La lucha contra el acoso escolar, una tarea de todos

Mientras el Ministerio y la Consejería de Educación trabajan en nuevos protocolos, asociaciones de la Comunidad ayudan a frenar el número creciente de casos.

Asociación Ignis. Estela Carrillo y Marta González trabajan junto a Marta Sobreviela en esta asociación que reúne a psicólogos y maestros en contra del acoso.
Asociación Ignis. Estela Carrillo y Marta González trabajan junto a Marta Sobreviela en esta asociación que reúne a psicólogos y maestros en contra del acoso.
Francisco Jiménez

Casi un 6% de los niños españoles han tenido relación con alguna acción de acoso en su colegio. Son datos de la Confederación Española de Padres y Madres de Alumnos (Ceapa), que a finales de 2013 editó una guía sobre este grave problema con una preocupante conclusión: solo una de cada tres víctimas se atreve a denunciarlo. Ante los crecientes casos, y su dramatismo, las instituciones están revisando sus protocolos de actuación. Precisamente, el Ministerio de Educación presentó el viernes el borrador de su plan estratégico de convivencia escolar que, entre otras muchas medidas, habilitará un teléfono 24 horas de atención a las víctimas, formación específica del profesorado y un manual para prevenir y actuar según la situación.


También el Departamento de Educación aragonés lleva meses trabajando en una nueva manera de proceder en este cambiante panorama en el que no solo crecen los casos de ‘bullying’, sino que se producen a una edad cada vez más temprana y con nuevas herramientas que magnifican su efecto: las redes sociales.


En la actualidad, el protocolo de la DGA se rige por un texto de 2008, que establece que cada centro debe tener un plan de convivencia, que se revisa periódicamente y que incluye formación del profesorado. Como norma general, orientadores y tutores tienen reuniones con los alumnos si detectan un cambio en su actitud o su rendimiento. En caso de conflictos, se intenta una solución acordada entre las partes. Si no se logra, está extendido el programa de mediadores, ya que el estudiante en ocasiones se atreve a contar cosas a un compañero que no diría a un padre o profesor. Si el problema persiste, se pasa un expediente al Servicio Provincial. Además, también existen programas específicos contra el ‘ciberbullying’ o para evitar la discriminación por orientación sexual.


Y, sin embargo, todos estos recursos –incluida la asesoría que ofrece para estos casos en el teléfono 976 345 388–, no han evitado el incremento de la violencia entre compañeros y ha movido a las instituciones a poner más énfasis en esta lucha. César Bona, el profesor aragonés que fue nominado al Nobel de la Educación y fichado por la DGA en su área de innovación, compartió esta semana una carta en Facebook, en la que reclamaba un mínimo de una hora de tutoría a la semana para conocer bien a los alumnos y que se conozcan mejor entre ellos. "Dadnos herramientas para poder ayudar a los niños para que la escuela no se convierta en tortura –escribía–. Es urgente que nos deis tiempo para escuchar a los niños en la escuela y eso no significa quitar tiempo a las materias, sino invertirlo en algo mucho más importante: la vida".Fuera de los centros

La lucha contra el acoso escolar, en cualquier caso, no es solo tarea institucional. Fuera de los centros, existen asociaciones que ayudan y acompañan a las víctimas. El pasado año, se constituía Stop Bullying Aragón, que asesora al Ejecutivo autonómico en este cambio de escenario que estudia para poner coto al acoso que, según denuncian, afecta al menos a dos alumnos de cada aula de 25.


La organización, que ahora mismo atiende ocho casos, pide también más formación específica no solo en docentes: también en entrenadores o monitores de tiempo libre. "Los adultos y asociaciones tenemos que estar muy pendientes de los signos, porque la persona acosada tiene mucha dificultad para contarlo", cuenta José Manuel Castellano, secretario de la asociación.


El experto reconoce la dificultad en la detección. "Hay que estar atentos a cualquier cambio de hábito, tristeza, mayor resistencia a ir a clase, descenso del nivel comunicativo... Cualquier mínima diferencia puede ser el detonante y el adulto, desde la comprensión y sin atosigamiento, debe mostrar apoyo", informa Castellano.


Stop Bullying Aragón, que también se dedica a la prevención a través de charlas, cursos y talleres, quiere romper mitos con este tema y considera que el acoso es algo "democrático, en el mal sentido". Esto se traduce en que los casos afectan por igual a hombres y mujeres y a grupos muy distintos de edad. "Ya no hay un perfil. No es algo exclusivo de adolescentes, hemos atendido hasta a una pequeña de 6 años", denuncia.


Lo mismo les ha ocurrido en la Asociación Contra el Acoso Ignis, que nació enfocada al mundo laboral, pero desde el comienzo extendió su actuación a los escolares. Como la anterior, no solo trabaja en la atención psicológica, sino que tiene asesoría jurídica, acompañamiento, asesoría familiar... Desde el comienzo de curso, 35 jóvenes han pasado por sus instalaciones y ahora mismo tienen diez en terapia. "Los protocolos en los centros no siempre funcionan y en Aragón no estaba cubierta esta atención de manera externa", señala Marta González, una de sus responsables.


González relata que su actuación pasa siempre por asesorar, comprobar cómo está la situación en el colegio y explorar con los padres qué vías tomar. La especialista denuncia que hoy, con las redes sociales, el miedo no se queda en el colegio, lo que provoca más terror en la víctima. Para que esto no ocurra, y tenga a quien acudir, Ignis dispone de un número de móvil atendido durante cualquier hora del día o de la noche: 608 806 596.


Son los testimonios de quienes día a día trabajan por vencer esta lacra y que demuestran que la lucha contra el acoso escolar es continua y una tarea de todos.

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