¿Qué hacer para trabajar como voluntario en los campos de refugiados?

La incertidumbre en los campos de refugiados empuja a decenas de aragoneses a viajar como voluntarios.

Tensión en el campo refugiados de Idomeni
Campo de refugiados de Idomeni

Samuel Viartola y Berta Echegoyen regresaron el domingo de Idomeni. Tenían unos días de vacaciones y no dudaron a la hora de invertirlos: irían a ayudar, fuese como fuese, a los refugiados atrapados tras el cierre de fronteras. Así lo hicieron, pero no fueron los únicos. En las últimas semanas se cuentan por decenas los aragoneses que han viajado, o se preparan para hacerlo, a campos de refugiados.


La mayor parte lo hacen por su cuenta y riesgo, sin el respaldo de ninguna oenegé ni 'carnet de voluntario'. Los que ya están sobre el terreno aconsejan a los que preparan su viaje a través de grupos de Facebook, así que quienes emprenden la aventura lo hacen con la certeza de que serán bienvenidos y tendrán algo que hacer allí donde aterricen.


Sin embargo, la situación es muy cambiante e incluso quienes ya tienen sus billetes siguen con la incógnita de a dónde dirigirse una vez pongan los pies en Grecia. "Hay mucha incertidumbre sobre qué pasará o cuánto tiempo permanecerá activo cada asentamiento", asegura Begoña Cuartero, una aragonesa que viajará este mes a Atenas junto a otras cinco personas. Ya tienen sus billetes pero aún dudan sobre el campo de refugiados en el que ofrecerse como voluntarios.


Samuel resta importancia a la ubicación concreta porque asegura que siempre hay algo que hacer en un campo de refugiados. En Idomeni, localidad fronteriza en la que ha estado él junto a su mujer, permanecen atascadas unas 12.000 personas que no pueden avanzar hacia Macedonia y digieren a disgusto las noticias de un acuerdo entre Europa y Turquía que respalda las deportaciones.

Falta de organización... y manos

Los voluntarios que ya han vuelto coinciden a la hora de destacar la falta de organización que impera en los campos de refugiados y la escasa presencia de grandes oenegés sobre el terreno. "En Idomeni hay seis duchas de agua fría y cuatro grifos para 12.000 personas", expone Samuel. Aún así, la solidaridad abunda y todos destacan la "inmensa cantidad" de ropa y comida que llega diariamente por correo o en camiones.


"Llega de todo, desde pequeños paquetes con raciones individuales hasta camiones de oenegés que descargan allí mismo" -asegura Blanca Lázaro, una estudiante oscense que ha estado junto a tres amigas ayudando en los campamentos instalados en el puerto del Pireo, en Atenas. El grupo de Blanca llegó allí dos días después de la firma del acuerdo con Turquía y ha vivido cómo, en ese estrecho margen de tiempo, un lugar de tránsito se transformaba en un campamento normalizado para 5.000 personas.


La ingente abundancia de donaciones es justo lo que ha hecho necesaria su labor en Pireo. Mientras dos de las componentes del grupo atendían a los niños, las otras tres clasificaban y repartían la ropa y los alimentos que no dejaban de llegar. "Había fila para todo: para el té, para la comida, para la ropa... Hacen falta organización y manos". De todas formas, Blanca destaca la necesidad de emprender acciones al margen de la caridad. "Hace falta dar soluciones para esos niños que pasan el día sin nada que hacer y sin escolarizar".

Necesidades

?Samuel, que ya ha ido y vuelto a Grecia dos veces desde que empezó la crisis de refugiados, expone que lo que más agradecen las personas en los campos es el contacto. "A parte de comprar o ayudarles, agradecen mucho que aceptes sus invitaciones y hables con ellos", asegura. Él y su mujer pasaron prácticamente una semana con un grupo de ocho personas procedentes de Siria e Iraq. Cuando no ayudaban en las carpas a lavar a los bebés o calentar el agua, aceptaban sus invitaciones para tomar el té, hablar o dormir: "Tienen historias tremendas detrás y quieren compartirla", afirma.


Ante la duda de cómo ayudar o qué tipo de ayuda enviar, Samuel recomienda dar dinero a conocidos que vayan a viajar en persona. Begoña e Inés, por ejemplo, anunciaron su viaje a Grecia hace apenas una semana y ya han recaudado más de 6.000 euros a través de su asociación. Con ese dinero, dicen, comprarán allí lo que vean más necesario.


Además, la plataforma 'Bienvenidos refugiados' ha elaborado un documento con multitud de recursos e información útiles que puedes consultar aquí si estás planteándote viajar como voluntario o ayudar a un campo de refugiados.

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