Se consolida el formato digital y reduce los préstamos en papel de las bibliotecas

Sus responsables creen que se lee lo mismo, pero admiten "un cambio de tendencia".

El papel sigue siendo la opción preferida, pero el formato digital gana terreno poco a poco
El papel sigue siendo la opción preferida, pero el formato digital gana terreno poco a poco
Luis Ángel Tejedor

Se lee, pero de otra manera. Las bibliotecas suman nuevos socios año tras año pero, en líneas generales, prestan menos. El libro electrónico ha contribuido al descenso. También lo han hecho las descargas ilegales de películas y ebooks, a pesar del cierre de varias webs ‘piratas’, clausuradas "por imperativo legal". Ahora, los usuarios tienden a acercarse a la lectura "a través de internet". Así lo cree Teresa de la Fuente, directora de la biblioteca pública de Soria. El centro ha evolucionado a la par que la sociedad. En 2008 tenía 32.196 socios y en 2014, ya 38.337.


Este incremento del 19% contrasta con la caída del número de préstamos, que supera el 19,4%. Hace siete años se contabilizaron 244.428 y el pasado, 197.053. Se fían, sobre todo, libros, revistas y discos. El perfil de los usuarios "es diverso". "Hay niños, personas mayores, estudiantes, investigadores… La mayoría buscan novelas, biografías, cómics y libros de historia", explicó. Las altas también siguen una evolución desfavorable. En 2008 hubo más de 1.800, pero hace un año apenas se superaron las 1.140. El descenso se aprecia, sobre todo, entre los adultos. Hace siete años se inscribieron 1.246, pero el anterior solo se apuntaron 666. Del bajón tampoco escapan los niños. En 2008 se hicieron socios 651 y 477 en 2014.


El papel, a tenor de los datos, parece estar perdiendo su tirón. En 2008 se prestaron 116.382 libros y en 2014, unos 108.993, lo que se traduce en una caída del 6,4%. El índice sigue una tendencia a la baja desde 2010. Un año antes, no obstante, anotó el máximo con 123.028 préstamos. En los e-readers, por el contrario, la tendencia sigue al alza. En 2012, primer año del que se tienen datos en Soria capital, se cedieron 393 y el año pasado, 458. El precio "asequible" de lectores digitales como el Kindle de Amazon ha cambiado los hábitos de muchos lectores, que "han dado el salto del papel al formato electrónico".


De la Fuente cree que ambos formatos "pueden convivir perfectamente". "Las bibliotecas seguirán comprando y prestando libros en papel y en formato electrónico", apuntó. También diversificarán sus actividades para continuar siendo "un centro de información fundamental para la sociedad". La plataforma eBiblio, impulsada por el Ministerio de Cultura, les ayudará a no perder el tren. La directora de la biblioteca pública de Soria cree que hay "un cambio de tendencia" que, no obstante, no preocupa, ya que las visitas al centro "han aumentado en los últimos ejercicios".


"No somos solo un lugar de préstamos. Aquí se desarrolla un programa de actividades que atrae a niños y adultos. En 2014 participaron en él 13.256 personas. Hubo 7.263 adultos y 5.993 niños", destacó. Desde 2012, las compras de libros "han tenido que ser menores". "La crisis se ha percibido también en las asignaciones presupuestarias, aunque en 2014 y 2015 se ha notado cierta mejoría", admitió. En los últimos años, la cooperación entre bibliotecas ha demostrado ser "fundamental".


Gracias a este servicio, subrayó De la Fuente, "cualquier lector puede pedir en préstamo volúmenes que se encuentren en otros centros" de la provincia. También existe un servicio de préstamo en red por el que se pueden solicitar libros o cualquier otro tipo de material a "todas las bibliotecas de Castilla y León", ya sean de titularidad provincial o municipales.Un abanico de posibilidades

Milagros Tarancón, directora del Centro Provincial Coordinador de Bibliotecas, achaca el retroceso del papel a la diversificación de la oferta, que crece año tras año. "Los usuarios tienen más posibilidades a la hora de elegir en qué formato leer un libro. La oferta es muy variada. Es normal que afecte a los préstamos tradicionales", razonó. A tenor de las sensaciones de los encargados de las bibliotecas, los sorianos leen "más o menos lo mismo" que hace siete años. "Sigue habiendo gente muy interesada de todas las edades. Hay niños, jóvenes y adultos. Todo depende del tiempo que tiene cada uno", expuso.


En las bibliotecas públicas de El Burgo de Osma y Almazán, el número de usuarios fluctúa año tras año. La primera tenía 2.176 socios en 2008. Ahora cuenta con 2.392, pero 2010, por ejemplo, anotó el mínimo al quedarse con 1.554. En este caso, no obstante, el número de préstamos ha seguido una tendencia al alza que se mantiene en la actualidad. En 2008 se registraron 47.517 préstamos y el año pasado, 54.227. Almazán, por su parte, supera ya los 3.319 usuarios. Se trata del segundo mejor dato de los últimos siete años, solo superado por los 3.624 de 2009. El número de préstamos alcanzó los 64.330. Este dato incluye libros, películas, publicaciones periódicas... Las cifras recogidas por el Centro Provincial son, en todo caso, "una referencia", ya que la tarjeta de socio es "única" y permite solicitar préstamos en capital y provincia.