Un tercio de los musulmanes residentes en Aragón ya son españoles

La mayoría han adquirido la nacionalidad, aunque el grupo de conversos también crece.

Fiesta del Sacrificio del Cordero en Zaragoza
Fiesta del Sacrificio del Cordero en Zaragoza
JOSE MIGUEL MARCO

Algo más de una tercera parte de los musulmanes que hacen su vida en Aragón tienen ya la nacionalidad española. Es la consecuencia natural después de que el flujo migratorio de principios de este siglo trajera a España a miles de personas procedentes de países en los que se profesa el islam.


El último censo de la Unión de Comunidades Islámicas de España (Ucide) revela que en el arranque del año había 55.105 musulmanes en la Comunidad, de los que 18.789 constan como españoles. En este último grupo figuran aquellos que lograron regularizar su situación en el país, sus hijos -que nacieron ya con la condición de españoles-, y una minoría cada vez mayor de conversos, quienes nacieron lejos de la fe musulmana pero con el paso del tiempo decidieron seguir sus preceptos.


Por primera vez se da el caso de que la española es la nacionalidad mayoritaria dentro de esta religión, superando en 200 personas a los 18.589 marroquíes que viven en las provincias de Zaragoza, Huesca y Teruel. Les siguen en número los argelinos (5.142), senegaleses (3.591), gambianos (2.171), malíes (1.858) y paquistaníes (1.807). El informe destaca algunas comunidades especialmente grandes en municipios españoles, como la que conforman los argelinos en Ejea de los Caballeros.


Este porcentaje de aragoneses se enfrenta a los prejuicios derivados del "desconocimiento general en torno a sus creencias", apunta Zoila Combalía, catedrática de Derecho y directora del Laboratorio sobre Libertad de Creencias y Gestión de la Diversidad de la Universidad de Zaragoza, quien precisa que "parte de la población identifica el islam con terrorismo y sometimiento de la mujer".


Los informes del Ministerio del Interior recogen anualmente un puñado de delitos de odio por motivo de religión. "Aunque afortunadamente no se dan muchos casos por esta causa, sí hemos detectado casos de discriminación en procesos de selección de empleo contra mujeres que visten el pañuelo", señala la catedrática, quien recuerda el incidente que tuvo lugar a principio de curso en el que una estudiante de Magisterio fue expulsada de clase por llevar el hiyab.


Entre las carencias de la comunidad musulmana, Combalía destaca "las dificultades que tienen para construir lugares de culto (recientemente el Ayuntamiento de Zaragoza negó el cambio de denominación de un suelo en el que aspiraban a levantar una mezquita) o para disponer de menú halal en lugares públicos, ya que no se aplica el acuerdo con el Estado de 1992".


"Además -añade la experta-, existe una importante carencia de profesores de religión, sólo tres en todo Aragón para la importante demanda que hay (8.322 alumnos según el censo de Ucide)".

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