El fiscal cree que Lacasta hizo quebrar intencionadamente una de sus empresas
Solicita al juez que declare culpable el concurso de acreedores de Sendai Veinte, que adeuda 10,4 millones.
El empresario está imputado por la presunta descapitalización fraudulenta de cuatro de sus empresas inmobiliarias: Sendai Veinte, Gestión Colectiva 2000, Puebla Nueva Cincuenta y Xarda Tres. Entre las cuatro (todas en concurso) arrastran una lista de 72 acreedores, entre particulares, empresas, bancos y administraciones públicas, a los que se adeudan más de 45 millones de euros. De las cuatro, el juez declaró fortuito el concurso de Gestión Colectiva, que dejó un agujero de 21 millones, después de que el administrador concursal no presentara a tiempo el informe y el del fiscal fuera inconsistente y poco fundamentado. En cuanto a Xarda Tres, el Ministerio Público pidió su calificación de culpable por haber maquillado las cuentas.
Ahora, respecto a Sendai Veinte, el fiscal dice que Lacasta y sus socios cometieron "irregularidades" contables con ánimo de dar una "imagen distorsionada" de la empresa. En concreto, comunicó activos por 4 millones de euros y deudas por 4,6, cifras que en realidad, según los informes del administrador concursal, ascienden a 6,2 millones y 10,4, respectivamente. Lacasta informó de que tenía 12 acreedores cuando el administrador dice que son 23.
Según sus conclusiones, en las cuentas que presentaron en el Registro Mercantil, Lacasta y sus socios no reflejaron la imagen fiel de la empresa y entregaron información incompleta a la Administración concursal, de forma que esta tuvo que acudir a la Agencia Tributaria, a la Tesorería de la Seguridad Social y a los juzgados para encontrarla.
El fiscal aprecia que existe "dolo o culpa grave" por no presentar el concurso en el momento en que fueron conscientes de la situación de insolvencia sobre el primer trimestre de 2010 y porque en la cuenta de caja no se refleja la "realidad" ni de las ventas de fincas y ni de las subrogaciones de hipotecas. Reprocha que hicieron operaciones "dudosas" con empresas vinculadas al propio Lacasta y sus socios en las que Sendai actuaba como prestamista del resto del grupo inmobiliario Atlanta. Así, afirma, que se efectuaron múltiples anulaciones contables de deudas de Sendai, intentaron ocultar movimientos y no llevaron una contabilidad ordenada desde 2009.