"La danza también sufre una fuga de talento"
Gonzalo Preciado Azanza l Con 10 años bailó en uno de los últimos montajes del Ballet de Zaragoza, El cascanueces, y el próximo agosto, ya veinteañero, empieza su carrera profesional en el Ballet Nacional de Letonia, en Riga.
Llegó a este mundo porque de pequeño le diagnosticaron pies valgos, le recomendaron bailar y terminó en el Conservatorio Municipal Profesional de Danza. Cuando con 16 años cursaba el bachillerato nocturno en el instituto Goya, y pensaba en conseguir una media alta para estudiar Física, fue aceptado en el English National Ballet School de Londres. "Las oportunidades solo llegan una vez en la vida y recuerdo que hablando con mi familia, que siempre me ha apoyado, decidí no dejar pasar esta, a pesar de que suponía estar alejado de los míos", explica. Rememora "esa sensación los primeros días de sentirme solo en una gran ciudad". Además, fue becado con la Dance and Drama Award y en 2012 le concedieron la beca de ampliación de estudios artísticos de la DPZ. Se graduó en 2014 y a distancia también terminó 2º de Bachillerato.
El martes que viene bailará en el Auditorio en la gala de fin de curso del Estudio de María de Ávila y un día espera interpretar ese Don Quijote que con Mijail Baryshnikov marcó su vocación.