El enredado mundo de los grupos de Whatsapp de padres

La Defensora del Profesor denuncia el "acoso" hacia el docente que, a veces, surge de esta red. Para facilitar la convivencia, el departamento de Educación tiene previsto recuperar los cursos y charlas para padres y potenciar el trabajo que se hace con los alumnos en torno a las redes sociales.

Recreación de un grupo de Whatsapp de papás y mamás
Recreación de un grupo de Whatsapp de papás y mamás

Ya (casi) nadie es ajeno a Whatsapp. Una aplicación móvil que se ha ganado la medalla de herramienta de comunicación diaria, aunque no puede negarse que tiene algunas aristas. Ahí están sus insufribles fotos y vídeos virales -que agotan tarifas de datos y la paciencia del más estoico- o los bulos en cadena que buscan crear alarma a rebufo de atentados y situaciones excepcionales. Luego emerge el siguiente nivel: los grupos de padres y madres del colegio. Pocos progenitores no han lamentado formar parte de un corrillo virtual, ya sea por el tecleo incesante de sus miembros, las intempestivas horas de uso de otros, las peticiones de tareas (resueltas) de los pequeños o la falta de educación de la que, en ocasiones, hacen gala algunos participantes que alimentan polémicas que desembocan en enfrentamientos con los docentes o con el centro, cuyo funcionamiento ponen en tela de juicio.


Así lo atestigua la Defensora del Profesor en Aragón, Teresa Hernández, quien en los últimos cursos ha hecho acopio de casos en los que este servicio de mensajería ha sido el conductor de rumores sin fundamento sobre los centros, agrias polémicas con los profesores y "hasta de casos de acoso". "Es un tema muy complejo pero que se viene debatiendo en la comunidad educativa desde hace tiempo. A veces, en estos grupos se hacen comentarios falsos, se enfocan mal algunos debates y se llega a promover el acoso hacia el profesor", denuncia Hernández.


La Defensora del Profesor pone como ejemplo casos en que "se acude al servicio de Inspección a pedir que se abra un expediente denunciando que un profesor pone demasiados deberes en lugar de plantear el problema al maestro o al centro". Fuentes de Educación recuerdan que el cauce habitual es que la dirección del centro derive los casos a la DGA.


Si bien desde la perspectiva docente el problema proyecta una sombra alargada, la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos de Aragón (Fapar) prefiere quitar hierro y ver los posibles casos de acoso como algo "lamentable, pero muy puntual". "No hay que demonizar el uso de Whatsapp. No debemos confundir lo que es una herramienta útil con los problemas puntuales que pueda llegar a generar", indica Nieves Burón, técnico de la organización.


"El problema -abunda- no está tanto en el canal como en la intención del mensaje. Este es el equivalente a los padres que se juntaban en las vallas del colegio y hablaban, también ahí se hacían críticas y corrían rumores y comentarios que se iban deformando al estilo del 'teléfono roto'. Ahora esa comunicación es mucho más rápida y hay que atajarla igualmente, pero el problema no es nuevo, ha existido siempre".


En el seno de Fapar se apunta hacia algunas posibles soluciones: "Hay que mantener siempre el respeto a la vez que se ha de fomentar la comunicación con los profesores, ampliando de una a tres las tutorías del tutor con todos los padres, como ya hacen algunos colegios, e incluso invitando al profesor a participar en esos grupos de Whatsapp". En lo que todos los implicados coinciden es en la complejidad de regular una comunicación privada. Para facilitar la convivencia, el departamento de Educación tiene previsto recuperar los cursos y charlas para padres y potenciar el trabajo que se hace con los alumnos en torno a las redes sociales.


Domingo, 22.00: ¿alguien me pasa los deberes del niño...?


Quienes no tienen vástagos en edad escolar no conocen la experiencia de integrar las múltiples cuadrillas digitales: la de la clase de Infantil, la que surge en el primer curso de Primaria, la de 'mamás de futuras estrellas de Primera División' o la de cualquier tipo de actividad extraescolar. Las cuchipandas paralelas son un fenómeno aparte. Por cada cumpleaños o pandilla de amigos surge un nuevo grupo para regocijo de unos pocos y hastío de la mayoría, que acaba silenciando sistemáticamente cada nuevo chat en lugar de abandonarlo -existe cierta presión social hacia los valientes que aprietan el botón de 'salir y eliminar'-.


En los grupos abundan las peticiones de deberes (resueltos) a última hora del domingo, solicitudes que se acaban satisfaciendo sin el más mínimo rubor. Una crítica habitual entre los pedagogos es que muchos padres acaban gestionando las tareas del niño, una responsabilidad que corresponde al menor.

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