el que el Gobierno de Aragón planteó estos cambios de los tiempos escolares, el colectivo de monitoras de comedor mostraron su preocupación al respecto. “Se nos ha escuchado, nos han tenido en cuenta pero, de momento, no se nos ha informado de ninguna alternativa para evitar los despidos si no hay suficientes niños en los comedores”, recalca Mariblanca. Los diferentes sindicatos presentaron propuestas como la reducción de las ratios por monitora, pero no han recibido todavía ninguna respuesta.

Otras dificultades

Este no es el único dilema al que se enfrentan. En estos momentos también están negociando su convenio colectivo, que se encuentra “paralizado”. “Las empresas tienen muchas dudas de cómo afectará todo esto y mantienen una posición inmovilista”, recalca Royo. Además, en los próximos meses también deben salir los concursos para saber qué empresas se quedan con cada colegio. “Otra de las cuestiones que nos preocupa es que los colegios que mantienen la jornada partida están pensando en plantear al Consejo Escolar una nueva reducción del periodo intersesiones”, explica Royo. De este modo, la propuesta se centraría en que solo hubiera dos horas.


En los últimos años ya se ha ido reduciendo este tiempo, puesto que anteriormente casi todos los colegios tenían 3 horas. Ahora, la mayoría de la zona rural tiene 2 horas, mientras que en Zaragoza abundan los de 2 horas y media y queda todavía alguno con tres horas. “Se ha ido reduciendo y ahora nos quieren dejar en el mínimo legal”, lamenta Royo.

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