Cinco incógnitas en torno a la muerte de un aragonés en una cárcel argentina

David Díaz Ríos, oscense con un 49% de discapacidad intelectual, falleció a las 3 horas de ingresar en un penal porteño.

David se independizó a pesar de su discapacidad intelectual
David se independizó a pesar de su discapacidad intelectual
Álbum familiar

David Díaz Ríos es una víctima mortal de las redes de narcotráfico internacional. Vecino de Barbastro (hasta 2010) y Monzón, localidad que abandonó en 2011 y donde actualmente residen sus padres, fue captado para transportar cocaína entre Sudamérica y Europa a cambio de una suma de dinero. El joven, que perdió la vida con apenas 19 años, tenía reconocida una discapacidad intelectual del 49%, lo que unido a su situación económica dejó el terreno allanado a los captores.


El chico pasó únicamente tres horas dentro de la unidad penal psiquiátrica número 20 del Servicio Penitenciario Federal, en un pabellón dentro del Hospital José Borda, en el barrio de Barracas de Buenos aires. Ingresó alrededor de las 23.00 del 31 de mayo de 2011 y hacia las 2.00 perecía asfixiado como consecuencia de un incendio sobre el que la Justicia argentina aún no se ha pronunciado. Hay, al menos, cinco incógnitas abiertas alrededor del episodio que condenó al aragonés en una instalación precaria.


Sus padres, Roser y Manuel, llevan cinco años buscando respuestas al suceso que dejó, además de su hijo, otro fallecido. "¿Por qué había un mechero dentro de una de las celdas? David estaba en la tercera de las tres celdas de aislamiento que existían en la instalación para protegerlos del resto de presos, y a la espera de que un perito comprobase su discapacidad -que ya había sido reconocida en España-. El fuego se originó en la estancia central, en la que otro recluso había introducido un mechero. ¿Cómo metió el encendedor si desnudaban y cacheaban a los presos antes de internarlos?", se pregunta Manuel.


El fallo en el control de acceso es la primera de las incógnitas. El matrimonio montisonense entiende que hubo negligencia en ese paso inicial del proceso, aunque no es el único error que achacan a los trabajadores públicos: "En el momento en que se produce el fuego no había nadie vigilando, no se estaban controlando las cámaras. ¿Por qué?", se cuestionan.


Roser y Manuel llevan pleiteando con el Estado argentino desde 2011 y esperan que el juicio contra los cinco funcionarios se celebre, finalmente, a lo largo de este año. En el proceso tendrá que dilucidarse también por qué el cuerpo de Bomberos llegó cuando el fuego ya estaba apagado. Tercera duda.


Otro de los grandes interrogantes del caso también atañe a la vigilancia de los tres reclusos del módulo. "Los abogados se encontraron con que el disco duro en el que se quedaban registradas las imágenes había sido borrado. Se ha llevado el disco duro a diferentes instancias y no ha sido posible recuperar esas grabaciones", lamenta Manuel. Junto a su pareja critica, asimismo, las "pésimas" condiciones del lugar: "No había ventilación, los colchones no tenían tratamiento ignífugo, el gas estaba cortado desde hacía más de un mes y no había sistemas de alarma contra incendios".


Escaso apoyo en España


Los padres han contactado con los poderes argentinos. Se han reunido con la viceministra de Justicia y Derechos Fundamentales y con la defensora general de la Nación, así como con la embajada en España, de la que han recibido "un buen trato". Mayor disconformidad muestran hacia el compromiso de las instituciones españolas. Trasladaron su situación a la Comisión de Peticiones del Congreso, pero sus demandas no prosperaron y fueron derivados a la Defensora del Pueblo.


A Soledad Becerril le solicitaron ayuda para promover una reforma legal que favoreciese un programa de atención especial para chavales en la situación de David. Es decir, recién ingresados en la vida adulta y con plena autonomía, aunque arrastrando una discapacidad intelectual. "Lo que venimos pidiendo es que se les proteja, no que se les controle. Que se oriente y apoye a las familias, que se les permita participar plenamente en la vida política, económica, laboral, cultural y social. Que dispongan de un equipo interdisciplinar con médicos, psicólogos, asistentes, jueces... y que se disminuya el tiempo de espera ante situaciones como éstas, que merecen una resolución rápida".


"La Defensora del Pueblo nos dijo hace dos años, por medio de un correo electrónico, que evaluaría la posibilidad de intervención de la institución en el ámbito de sus competencias". La oficina de la Defensora informó la semana pasada de que el caso había sido cerrado a los pocos meses, aunque ellos, aseguran, no fueron informados en su día del archivo del expediente. No es el único desencuentro que han tenido con un organismo oficial: consideran que el ministerio de Asuntos Exteriores les dio largas.



Carteles en Monzón recordando al joven


¿Quién convenció a David para hacer de 'mula'?


También se sintieron desamparados por parte de los investigadores: "Pedimos que se indagara quién había captado a David para que traficara con la droga, pero al tiempo nos recomendaron que dejásemos de lado la búsqueda de los responsables". Es otra de las preguntas sin respuesta. ¿Quién le convenció para hacer de 'mula'? ¿Cuál fue su camino hasta acabar detenido, el 27 de mayo de 2011, en el aeropuerto internacional Ministro Pistarini de Ezeiza? "Al principio hubo investigaciones policiales y se rastrearon las llamadas de su teléfono. Tenemos la certeza de que fue captado el Lérida, donde vivía desde hacía poco con su novia, y no queremos que ese cabo (el quinto en cuestión) quede suelto".


Amante de los animales y de la naturaleza


Roser define a su hijo como "un chico simpático, amable, generoso". "Le encantaban los animales, la playa, la montaña. Era un chico intrépido que no reconocía su discapacidad y que con 16 años dejó de medicarse".



David era un amante de la montaña (Álbum familiar)


En febrero de 2011, con 19 años, decidió hacer vida con su novia. Marcharon juntos a Lérida y empezaron a buscar trabajo. "Evidentemente había conductas en las que se reflejaban las carencias de David, que tenía un trastorno de la personalidad, pero él se sentía preparado para enfrentarse al mundo", recuerda la madre, que visitaba a la pareja cada fin de semana: "Parecían estar bien".


Entonces le convencieron para traer a España un alijo desde Colombia con escala en Buenos Aires. En el aeropuerto de la ciudad porteña lo detuvieron y permaneció retenido tres días. Luego lo trasladaron al penal en el que falleció entre incógnitas.

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